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Más allá de lo sanitario: Las otras tres dimensiones sociales en que la extensión de vacaciones genera impacto

Expertos recalcan que la medida afecta principalmente a los sectores más vulnerables, pero que también deja en evidencia las "diferencias de género" que se exacerbaron en los momentos álgidos de la pandemia.

16 de Junio de 2022 | 15:46 | Por Daniela Toro y Carolina González, Emol.
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Aton/ archivo.
Desde el anuncio del adelanto y extensión de vacaciones de invierno, las autoridades de Salud han debido salir a enfrentar las críticas que han llegado desde múltiples sectores. Esto, porque la decisión no está encapsulada sólo en una dimensión sanitaria, sino que tiene efectos en otros aspectos, como el trabajo, la salud mental, las brechas educativas y el retorno del debate sobre el rol de los cuidadores, que en su mayoría, recae sobre las madres.

El Minsal ha afirmado que se trata de una medida "excepcional", ante la crítica situación que se vive en las UCI pediátricas, pero con la convicción de que se cumplió con el compromiso de que los alumnos serían "los últimos" en retornar a clases en los momentos álgidos de la pandemia. La afirmación está en duda para las comunidades de padres y apoderados, quienes acusan derechamente de una "promesa incumplida".

Hay otros frentes de los que las carteras de Salud y Educación buscaron hacerse cargo para amortiguar el impacto: por ejemplo, que la semana adicional de vacaciones las escuelas públicas estarán abiertas para realizar actividades extraprogramáticas, y se garantizó el servicio de alimentación por parte de la Junaeb durante la semana extra de vacaciones, es decir, entre el jueves 30 de junio y el viernes 8 de julio.

Por su parte, la Dirección del Trabajo (DT) también reaccionó y emitió un dictamen que establece que ante este adelanto de vacaciones y en el contexto de alerta sanitaria, los empleadores deberán ofrecer la modalidad de trabajo a distancia o teletrabajo a los trabajadores que tengan a su cargo el cuidado de infantes en edad preescolar, de niños de hasta 12 años y de personas con discapacidad.

Y aunque para algunos son medidas que ayudan, no terminan por apaciguar otras repercusiones que, incluso, respaldan con cifras. Por ejemplo, que la última encuesta CEP arrojó que el 82% de las personas cree que la suspensión de clases generó un impacto negativo en la salud mental de los estudiantes y un 83% vio un impacto negativo en los aprendizajes, o que más de 175 mil empleos de mujeres con hijos en edad preescolar aún no se recuperan.

El "rol de cuidadoras" y el impacto laboral


La promesa de mantener los colegios abiertos no es la única incumplida para Valentina Rebolledo, vocera de Escuelas Abiertas. Esta decisión también pone en tela de juicio el compromiso de un Gobierno que vela por las mujeres, puesto que "en ellas recaen principalmente las tareas de cuidado".

Esto, afirma, impacta directamente a un aumento de ausentismo y deserción laboral, retrocediendo aún más en el acceso al trabajo remunerado. Si bien la vocera agradece la medida del teletrabajo, afirma que de todas formas "hay una fuerte tasa de población femenina cuyas labores no se pueden realizar de manera remota".

"Estas medias arbitrarias no hacen más que evidenciar las diferencias de género en el acceso al mercado laboral, incentivando la desvinculación de puestos de trabajo ocupados por mujeres. ¿Dónde quedan entonces los asesores de perspectiva de género de cada ministerio, preocupados de la paridad y de la inclusión femenina en los distintos cargos?", inquiere.

Por su parte, la presidenta ejecutiva de la Fundación ChileMujeres, Francisca Jünemann, recuerda que la pandemia retrocedió en una década el empleo en las mujeres, hecho que se produjo "apenas los colegios, el sistema educacional y de cuidado cerraron", por eso, medidas como estas "tienen un impacto directo", en este aspecto de la vida femenina.

Lo que la también abogada llama una "crisis profunda" para las mujeres lo respaldan las cifras. Según datos analizados por la fundación en conjunto con la Universidad Diego Portales -a través de datos procesados del INE-, "el 87% de los trabajos de las mujeres en el último trimestre móvil fueron informales (...) O sea, se crearon más de 30 mil empleos formales para los hombres y apenas 5 mil para las mujeres". De hecho, sólo en el grupo de mujeres con niños o niñas en edad preescolar, faltan más de 175 mil empleos que recuperar.

