La alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti.
Aton
El fracaso del espectáculo de los fuegos artificiales en Viña del Mar, el pasado 31 de diciembre, no sólo ocasionó pérdidas al turismo comunal por US$35 millones y de $209 millones a las arcas municipales, que destinó esa suma a preparar plataformas de lanzamientos sin usar. A esas cifras hay que añadirles, desde el 31 de marzo, otros $241 millones que la municipalidad dejó de cobrar, al vencer el plazo de la póliza que garantizaba el contrato. La alcaldesa Macarena Ripamonti, el 21 de marzo, denunció ante el Tribunal de Garantía de Viña del Mar, al ampliar los delitos de perjurio y de otorgamiento de contrato simulado a la querella por estafa que interpuso en enero contra el proveedor del servicio pirotécnico, Jorge Cayumán, que este no entregó el documento respectivo. Cayumána aseguró ayer a "El Mercurio" que "las póliza de seguro y de garantía se presentaron en los plazos que indican las bases. En nuestro poder están el respaldo de las pólizas y los pagos de la prima efectuados. La activación o desorden administrativo no es nuestra competencia", aseveró.
