Inusual, sin precedentes, un bochorno, impropio, negativo, un desaire y una descortesía. Con esas palabras se refirieron seis ex ministros de Relaciones Exteriores, en conversación con Emol, al impasse que ocurrió entre el Presidente Gabriel Boric y el embajador de Israel en Chile Gil Artzyeli, a quien se le negó la recepción de sus cartas credenciales este jueves.
Todos los consultados coinciden en la connotación negativa que tiene el episodio en la relación bilateral con Israel, y plantean que, pese a que el Gobierno siempre puede tener opiniones que estime convenientes sobre determinados asuntos, el Mandatario podría haber transmitido su punto de otra forma.
"No recuerdo un episodio semejante en la historia diplomática nacional en democracia. Prefiero no decir más por lealtad a nuestra política exterior", responde a este medio el ex canciller Heraldo Muñoz.
"El gobierno chileno puede tener todas las opiniones que estime, pero en la conversación que iban a tener podía hacerlo presente, o en otra ocasión, o puede mandar una nota. Las maneras que tienen los Estados de hacer presente una preocupación sobre algún tema son otras, pero no algo contra el embajador, que es una persona permanente y es el vínculo con el Estado israelí", comenta el ex ministro Alfredo Moreno.
El ex titular de RR.EE. y ahora senador PS, José Miguel Insulza, responde en esa línea que "no es un hecho positivo desde el punto de vista diplomático, es negativo. Entiendo que el Presidente pueda haber tenido motivos emocionales, es una persona que valora mucho los temas de derechos humanos. Pero creo que se podrían haber hecho las cosas mejor, ya sea avisando antes al embajador o recibiendo sus credenciales y sin necesidad de tener una larga conversación con él".
La presentación de cartas credenciales conlleva luego, según explican estas ex autoridades, una foto y una conversación breve en la que el embajador se presenta a él y a su equipo. "Esa conversación se podría haber suprimido y haber recibido las cartas sin necesidad de un acto que ciertamente nos puede traer problemas diplomáticos", dice Insulza.
La relación entre canciller y Mandatario
"Las relaciones diplomáticas son para resolver los problemas dialogando, no para pegarse portazos, y acá lo que se ha hecho es un acto de profunda descortesía, sin evaluar las consecuencias. Invitar a alguien y luego sacarlo por la puerta trasera es un acto profundo de falta de deferencia. Mi consejo es que Palacio debe escuchar más a los diplomáticos y dejarse orientar más por ellos", agrega el ex canciller Teodoro Ribera.
No es la primera vez desde que inició la gestión de Boric que un episodio asociado a relaciones internacionales genera una polémica, e incluso en estos meses la figura de la ministra de esa cartera, Antonia Urrejola, ha sido cuestionada por la oposición y por varios expertos en materia exterior.
"La que queda mal es la política exterior chilena, pero quien conduce la política exterior chilena es el Presidente en su calidad de jefe de Estado. No quiero exculpar o inculpar a alguien, pero es el Presidente como jefe de Estado el que toma las decisiones. Un canciller es colaborador del Presidente. Hay que poner fin a estos bochornos, improvisaciones, errores no forzados. A estas alturas son más que errores no forzados porque son reiterados, sistemáticos, permanentes", asevera el ex ministro Ignacio Walker.
En eso también hace foco la ex canciller
Soledad Alvear, que plantea que es clave que el Presidente asuma su calidad de jefe de Estado. "
Esta es una situación absolutamente inusual, no conozco un precedente y me parece a mí que el Presidente Boric debe asumir su calidad de jefe de Estado, porque esta es muy relevante para los efectos de llevar adelante las relaciones exteriores de Chile que en realidad competen al Presidente, y se ejecutan a través de Cancillería".
En ese marco, Alvear comenta que en su experiencia es necesaria una relación adecuada entre el titular de Relaciones Exteriores y el Mandatario.
"Es evidente que el Presidente en materia de política exterior tenga como asesoría a la Cancillería, partiendo por su canciller. Y eso es clave para poder tener unidad en las relaciones exteriores y poder el Presidente contar con todos los antecedentes necesarios para tomar una u otra decisión", dice Alvear.
Las consecuencias del impasse
Otro punto que hacen los ex cancilleres es sobre las consecuencias que este hecho podría traer, no solo en cuanto a la relación con Israel sino en general en la política exterior.
"El ministro de Hacienda ya está partiendo a Nueva York y tendrá reuniones con inversionistas y le van a preguntar, porque todos sabemos la importancia que tiene la comunidad judía en Estados Unidos. Además contrapone en Chile a la comunidad chilena con la comunidad palestina, que están muy arraigadas en la historia de nuestro país. ¿A título de qué? ¿De darse un gustito una vez más? De confundir los planos y no entender lo que son las prácticas diplomáticas", critica Walker.
El ex ministro Moreno pone el foco en que, de no resolverse, podría traer complicaciones con un país cuya colaboración se ha estado utilizando para resolver problemas relevantes en Chile. "Si no se resuelve puede tener consecuencias con las relaciones con Israel, que es un país que no es grande, pero con el que tenemos mucha cooperación, tiene mucha tecnología y con el que hemos estado trabajando", dice.
Para Ribera, "lo acontecido no solamente se va a leer por parte de la Cancillería israelí, esto ayer se tiene que haber informado probablemente por todos los embajadores que hay en Chile a sus respectivos países y entonces se abre una nebulosa que afecta al país y también a la figura del Presidente".
Quien difiere es Insulza, que asegura que "la imagen del Presidente Boric es buena en el exterior y no creo que se vaya a deteriorar por esto".
