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Académicos llaman a ampliar la mirada sobre conceptos de sostenibilidad y participación

Libro recientemente editado por los profesores de la U. de los Andes Jaime Arancibia y Sebastián Claro aborda la relación de estos conceptos con el gasto fiscal, la descentralización y el vínculo entre el Estado y la sociedad civil.

13 de Marzo de 2022 | 11:58 | Por Maximiliano Vega, Crónica Constitucional
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El Mercurio
Todo partió con conversaciones informales de pasillo. Luego se sumó el interés de la casa de estudios de aportar al proceso. Así, Jaime Arancibia y Sebastián Claro, académicos de la Universidad de los Andes, cuentan que se originó la idea de convocar a un amplio grupo de expertos de renombre de distintas áreas para reflexionar sobre dos conceptos que han estado presentes en el debate constitucional: sostenibilidad y participación.

La reflexión se transformó en el libro "Sostenibilidad y Participación en la Constitución", en el cual participan 19 especialistas, entre ellos el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña; el decano de la facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Pablo Ruiz-Tagle; la académica de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez Andrea Repetto; el nuevo ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, y la investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Alejandra Precht.

Arancibia y Claro les dijeron a los convocados que querían conocer sus miradas ante los dos conceptos y tomaron la labor de editores. En la introducción del texto, ambos cuentan que buscaron profundizar estos dos principios "que convocan sueños y anhelos de muchos chilenos, en particular de las generaciones más jóvenes (...) la construcción de una sociedad amigable con las generaciones futuras y con el medioambiente".

—¿Por qué estos dos conceptos?

Sebastián Claro (SC): Son convocantes para la juventud. La idea de un país sostenible se ha ido asentando en el mundo y en Chile en particular. Hay una importante demanda de participación como fruto de un desarrollo económico y un proceso educativo muy intenso. Los jóvenes y las personas en general quieren participar en la vida política y en la vida económica; por eso quisimos profundizar más en cuáles son las distintas dimensiones de estos conceptos. Qué significa verdaderamente construir un país sostenible, cuáles son las exigencias, las necesidades de la sostenibilidad y la participación.

—¿Cuál es el valor de las distintas miradas que plasma el libro?

—Jaime Arancibia (JA): Al existir distintas perspectivas, y al no haberse producido un diálogo entre ellos, surgen temas entre los que existe un alto grado de coincidencia, una mirada país en cuanto a una problemática, y a posibles modos de resolverla.

Arancibia pone como ejemplo que al hablar de participación las coincidencias de gran parte de los ensayos estuvieron en dos ideas fuerza: "Primero es el resguardo del régimen democrático, en el sentido de que en este país las decisiones que se tomen requieren consensos mayoritarios, sobre todo en reformas estructurales que son importantes y, por lo tanto, el modo de asegurarlo es el respeto a las instituciones democráticas. Lo segundo es que la participación está en la complejidad. La extensión de las necesidades públicas es tal que es imposible que solo puedan ser entregadas por el Estado o los particulares", dice.

Por esta razón, algunos escritos destacan la importancia de la participación entendida como la libertad de las personas para elegir el tipo de salud o el tipo de educación y la libertad de emprender.

—¿Qué abarca el principio de sostenibilidad?

—SC: De acuerdo con los autores, yo recojo que la sostenibilidad es multidimensional. Ciertos ensayos enfatizan muy fuertemente la necesidad de construir instituciones que perduren en el tiempo, que tomen decisiones mirando a las generaciones futuras; lo segundo obviamente es la dimensión ambiental. Pero es una discusión muy compleja de cómo nos hacemos cargo de una problemática ambiental que existe, sin bloquear el desarrollo económico y haciéndose cargo de la naturaleza, que por definición es cambiante. No podemos entender sostenibilidad o sustentabilidad ambiental desde una perspectiva estática.

Hay una visión fiscal, de recursos. La discusión de derechos sociales no parece sostenible sin venir de la mano de una discusión fiscal significativa. Por último, hay una dimensión territorial, cómo creemos que una sociedad sostenible se construye a través de la equidad territorial, lo cual requiere un diseño bastante complejo en términos de responsabilidades.

No a los extremos


Los ensayos abarcan temas como las bases conceptuales para incorporar el principio de sostenibilidad en la Constitución, la sostenibilidad fiscal, la descentralización, democracia y la diversidad, cómo deben convivir el Estado y la sociedad civil para el bien común y cuál debe ser el rol de las instituciones.

Sobre este último punto, ambos académicos reiteran la importancia de una institucionalidad firme, con contrapesos, que tenga especial mirada sobre las generaciones futuras. "El concepto intertemporal es central. La dificultad más clara en el libro es cómo nos aseguramos de que esas generaciones silenciosas, que son los niños que no hablan o que aún no han nacido, sean consideradas en la toma decisiones", afirma Claro.

El exvicepresidente del consejo del Banco Central, añade: "Rescato lo que dice Carlos Peña, sobre todo en materia de sustentabilidad institucional. Cuando las instituciones no funcionan se produce un detrimento del bien común. Eso supone que no se cumplen los objetivos del bien común y eso produce un malestar social, con todo lo que eso significa", concluye.

Entre los ensayos aparecen —además de participación y sostenibilidad— conceptos como solidaridad y subsidiariedad, discutidos durante el proceso constituyente.

Arancibia opina que "la presencia de los principios de subsidiariedad y solidaridad en el libro supone que hay que evitar los extremos del estatismo, que pretende sustituir a los privados en aquello que les es propio, o que se pretenda anular el Estado para dejar sus funciones propias a privados (...). Tengo la impresión de que a veces falla el diagnóstico porque muchas veces cuando el Estado no cumple su rol de asegurar el bien común y los privados tampoco lo están haciendo, la solución no es necesariamente sustituirlos: pueden faltar reglas, fiscalizaciones o políticas públicas", asegura.

Derechos sociales


Ambos editores confirman que en los próximos días les entregarán copias del libro a los 154 constituyentes, justo en un momento en que comenzaron las votaciones en el pleno y hay artículos ingresando al borrador de la nueva Carta Fundamental.

Arancibia aprovecha la oportunidad para enviar un mensaje a la Convención. Afirma que la creación de una serie de nuevas instituciones puede tener impacto en el resguardo de los derechos sociales. "Es algo que los constituyentes deberían tener presente tanto para la sostenibilidad fiscal como para el resguardo de las futuras generaciones", asevera.
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