Cerca de 200 intelectuales, parlamentarios y políticos extranjeros de izquierda firmaron una carta para "celebrar" el proyecto de nueva Constitución que se votará este 4 de septiembre, asegurando que se trata de un documento "visionario que marca el rumbo del próximo capítulo de esta transformación".
Entre los firmantes están el filósofo estadounidense Noam Chomsky; Rashida Tlaib, de la Cámara de Representantes de EE.UU; el ex líder de Partido Laborista Jeremy Corbyn, el ex candidato presidencial francés Jean-Luc Mélenchon y la portavoz de la Presidencia argentina, Gabriela Cerruti, además de otras decenas de representantes de los poderes legislativos de España, Turquía, Ecuador, Argentina, y líderes de sindicatos de América Latina.
En el texto felicitan a la Convención por la finalización del texto que "asentará al país sobre una base sólida de democracia igualitaria y que inspirará a los pueblos de todo el mundo" y reconocen "las décadas de lucha" que hicieron posible la Constitución.
Según afirman los adherentes, el texto "evidencia las salidas a las crisis que afligen a las sociedades de todo el mundo", como la problemática del cambio climático, el reconocimiento de los derechos de la naturaleza y la obligación del Estado de mitigar y afrontar la situación.
"La Constitución actúa frente a la desigualdad que sufre el país, asegurando una educación gratuita y de calidad desde la escuela primaria hasta la universidad, garantizando la conectividad a la internet en todo Chile, y consagrando el derecho a envejecer con dignidad con pensiones dignas para todxs lxs chilenxs".
Asimismo, aseveran que la propuesta "se hace eco de la inseguridad, garantizando la salud, el trabajo decente, la vivienda, el agua y la alimentación sana como derechos inalienables. La reproducción social, el trabajo del cuidado y el trabajo doméstico se reconocen explícitamente como ‘socialmente necesarios e indispensables para la sostenibilidad de la vida y el desarrollo de la sociedad’.
Sobre las normas de plurinacionalidad, los firmantes destacan que la Carta Magna "responde al despojo indígena, reconociendo a Chile como un Estado plurinacional de pueblos y naciones indígenas. La Constitución reserva escaños para la participación indígena en todos los niveles de gobierno, reconoce la autonomía territorial y defiende la libre determinación indígena".
"La Constitución se opone a la opresión de género, consagrando la paridad de género en las instituciones públicas, garantizando los derechos al aborto, a la educación sexual y a la libre expresión de género, e incluyendo el "enfoque de género" como un principio de funcionamiento del Estado", se lee en el texto.
Finalmente declaran que el texto "responde a la legitimidad de la propia democracia. Se reduce la edad de voto a 16 años, se codifican los derechos de referéndum e iniciativa popular y se amplía considerablemente la democracia en el trabajo, incluyendo el derecho de huelga, la negociación colectiva y la participación de los trabajadores en las decisiones de las empresas".
En el último párrafo, las casi 200 personalidades dicen que "en las calles y en las urnas, el pueblo de Chile ha mostrado el valor de recuperar y transformar su sociedad. La nueva Constitución es un documento visionario que marca el rumbo del próximo capítulo de esta transformación. Celebramos este logro histórico".
