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Secretaria general de la Comisión de Venecia, Simona Granata-Menghini: "Incluso un buen texto constitucional no asegura estabilidad y desarrollo democrático"

La abogada afirma que se necesitan “la voluntad política de distintas fuerzas, además de legislar alineados con los estándares democráticos y un sistema sólido que establezca las bases para su implementación”.

19 de Febrero de 2022 | 11:25 | Por N. Cabello y A. Chechilnitzky, Crónica Constitucional
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Council of Europe
En poco más de una semana, una delegación de la Comisión de Venecia arribará a Chile. Es parte de las actividades preparatorias de la respuesta de esa institución a la consulta hecha por senadores chilenos sobre unicameralismo, control constitucional y otros temas que está abordando la Convención.

Autoridades chilenas, incluidos el Presidente Sebastián Piñera y el Presidente electo, Gabriel Boric, han recibido correos desde la Comisión para agendar reuniones entre el 28 y 3 de marzo. De hecho, este martes, en la Convención se dio cuenta del correo enviado por la secretaria general de la institución, Simona Granata-Menghini, para sostener reuniones con constituyentes.

Granata-Menghini es parte de la delegación que vendrá a Chile, junto a dos de los cinco relatores encargados de la consulta chilena —Josep Castellá y Paolo Carozza—, además del expresidente de la Comisión Gianni Buquicchio y el coordinador Serguei Kouznetsov. Previo a su viaje al país, la funcionaria del Consejo de Europa durante 28 años respondió por escrito a "El Mercurio" sobre el aporte que podría hacer la institución.

"La Comisión de Venecia es un organismo asesor independiente que en los más de 30 años de su existencia ha trabajado con más de 40 Estados en la preparación o reforma de sus constituciones y legislaciones. La asesoría El asesoramiento de la Comisión es profesional, independiente y viable", destaca.

Granata-Menghini cuenta que "uno de los campos en el que la Comisión ha sido muy activa es el establecimiento de controles y equilibrios adecuados en la distribución de poderes entre las instituciones del Estado: el diseño de un sistema político es, en efecto, un ejercicio complejo que cada país debe hacer por sí mismo con base en estándares internacionales y haciendo uso apropiado de la experiencia previa de otros países". Otra área importante, dice, "es la independencia del Poder Judicial, donde la Comisión ha ayudado a numerosos Estados a diseñar su sistema judicial de acuerdo con los principios del Estado de Derecho".

Y resalta que aunque las recomendaciones de la Comisión no son vinculantes, "han demostrado ser útiles y, de hecho, muy a menudo se han seguido, en parte o en su totalidad".

¿Cómo puede una opinión de la Comisión de Venecia ayudar a los países que realizan consultas?

—Nuestras opiniones brindan una guía de gran utilidad en varios contextos legales diferentes (...). Tomemos, por ejemplo, las solicitudes de nuestra experiencia justo antes de referendos o cuestiones constitucionales clave que enfrentan los Estados miembros. Las solicitudes a menudo provienen de los propios Estados miembros o de organizaciones internacionales. A nivel general, las reformas constitucionales pueden ser procesos largos y complejos. En algunos Estados miembros, tales reformas se extienden por varios años y son logradas a través de enmiendas posteriores. A veces resultan de un nuevo posicionamiento de las fuerzas políticas tras las elecciones y empujadas por nuevas mayorías deseosas de consolidar y, en algunos casos, restablecer la arquitectura institucional y constitucional del país. Los requerimientos de guía y participación de la Comisión de Venecia en esos procesos dan testimonio de la confianza y respeto de los Estados involucrados, así como también de los socios institucionales dentro y fuera del Consejo de Europa.

¿Cuáles podrían ser consideradas buenas prácticas al redactar una Constitución?

—La Comisión de Venecia ha señalado constantemente que la transparencia, inclusión y apertura, un plazo adecuado de tiempo y condiciones que permitan el pluralismo de puntos de vista y el debate adecuado de temas controvertidos son requerimientos clave de un proceso democrático para realizar una Constitución.

"Las enmiendas constitucionales solo deberían realizarse después de un extenso, abierto y libre debate público, involucrando varias fuerzas políticas, organizaciones no gubernamentales y asociaciones de ciudadanos, la academia, medios, etc., y proporcionando un plazo de tiempo adecuado. Los procedimientos de enmiendas adecuadamente dirigidos, que permiten un tiempo para debates públicos, a través de procesos de asambleas libres y pacíficas, con libertad de expresión, así como también una adecuada, amplia y justa difusión de los argumentos por parte de los medios, pueden contribuir de forma significativa a legitimar y entregar un sentimiento de propiedad de la Constitución a la población y a desarrollar y consolidar las tradiciones democráticas constitucionales".

A juicio de Granata-Menghini, "es de suma importancia que las reformas constitucionales se realicen con estricto apego a las disposiciones aplicables disponibles", y cuando una nueva Constitución se somete a plebiscito, "es esencial que se organice una campaña de referéndum adecuada", en tiempo y forma que permita informar a la ciudadanía.

La abogada detalla que "no existe un modelo único para enmiendas constitucionales. No es posible, ni tampoco deseado, tratar de formular un modelo estándar para enmiendas constitucionales. El punto de equilibrio entre rigidez y flexibilidad puede ser diferente de un Estado a otro, dependiendo del contexto político y social, cultura constitucional, nivel de detalle y las características de la Constitución, y muchos otros factores, especialmente porque este equilibrio no es estático y puede moverse en el tiempo de acuerdo a transformaciones sociales, económicas y políticas". Por eso, recalca que "la Comisión ha reiterado que "incluso un buen texto constitucional no asegura la estabilidad y desarrollo democrático de la sociedad, ya que necesita la voluntad política de distintas fuerzas, además de legislar alineados con los estándares democráticos y un sistema sólido, que establezca las bases para su implementación".

¿Hay diferencias entre el constitucionalismo latinoamericano y el europeo?

—(...) La Comisión trabajó con Bolivia en 2011, Perú en 2011 y 2019, y con México en 2013. Preparamos un dictamen de Venezuela en 2017. Hemos participado en eventos científicos y públicos sobre normas electorales en Argentina y México. Actualmente, estamos analizando la reforma constitucional de Chile (...). Hay muchas similitudes, pero también muchas especificidades entre las opciones constitucionales en Europa y Latinoamérica. Tal vez esto es mucho más evidente en las características relacionadas con el sistema presidencial.

En su experiencia, ¿cuáles son los aspectos más importantes que un país debiese considerar al redactar una nueva Constitución?

—La Comisión de Venecia ha señalado que una reforma constitucional debería resultar en un fortalecimiento efectivo de la estabilidad, independencia y eficiencia de las instituciones estatales, a través de una división clara de competencias y controles y equilibrios efectivos.

¿Cuán importantes son las visitas de los relatores a los países en cuestión?

—Visitar el país es esencial; para sostener discusiones con las autoridades, la oposición, instituciones estatales y otras partes interesadas: jueces, abogados, academia, representantes de la sociedad civil, los medios.

Si bien cuenta que durante los últimos años la pandemia no les ha permitido viajar, por lo que se han organizado discusiones online, la abogada cree que "estar presente en cada localidad es la mejor forma de preparar las opiniones".

La secretaria general de la Comisión de Venecia recalca que las opiniones del organismo no son vinculantes, pero que "en la gran mayoría de los casos, los Estados han determinado que el involucramiento de la Comisión ha sido de utilidad y han tomado al menos una parte de las recomendaciones".