El periodista salió de la conducción de Estado Nacional a fines de julio.
Aton
La repentina salida del periodista Matías del Río de la conducción de Estado Nacional, en TVN, y las explicaciones entregadas por parte de la señal pública siguen generando varias dudas entre políticos y otros profesionales de la comunicación.
A esto se refirieron este miércoles Abraham Santibáñez, premio nacional de Periodismo; y Santiago Pavlovic, histórico rostro del canal nacional, quienes manifestaron sus aprensiones sobre la forma en que se tomó la decisión.
"Hay decisiones de los medios que no deberían ser objetadas cuando se ajustan a su línea editorial. Desgraciadamente, no ha habido una fundamentación exhaustiva de las razones de fondo.
Hablar de una medida destinada a ‘proteger’ al periodista no tiene sentido y se parece peligrosamente a una censura no explicitada", argumentó Santibáñez, en una carta dirigida a El Mercurio.
"Un medio oficialista, como supe de cerca después del retorno a la democracia, cuando fui designado para dirigir el diario La Nación, obliga a ser extremadamente cuidadoso en decisiones sensibles y, sobre todo, a tener siempre la precaución de entregar buenas y convincentes razones", agregó el periodista, que cerró afirmando que "este caso no está cerrado. No de forma satisfactoria".
Lo mismo hizo Pavlovic, también en una misiva al mismo medio, quien partió aseverando que lo ocurrido con Del Río "no tiene buena presentación". A juicio del presentador de televisión, "la verdad es que no se lo protegió. Más bien se lo canceló".
Además remarcó que a este episodio de han sumado personas pidiendo al Gobierno que "intervenga más" en TVN -como lo hizo el ex convencional Daniel Stingo-, y que con ello "parecieran querer tomar por asalto la legalidad del canal público que, con sus insuficiencias y sus logros, ya es parte de la exitosa reconstrucción democrática chilena iniciada en los años 90 con el Presidente Aylwin".
Pavlovic plantea que, de no ser por TVN, que ha ejercido "una influencia normativa, moderadora y deontológica en la televisión chilena", probablemente el ambiente polarizado actual " se vería aún más crispado y contagiado con el sectarismo, el partidismo y las pretensiones totalitarias".
"En realidad, ¿hay gente que todavía sueña con un canal de propaganda gubernamental? ¿Es gente que se da con una piedra en la cabeza... varias veces?", preguntó el conductor en la carta.
"El prestigio como medio público, autónomo y pluralista; el ejercicio de un periodismo libre, democrático y desafiante de los poderes; la estabilidad laboral, la responsabilidad profesional e independencia de los periodistas estarían siendo ventilados con majadera ligereza y ya proverbial incontinencia tuitera justamente por miembros (¿miembras?) del Directorio de TVN que debieran dar el ejemplo de criterio, discreción, prudencia y buen tino", concluyó.