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Exconvencional Bernardo Fontaine: "Están dadas las condiciones para terminar con una buena Constitución"

Aunque sostiene que el éxito del actual proceso “no está garantizado”, el economista cree que las enmiendas recogen las principales preocupaciones ciudadanas y que a medida que se vayan votando y aprobando, la gente “se puede ir entusiasmando”.

01 de Septiembre de 2023 | 08:23 | Por Nadia Cabello F., Crónica Constitucional
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El ex convencional Bernardo Fontaine.

El Mercurio
"Las constituciones no se imponen a las mayorías ciudadanas y es un tremendo error emborracharse con las victorias electorales". Para Bernardo Fontaine, esa es la primera lección que dejó el proceso de la Convención de cual fue parte como constituyente en cupo de Chile Vamos.

Terminado el proceso, el economista fue uno de los voceros de la campaña del Rechazo y la noche del 4 de septiembre de 2022 celebró que el 62% de los votantes descartara la propuesta de dicho órgano. A casi un año de ello, Fontaine mantiene su convicción: "La Convención no fue un circo, fue el intento muy preparado, muy pensado, por imponer la ideología de Gabriel Boric y su coalición".
—¿Por qué fracasó la Convención?

—Por la misma razón que le ha ido mal al Gobierno. El texto de la Convención y el programa de gobierno son dos caras de la misma medalla. Están basados en un diagnóstico falso y contienen propuestas que han fallado donde se han aplicado. Diagnóstico falso, por ejemplo, cuando nos decían que los 30 años habían sido pura injusticia y empobrecimiento, pero después Boric dice que somos un país que ha mejorado significativamente, disminuido la pobreza y fortalecido las instituciones. Y propuestas que han fallado: esta idea de derrocar el capitalismo. Corea del Norte, Cuba, Venezuela derrocaron el capitalismo y cómo les ha ido. La lección es que vender humo, llegar al poder a través de inflamar las molestias de los ciudadanos lleva al fracaso.

"Lo más sorprendente es que aunque el mundo de Boric está derrotado y maltrecho, son dogmáticos y porfían en sus reformas. No ha habido una autocrítica. Han dicho que perdieron porque los ciudadanos fueron engañados, porque estaban adelantados a los tiempos. La superioridad moral, la soberbia que tiene ese sector político lo condena también al fracaso y hace que los chilenos de a pie paguen las consecuencias".

—¿Qué hitos sellaron el devenir de la propuesta de la Convención?

—El momento más duro fue el verano del 2022, cuando la Convención avanzaba a refundar Chile destruyendo las bases institucionales que nos habían hecho la envidia de Latinoamérica y destruyendo la posibilidad de ser un país desarrollado, unido y próspero. Eso todavía no se conocía tan públicamente, por eso nuestra estrategia fue primero generar y mantener la cohesión de los representantes de la centroderecha y la derecha; comunicar a la ciudadanía lo que estaba discutiendo y aprobando la Convención; representar nuestras convicciones aunque fuéramos abucheados, funados y desoídos; y propiciar que la ciudadanía se levantara contra este intento refundacional.

"La última semana de marzo se rechazó la iniciativa popular ‘Con mi plata no’, que buscaba garantizar la propiedad de los ahorros previsionales, que había sido la más apoyada, con más de 60 mil firmas, equivalentes a más de un Estadio Nacional lleno. Y se aprobó la norma ‘No+ AFP’, que buscaba que futuros gobiernos pudieran estatizar los ahorros de pensiones. Eso lo denunciamos públicamente y por primera vez las encuestas se dieron vuelta. Nunca más el Apruebo se pudo recuperar. Esa semana fue clave porque hubo una manifestación clara de que incluso en derechos sociales, que aparentemente serían lo más dulce de la Constitución, la Convención iba hacia un lado y los ciudadanos a otro".

Otros temas que influyeron en el resultado, asegura, fueron "la plurinacionalidad, la multiplicidad de sistemas de justicia, establecer que en caso de expropiación se indemnizaría por el precio justo y no por el valor del bien expropiado, la eliminación del Senado, la percepción de un sistema político que iba a llevar a que el que tuviera mayoría pudiera arrasar con las instituciones sin contrapeso".