Brechas educativas y sectores vulnerables


El impacto de la medida azota con más fuerza a los sectores vulnerables, dicen desde Escuelas Abiertas, es decir, "a todas esas familias que no se pueden dar el lujo de tomarse vacaciones extra o teletrabajar".

Esto, porque "en lugar de estar en un ambiente seguro, educativo, compartiendo con sus pares, esos niños van a quedar al cuidado de sus hermanos mayores, vecinos, parientes o frente a una pantalla, lo que está comprobado que es nocivo para ellos", afirma Rebolledo.

Por su parte, Jaime Retamal, doctor en Educación y académico de la Usach recalca que "la mesa familiar es un principio de desigualdad más que obvio en cualquier sistema educativo. Por la sencilla razón de que el capital cultural produce desintegración social, desigualdad cultural y concentración del poder educativo en quienes han gozado de mayores oportunidades (aprovechadas) de aprendizaje, y es por lo que existen los sistemas educativos entre muchas razones".

Este punto también es compartido por Ana Luz Durán, decana de la facultad de Educación de la Universidad San Sebastián, quien enfatiza en el factor protector que tienen escuelas y liceos "en niños que están con alguna situación de vulneración de derechos; tenemos que pensar en la realidad de país a nivel nacional y las luces y sombras que tienen las familias chilenas".

Asimismo, recalca que es importante que el Ministerio de Educación entregue directrices claras para apoyar al cuerpo docente en esta materia. "¿Cómo vamos a apoyar a los profesores en esta nueva etapa? porque si miramos todas las políticas públicas desde el año '90, todas intersectan en algún punto con los profesores", recalca.

Salud Mental: "casi un efecto crónico"


La violencia escolar que marcó el retorno a la presencialidad obligatoria de este 2022 fue para muchos el efecto de la privación de la interacción con los pares que vivieron los estudiantes durante un tiempo tan prolongado. De hecho, la última encuesta CEP arroja que el 82% de los encuestados cree que fue muy negativo el impacto de la suspensión de clases para los estudiantes en materia de salud mental.

"(La medida) tiene repercusiones negativas en la salud mental de las mujeres y aumento de estrés. Esto, porque aparece una demanda extra, donde hay que redistribuir todas las tareas de nuevo. Casi como un efecto crónico".

Gloria Jiménez, psicóloga UC e investigadora COES
Gloria Jiménez, psicóloga de la Universidad Católica e investigadora del Centro del Conflicto y Cohesión Social (COES), plantea que efectivamente se suprimieron las relaciones sociales con otras personas, y de paso, los recursos para "lidiar con personas que piensan diferentes y enfrentar las situaciones que resultan frustrantes; y si se dejan de usar estas herramientas en una etapa como la niñez o preadolescencia, cuando el ambiente las vuelve a demandar simplemente no están entrenadas", recalcó.

Pero los estudiantes no son los únicos afectados. "Si observamos las encuestas sobre cómo hombres y mujeres ocupan el tiempo, los roles siguen siendo marcados y las mujeres siguen teniendo las tareas de cuidado. Además, aún seguimos percibiendo con estereotipo a mujeres y hombres, donde lo doméstico aún no se les asocia tanto a este último sexo", afirma Jiménez.

Todo ello, explica la psicóloga, "tiene repercusiones negativas en la salud mental de las mujeres y aumento de estrés. Esto, porque aparece una demanda extra, donde hay que redistribuir todas las tareas de nuevo. Casi como un efecto crónico".

Este cuadro se hace aún más complejo cuando se suman ambos factores y se pone el foco en núcleos familiares, especialmente en aquellos más vulnerables, puesto que en general "las personas que ya sufren en la sociedad, vuelven a ser los más afectados". Y aquí, otra vez recae en la figura de las madres esta sensación de "estar obligadas a transar en mayor medida en esta situación; si ven que hijos o parejas están estresados, serán ellas quienes se esforzarán más", subrayó.
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