Hace 10 años, Santiago tenía nueve horas de respaldo de agua potable para casos como el sistema frontal del pasado fin de semana. En 2018 aumentó a 11 y en 2020 escaló a 34. Hoy son 37 horas tras la puesta en marcha de los pozos en Cerro Negro-Lo Mena. Estas obras evitaron que se cortara el servicio en la capital, afectada por la turbiedad en los cauces de ríos. Pero el respaldo estuvo al límite. Ante esto, es relevante el proyecto de US$ 80 millones que impulsa Aguas Andinas para aumentar a 48 horas la autonomía de agua en la Región Metropolitana en casos de extrema turbiedad en el Río Maipo. Se trata de una obra que integra el plan de resiliencia de la empresa, que consiste en una nueva toma de captación de agua desde el río Maipo, conectada aguas abajo de la descarga de la central hidroeléctrica Las Lajas, a unos 5,7 kilómetros de la actual Toma Independiente. Desde allí, el agua será conducida a través de un ducto hasta la planta de producción de Las Vizcachas. Al evitar el paso por el cauce del río, llegará limpia.
