A las 12 horas de este martes estaba programado el primer cambio de gabinete del Presidente Gabriel Boric, el cual ratificó después de la derrota de las fuerzas oficialistas en el Plebiscito de salida y con el que esperaba dar “nuevos bríos” a su administración.
Sin embargo, la ceremonia que se realizó en el Patio de los Cañones del Palacio de La Moneda comenzó con una hora y media de retraso, debido a los ajustes de última hora que tuvo que realizar el Mandatario al diseño original que tenía definido.
El motivo de la demora fue la designación fallida del actual subsecretario de Educación,
Nicolás Cataldo (PC) en la subsecretaría del Interior, la cual incluso llegó a ser anunciada oficialmente mediante un comunicado a las 11:50 horas.
La autoridad incluso alcanzó a modificar su perfil de Twitter con su nuevo cargo. Sin embargo, la difusión de antiguos comentarios que realizó en esa red social contra Carabineros pusieron en jaque su nominación en un cargo en el que debía interactuar con la policía.
En la hora siguiente, parlamentarios de la oposición comenzaron a cuestionar la idoneidad de Cataldo para el puesto. De hecho, varios líderes de Chile Vamos amenazaron con congelar las relaciones con el Gobierno de concretarse su llegada.
Ello motivó al jefe de Estado a reestudiar su plan original, sobre todo considerando que en la tarde tenía programada una cita con los partidos de la centroderecha, en el marco de los esfuerzos por llegar a un acuerdo para un nuevo proceso constituyente.
En el intervalo, los ministros entrantes y los que permanecieron en el gabinete esperaron la definición entre el Salón Montt Varas y el O’Higgins, mientras los invitados de los nuevos secretarios de Estado
aguardaban en el exterior.
Entre ellos, estaba Moy de Tohá, madre de la nueva titular de Interior, Carolina Tohá, y el padre de la futura ministra de Salud, Ximena Aguilera, el popular locutor radial, Pablo Aguilera. Ambos sufrieron con la espera y el calor imperante en Los Cañones.
Como si fuera poco, pasado el mediodía llegó un fuerte olor a gas lacrimógeno desde el exterior de La Moneda, el cual fue lanzado por Carabineros para contener las protestas estudiantiles que se estaban desarrollando cerca de la sede del Ejecutivo.
En tanto, en el Congreso Nacional y en redes sociales el hecho provocó severas críticas contra el Gobierno, apuntando a la desprolijidad en el nombramiento de Cataldo y a la "improvisación" del momento. "Papelón", comentaban en la oposición.
La protesta del PC
A contra reloj, ya que el subsecretario del Interior debía ser quien leyera los decretos que dieran paso a los nuevos ministros, el Presidente retrocedió en la designación del comunista y de mover al actual titular de ese cargo, Manuel Monsalve, a la Segpres.
En principio, el cambio era el siguiente: Tohá por Izkia Siches en Interior, Monsalve por Giorgio Jackson en Segpres, Aguilera por Begoña Yarza en Salud, Diego Pardow por Claudio Huepe en Energía y Silvia Díaz por Flavio Salazar en Ciencias.
Sin embargo, aparte de la dificultad que surgió con Cataldo, el Mandatario tuvo que enfrentar otro problema:
Monsalve no quería dejar su puesto y el PS quería ingresar al comité político con Ana Lya Uriarte, entonces jefa de gabinete de Siches.
Según comentaron fuentes del oficialismo a Emol, el subsecretario se opuso hasta último momento a la determinación, pero la situación crítica del comunista facilitó sus intenciones de quedarse, despejándose el primer problema. De paso, permitió la llegada de Uriarte.
Sin embargo, el segundo fue la molestia que generó en el PC la rápida caída de Cataldo. Según contaron algunos dirigentes, el presidente de esa colectividad, Guillermo Teillier, protestó por la decisión y exigió una compensación.
Fue así que Boric accedió a incorporar a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, al comité político. "Fue un gesto que hizo el Presidente, porque Teillier reclamó por la bajada de Cataldo", aseguraron en privado desde el Socialismo Democrático.
Una vez resuelto el entuerto, el Presidente y sus ministros salieron a escena y tal como ha ocurrido en otras ocasiones,
el Mandatario rompió el tradicional protocolo observado en este tipo de ceremonias para dar una emotiva despedida a Siches.
El jefe de Estado dejó su lugar detrás del escritorio en el que se firman los decretos y se acercó a su ex jefa de gabinete. Ambos se fundieron en un largo abrazo, en medio de las lágrimas de quien fuera su jefa de campaña en la segunda vuelta.
Los movimientos en la casa de Gobierno comenzaron a primera hora, con la instalación de una malla negra en la reja que da paso a Los Cañones, impidiendo la vista de los medios. Sin embargo, el telón fue retirado, en medio de críticas en redes sociales.
Las acciones se concentraron en el ala norte del edificio, por donde ingresaron todos los secretarios de Estado a la ceremonia. Algunos lo hicieron a pie y otros llegaron en automóvil, en medio de la incertidumbre sobre la magnitud del ajuste ministerial.
