El nombre de Marco Antonio Ávila, ministro de Educación, era uno de los que más sonaba para el cambio de gabinete que realizó ayer (viernes) el Presidente Gabriel Boric. Hasta el último momento se especulaba que una de las sillas del Salón Montt Varas estaba destinada para el profesor, cuya gestión ha sido criticada por la lentitud de su trabajo en materia legislativa, por no tener una gestión política óptima y por no abordar con medidas efectivas el impacto de la pandemia en la enseñanza. Asimismo, se aludió a él como uno de los responsables de la dura derrota que sufrió el Gobierno con el rechazo a la idea de legislar la reforma tributaria, luego de la discusión que sostuvo con la diputada ecologista, Viviana Delgado. Entre los nombres que surgían para su reemplazo estaban el de Jaime Veas, actual director de Educación Pública, e incluso el de la ex subsecretaria Valentina Quiroga, lo cual fue rápidamente descartado. Para poder realizar el ajuste y mantener los equilibrios políticos. debía llegar a esa cartera alguien de Revolución Democrática. Y aunque trascendió que la actual alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti (RD) era una opción para asumir en el ministerio, esto no se concretó.