—Este lunes se cumple un año del plebiscito del 4 de septiembre. ¿Qué destacaría de esa campaña?

—El Rechazo fue profundo, amplio, diverso, hasta desordenado, orgánico. Había múltiples comandos de distintos tipos, con distintas sensibilidades políticas y eso fue lo interesante. Organizaciones ciudadanas tuvieron peso, como “Con mi plata no”. Una lección importante es que si los partidarios que buscan una sociedad libre, que si le ponemos etiquetas políticas van desde Demócratas, pasando por Amarillos, Chile Vamos y hasta republicanos, pero también gente que no estaba en partidos, se unen y trabajan unidos, son una mayoría contundente. Y es una lección muy importante para lo que viene que es, justamente, que las fuerzas que estuvieron por el Rechazo se unan para proponer a los chilenos un proyecto político atractivo y que permita que el país dé el salto que necesitamos.

—¿Cree factible la unión de esas distintas fuerzas?

—Uno esperaría que una vez que se conozca el texto todos los partidarios de una sociedad libre estén ahí para empujar la nueva propuesta, en la medida que satisfaga los criterios de una buena Constitución.

—¿Qué expectativas tiene de que eso pase?

—Están dadas las condiciones para terminar con una buena Constitución, aunque no está garantizado. Pero están las condiciones para tener una Constitución que dé más poder a las personas y ponga más límites y obligaciones al Estado y a los políticos; una que acoja las preocupaciones de la gente. A la gente le preocupa la violencia, la delincuencia, el narcotráfico, la corrupción. Bueno, hay enmiendas propuestas que buscan darle más fuerza al Estado para combatirlos. A las personas les interesa la propiedad de los ahorros previsionales, la libertad de elegir en salud y educación, que subsistan y prosperen los colegios subvencionados, disminuir el número de parlamentarios. Todo eso está en las enmiendas. Por cierto, no está aprobado y se tiene que votar, pero los elementos están.

"La Constitución tiene que reflejar lo que los ciudadanos quieren proteger. Esto es tan concreto como que, por ejemplo, en la última encuesta UDP-Feedback Research el 85% dijo que quiere que la Constitución garantice la propiedad de sus ahorros previsionales y la libertad de elegir su administración. Si ese tipo de cosas no está en la Constitución, vamos a tener una propuesta que ha desoído de nuevo a los ciudadanos y se va a rechazar".

—Pero las encuestas también muestran que la mayoría se inclina a votar “En contra”. ¿Cree que eso se pueda revertir?

—Sí, porque todavía es muy pronto. Recordemos que antes de votar los temas sustantivos en la Convención las encuestas le daban al Apruebo gran ventaja. Fue en la medida que se fueron votando los temas que le preocupaban más a la ciudadanía que se fue desilusionando. Aquí puede suceder el fenómeno al revés, se pueden ir entusiasmando. Yo creo que parte de la opinión en las encuestas es más bien producto de la falta de información y de que todavía no sabemos cuál es la Constitución que nos van a proponer.

—El exconvencional Hernán Larraín afirmó que el Partido Republicano ha equivocado la estrategia, que desde que asumieron el liderazgo del proceso las encuestas han empeorado. ¿Concuerda?

—Yo creo que tiene razón de que existe falta de apoyo público en las encuestas, pero yo soy más optimista. Creo que es muy temprano. Mal les podemos pedir a las personas que tengan una opinión sobre un texto que no existe, de manera que no comparto ese juicio tan drástico.

—El lunes en comisión se aprobaron enmiendas que declaran a la cueca y el rodeo como baile y deporte nacional, lo que generó críticas desde la izquierda. ¿Están los republicanos impulsando ideas identitarias?

—Son iniciativas de amplio apoyo. Hubo una iniciativa popular de norma en ese sentido. También se aprobó una norma de protección a los animales. Yo creo que a la izquierda, que es minoría, le gustaría que este proceso fracasara y, por consiguiente, están en la estrategia de hacer tormenta en un vaso de agua cada vez que puedan.

