EMOLTV

Plebiscito marcó primer rechazo en urnas a una Constitución en Chile y mayor fracaso electoral de la izquierda

Hay un consenso mayoritario en que el rechazo a la propuesta marcará una nueva etapa, donde la política, centrada en el diálogo y los consensos, tomará mayor protagonismo. El que disiente es Gabriel Salazar, para quien la ciudadanía sacó como lección "no creer en los políticos".

09 de Septiembre de 2022 | 07:16 | M. Vega y P. Villarino, El Mercurio
imagen

Imagen referencial.

Aton
Con más de 13 millones de personas votando, el plebiscito del domingo pasado, en el cual 61,8% rechazó la propuesta de Constitución de la Convención, pasó a formar parte de la historia de Chile. No solo porque registró la mayor participación electoral, sino también porque se alza como un hito ineludible para comprender el escenario político actual.

Lo primero es que es la primera vez en la historia del país que la ciudadanía, en las urnas, rechaza una propuesta de nueva Constitución, hecha además por una inédita Convención Constitucional, confirman Enrique Navarro, de la U. de Chile, y Rafael Sagredo, de la U. Católica, Premio Nacional de Historia 2022. Para algunos, asimismo, se trataría de una de las mayores derrotas electorales de la izquierda local, si no la más.

Enrique Brahm, director de Historia del Derecho de la U. de los Andes, dice que, en paralelo, "es una de las derrotas más duras de la izquierda en su historia", pero acota que se trata de una izquierda "especial, distinta, propia de inicios de este siglo". Juan Luis Ossa, investigador del CEP, cree que lo del domingo "muestra que un amplio sector de la sociedad castigó con fuerza la pérdida de foco de las izquierdas, así como su excesivo identitarismo".

"En los últimos 50 años, la izquierda ha intentado conducir dos revoluciones en Chile, una inconclusa, la Unidad Popular, y una fallida, el proceso constituyente"

Monserrat Risco, UDD
Algunos académicos enmarcan a la etapa de la Convención en un proceso más largo. Monserrat Risco, investigadora de la U. del Desarrollo, plantea que "en los últimos 50 años, la izquierda ha intentado conducir dos revoluciones en Chile: una inconclusa, la Unidad Popular, y una fallida, el proceso constituyente". Para Josefina Araos, investigadora del IES, "cuesta encontrar un fracaso electoral equivalente a este. Sobre todo porque no fue una simple competencia por un cargo que se pierde, sino la derrota de un proyecto largamente buscado: el reemplazo de la Constitución vigente".

Un punto divergente lo establece Gabriel Salazar, Premio Nacional de Historia 2006, para quien el texto plebiscitado "no es de izquierda pura", pues no plantea la nacionalización del cobre, del litio, el fin de las AFP, de las isapres, no cambió el Código de Trabajo, entre otras. "No es revolucionaria, pero sí reformista", arguye.

Algo en que coinciden es en que lo del domingo pasará a formar parte de la lista de los procesos constituyentes truncados o que tuvieron corta vida.

El más antiguo data de 1822 y se conoció como "La Convención de los habitantes de Chile". El texto se promulgó en octubre de 1822, con Bernardo O’Higgins como Director Supremo, y dejó de regir en enero de 1823 dando inicio a la década conocida como de "Ensayos constitucionales". Se trató de una serie de intentos de dar con un texto nacional que hasta incluyó la idea de un Chile federal. Estos culminaron en la Constitución de 1833 promulgada en el gobierno de José Joaquín Prieto.

Décadas más tarde, en medio de la Guerra Civil de 1891, el entonces Presidente, José Manuel Balmaceda, buscó reformar la Carta de 1833, algo que fue avanzando en el Parlamento hasta las batallas de Concón y Placilla (ambas de agosto de 1891), en que fue derrotado el sector leal a Balmaceda y se disolvió el Congreso.

Finalmente, en 1925, en el gobierno de Arturo Alessandri Palma, comenzó a regir una nueva Constitución redactada por una comisión ad hoc y ratificada en un referéndum vinculante.

Brahm cuenta que, en 1952, Carlos Ibáñez del Campo, durante su segundo gobierno, trabajó en un proyecto de reforma constitucional "que quedó en nada" y hubo otros intentos en los mandatos de Jorge Alessandri y Eduardo Frei Montalva, sin resultados. Luego vino la Constitución de 1980, las reformas durante el gobierno de Ricardo Lagos, hasta que durante el segundo mandato de Michelle Bachelet se intentó hacer una nueva Carta, proceso también truncado.

"Posiciones más moderadas


Esta semana los medios de comunicación, expertos y las redes sociales han tratado de darle significado al holgado triunfo del Rechazo. Para Rafael Sagredo, "una cosa es cómo lo miramos nosotros y otra cómo lo verá la historia". Él cree que "estamos en medio de un proceso de transformación, producto de una crisis que es consecuencia de la expansión que ha tenido Chile en los últimos 30 o 40 años. Y este proceso tiene etapas e hitos, y uno fue la constituyente".

Afirma que el plebiscito "demostró que la forma es el fondo", pues el trabajo de la Convención se vio opacado por el comportamiento de algunos constituyentes. El académico resalta que eso no modifica que la ciudadanía demanda cambios y transformaciones, y que en este momento, el Congreso "tiene la gran oportunidad de llegar a acuerdos y cumplir su palabra".

"El impulso constitucional no culminó con el plebiscito de salida, sino que más bien dio un giro hacia posiciones moderadas"

Rafael Sagredo, historiador
Sobre el punto hay coincidencias. Ossa señala que "el impulso constitucional no culminó con el plebiscito de salida, sino que más bien dio un giro hacia posiciones moderadas", algo que comparten Araos y Risco. Esta última dice que esto marca "retomar la política de los consensos".

Quien pone un punto divergente es Salazar. El historiador teoriza que parte del voto no solo rechazó la propuesta de la Convención, sino que fue contra el sistema, que dentro de los 8 millones se encontrarían “los jóvenes nini, que ni estudian ni trabajan, juventud que salió a las calles, que quemó 80 estaciones del metro. Esa que no votaba y ahora votó”. Y pregunta: "¿Qué creen que va a hacer esta masa ciudadana si los políticos por enésima vez en la historia de Chile salen corriendo a organizar el proceso constituyente? Como lo ha hecho siempre: la calle". Es que para Salazar, "lo que está claro es que la ciudadanía aquí aprendió algo que no había ocurrido antes: aprendió a no creer en los políticos".

Por su parte, Enrique Navarro cree que la etapa que concluyó el domingo "constituirá un ejemplo en derecho comparado de cómo puede fracasar un procedimiento en el cual se cometieron diversos errores: falta de asesoría constitucional de expertos, soberbia de muchos de los constituyentes y falta de un verdadero diálogo ciudadano".
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?