La visita al país del ex vicepresidente boliviano Álvaro García Linera y sus declaraciones sobre el proceso constituyente chileno no pasaron desapercibidas en general en el mundo político: esta semana, el ex colaborador de Evo Morales aseguró que estaba "triste" por los resultados del Plebiscito, pero que el desenlace era "previsible" por las características del ambiente en que se desarrolló el proceso y la forma en la que se condujo la campaña.
"Que el proceso constituyente haya enfrentado un ambiente mediático muy adverso, lleno de injurias, de mentiras, de falsedades que ha envenenado el debate, eso es común a los procesos constituyentes del continente, no es novedad", aseguró.
A su juicio, "la novedad es cómo se enfrentó todo esto y creo que
la salida de enfrentarlo de una manera con buenos modales, fue un error", y mencionó el caso de la construcción de la Constitución boliviana, para el que "sabíamos que la Constitución es un hecho político, hay que tratarlo políticamente. Segundo algoritmo, la suerte de un gobierno se juega en la Constitución".
Por eso, "mostremos lo que va a hacer la Constitución. ¿Y qué va a hacer? Nacionalizamos el gas, nacionalizamos las telecomunicaciones", comentó.
García Linera es una de las figuras políticas latinoamericanas de mayor importancia para el Presidente Gabriel Boric, quien reconoció que el boliviano es su "referente", por lo que sus palabras -proferidas en una conferencia en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano- despertaron todo tipo de críticas, principalmente en la oposición, pero también en parte del oficialismo.
"Lo que preocupa no es esta frase de García Linera, quien ya nos tiene acostumbrados a traspasar su odiosidad a Chile; lo que preocupa es su "cercanía ideológica" con Gabriel Boric, según reconoció en su momento nuestro Presidente, quien invitó al boliviano a su cambio de mando", dijo el senador Matías Walker.
En una carta al director de El Mercurio esta semana, el analista político Sergio Muñoz Riveros aseveró que "usando el viejo léxico de la lucha de clases, García Linera despejó las últimas dudas que pudieran quedar sobre la naturaleza del proyecto de la Convención: era, a todas luces, un plan del copamiento del poder que iba a generar un marco de hierro para el futuro. O sea, la revolución por vía constitucional".
Su intervención, según Muñoz, "no ha hecho sino confirmar la magnitud de los riesgos que enfrentó Chile en este período".
En el mismo medio, el senador Iván Moreira (UDI) criticó que "sigue siendo un referente para el Presidente Boric y sus palabras solo reflejan lo que dolió a esa izquierda radical la derrota contundente de su propuesta constitucional".
En tanto, la diputada Sofía Cid (RN) aseguró que sus palabras "reflejan a cabalidad lo que un sector de la izquierda latinoamericana representa, un giro antidemocrático y autoritario".
Ya en los partidos oficialistas, el ex canciller Heraldo Muñoz planteó que "demuestra una evidente falta de respeto por la democracia y por la voluntad soberana de la ciudadanía expresada en el plebiscito de salida".
El diputado
Raúl Soto (PPD) complementó diciendo que "todos los países tienen procesos que obedecen a experiencias distintas en función de su propia realidad política y social. Se equivoca al comparar lo que ocurrió en Chile y atribuirle al fracaso del resultado una causa simplista. Este no es un problema de modales, ni de relato; somos los chilenos los que tenemos que resolver las reglas que nos vamos a dar para una nueva carta constitucional".
La defensa de la organización de la visita
En tanto, el organizador de la visita de García Linera a Chile, Tomás Torres, se refirió a la polémica en otra carta al director del mismo diario. Según Torres, "el punto más relevante de su paso por nuestro país es la idea de que uno de los problemas del proceso constituyente fue una defensa legalista de algo que es profundamente político".
Además, el énfasis que habría querido darle a sus palabras era también la necesidad de entender el tiempo "liminal" que nos toca vivir, "la falta de certidumbre, carencia de horizontes claros, no hay victorias duraderas".
"Son varios los puntos de enseñanza que deja su visita. Lamentablemente, enfocarse en uno de sus dichos cercena el resto de sus reflexiones que permiten considerar salidas participativas e inclusivas al momento constituyente actual", criticó.