—Sectores de izquierda ya definieron votar “En contra” en diciembre. ¿Ve interés genuino de la izquierda que participa en el proceso de que este resulte?

—Uno intuye de palabras de Daniel Jadue y de Hugo Gutiérrez, del poco entusiasmo del Presidente Boric y de declaraciones que han hecho desde el Partido Comunista que van a ir por rechazar. Probablemente están esperando tener el texto.

"Si tenemos una buena propuesta después de las votaciones y esta resulta ampliamente aprobada por las fuerzas que valoran una sociedad libre y democrática, ellos pierden un tema clave para las futuras campañas y es una nueva derrota al proyecto político del Gobierno. A la coalición de Gobierno le conviene que se rechace. Suponiendo que el texto propuesto por el Consejo refleja más o menos lo que está en el texto de los expertos, más gran parte de las enmiendas y eliminando algunas más controversiales, esa no es la Constitución que satisface ni al Frente Amplio, ni al PC, ni a gran parte del PS, por lo que es muy probable que ellos vayan a votar ‘En contra’".
—Antes del 4-S hubo un compromiso de la centroderecha y personalidades de centroizquierda de rechazar para buscar una nueva y mejor propuesta de Constitución. ¿Están los sectores de izquierda que ya se definieron en contra en condiciones de ofrecer algo similar?

—Yo lo veo muy difícil. Una parte de ellos nunca ha querido una Constitución que no sea la carta dogmática y fanática que fue la que presentaron en la Convención. Y no se ve como posibilidad práctica volver a votar y tener un nuevo órgano redactor. Lo que sí podrían hacer es insistir sobre el tema en la futura elección presidencial y parlamentaria.

—¿Qué señales puede dar el Consejo a la ciudadanía para revertir las encuestas?

—Buscar diálogo y acuerdos. Y cuando no se pueda, habrá que votar. No hay que tenerle miedo a votar cuando uno tiene a la ciudadanía detrás, lo importante es que en todas las votaciones los consejeros tengan presente el bienestar de Chile. Es ingenuo pensar que se puede lograr acuerdo total cuando tenemos visiones de sociedad muy distintas. El sector que va desde la centroizquierda a la derecha tiene un modelo de sociedad libre y democrática, con más o menos Estado, con distintos matices; pero el sector del Frente Amplio, del PC y parte del PS quiere una sociedad más bien totalitaria, donde el Estado y los políticos tienen todo el poder.

"Ahora, para que se apruebe con éxito esta Constitución tiene que tener padres. Y eso significa que, desde luego, los potenciales candidatos presidenciales, los parlamentarios, los líderes políticos y ciudadanos salgan a respaldarla una vez que se tenga el texto. Ahí se van a juzgar los liderazgos, porque seguir las encuestas o criticar lavándose las manos como Poncio Pilatos es fácil".

—¿Se jugaría alguien por un proyecto que las encuestas dicen que la gente rechaza?

—Si terminamos con una buena propuesta, quienes primero se jueguen por esa Constitución van a reforzar su liderazgo porque se es líder para guiar, no para seguir las encuestas. Es evidente que aquí republicanos, pero también Chile Vamos, Amarillos, Demócratas y los movimientos sociales que surgieron, somos responsables de sacar adelante una buena Constitución y de ponerle un buen punto final a este proceso.

"A aquellos que creen que es mejor opción quedarse con la Constitución actual, yo les pregunto, ¿van a perder la oportunidad de cambiar el sistema político y electoral para tener efectivamente un orden político que sea más eficaz sabiendo que hoy lo que tiene parado Chile es la política? Acá tiene que haber un texto que oiga a los ciudadanos, que no tenga elementos extremos, que haya buscado todos los acuerdos posibles y que cuando no haya acuerdo, se vote con convicción teniendo presente el bienestar de Chile. Tenemos que tener liderazgos políticos que se la jueguen y mejor comunicación a los ciudadanos de lo que se está votando".

—¿Es optimista?

—Yo creo que se puede. Piensa cuán pesimista estaba yo en el verano de 2022 con encuestas que daban al Apruebo como imbatible y cómo pudimos entre la multiplicidad de chilenos dar vuelta a ese gigante como David volteó a Goliat.

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