El pasado 23 de marzo, y luego de ocho meses de toma por parte de Estudiantes Secundarios (ACES), la Coordinadora de Víctimas de Trauma Ocular, la Organización de Familiares y Amigos de Presos Políticos y la Coordinadora de Víctimas de Perdigones, la sede central del Instituto Nacional de Derechos Humanos fue desocupada. Un mes después, el organismo elaboró un informe sobre el proceso de recuperación del inmueble, concluyendo, entre otras cosas, que aunque "las edificaciones en general no presentan daños estructurales mayores, existía una gran acumulación de polvo, basura y rayados de pintura". Se constató "el deterioro de bienes, algunos debieron ser necesariamente desechados por estar contaminados por plagas de chinches, pulgas y otros vectores".
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