El 52% de los jóvenes, entre 15 y 19 años, vivió ciberacoso al menos una vez en los últimos tres meses de 2021.
El Mercurio/ Referencial
Un estudio realizado por la fundación Katy Summer, dedicada al trabajo en las comunidades escolares, reveló que el
51% adolescentes vivió ciberacoso en 2021 y que el 63% sabe quien es su acosador. Sin embargo, acorde con el análisis, sólo el 1% de ellos denuncia a su agresor.
El "Estudio de ciberacoso y salud mental 2021", se llevó a cabo entre el 12 y el 16 de diciembre de 2021 y encuestó a 3.819 personas, todas ellas jóvenes y adolescentes entre los 15 y 29 años, por lo que la población representada con el análisis fue de 4.102.360, con un 1,90% de margen de error y con un nivel de confianza del 95%.
En detalle, el estudio realizado por la fundación Katy Summer dio a conocer que el 52% de los jóvenes, entre 15 y 19 años, vivió ciberacoso al menos una vez en los últimos tres meses de 2021. Mientras que, en el grupo etario de 20 a 24 años, el 46% de las personas aseguró vivir cibercacoso; y el 45% entre los 25 y 29 años, en el mismo periodo de tiempo.
En esa línea, los principales motivos del ciberacoso son: Un 43% por la apariencia personal; el 33% debido a la opinión política; un 30% por violencia en pareja; el 28% por etnia o pueblo originario; un 27% por orientación sexual o expresión de género; un 20% por origen de país y el 5% por discapacidad.
Con respecto al perfil de las víctimas de ciberacoso, el estudio reveló que el 50% son mujeres; que el 38% presenta sintomatología depresiva mayor; el 16% pertenece a la comunidad LGTBIQ+; el 25% se autolesiona; el 38% opta por ignorar y sólo el 1% denuncia.
Sin embargo, una de las cifras que causó mayor impacto fue que el 63% de los encuestados reconoce a su acosador, personas que, según el estudio, en el 49% de los casos pertenece al lugar de estudios de la víctima; en el 36% de los casos se encuentra entre los miembros de la familia; en el 12% al lugar de trabajo y el 3% a sus amistades.
¿Cómo detectar a las víctimas de ciberacoso?
Emanuel Pacheco, director ejecutivo de la fundación y papá de Katy Summer -joven que se quitó la vida en 2018 tras sufrir ciberacoso y bullying-, entregó una serie de recomendaciones a los padres, colegios y apoderados para detectar posibles casos entre los estudiantes, sobre todo ahora que se concretó el retorno a clases presenciales.
"La pandemia generó que estuvieran todos los jóvenes y todos los niños, en particular, dos años en sus casas en solitario, muchos con sus hermanos, pero sin tener que convivir con compañeros en lo presencial, en lo físico. Y ahora que se vuelven a encontrar, perdieron un poco la dimensión del respeto mutuo, del cuidado y de la convivencia con otros", explica Pacheco.
A raíz de ello, el director ejecutivo de la fundación establece que "hay muchos cambios emocionales a los cuales, de pronto, no los hemos preparado correctamente, en donde como papás y como comunidades escolares lo que tenemos que hacer es acompañarlos en ese proceso, tratar lo más posible de disminuir la ansiedad, tratar lo más posible de bajar los niveles de intensidad y un poco ponernos en sus zapatos".
En ese sentido, menciona que, el mayor consejo para los padres "es tener paciencia, conversar mucho, preguntar con quién jugaste, qué hiciste, qué fue lo que más te gusto del día, en qué momentos quizás te sentiste no tan cómodo, para poder acompañarles y guiarles, y tratar de no agrandarlo mucho, no tratar de buscar si tú hijo o hija ha sido víctima de algún tipo de violencia o acoso escolar".
"Tratar de no contactar al papá de quien pudo llegar a ser su agresor, si no que tratar de denunciarlo al colegio, reportarlo al colegio como corresponde, para tratar de encontrar una forma de mediación positiva y conversarlo. Lo peor que a veces ocurre, es que papás conversan entre ellos y generan un conflicto mayor que debiese ser mediado por el establecimiento escolar".
Emanuel Pacheco, director ejecutivo de la fundación Katy Summer
"Tratar de no contactar al papá de quien pudo llegar a ser su agresor, si no que tratar de denunciarlo al colegio, reportarlo al colegio como corresponde, para tratar de encontrar una forma de mediación positiva y conversarlo. Lo peor que a veces ocurre, es que papás conversan entre ellos y generan un conflicto mayor que debiese ser mediado por el establecimiento escolar", agrega.
En tanto, para los establecimientos educacionales, Pacheco recomienda "generar instancias de conversación, de desahogo emocional, ojalá que los colegios no hicieran solamente clases, si no que al principio de cada sesión hicieran un espacio de respiración, de centramiento, de silencio, de comunicarse o que los jóvenes puedan expresar sus emociones".
"Generar instancias de conversaciones o charlas, en las cuales no vayan solamente expertos teóricos y académicos, sino charlas más experienciales o vivenciales, donde los jóvenes y niños puedan hablar de sus emociones y lo que están sintiendo, y poder guiarlos en cómo gestionar eso de una forma positiva. Hay que validar las emociones que están viviendo para prevenir cualquier situación más dramática", concluye.