Hace poco más de cuatro meses finalizaba en la frontera norte una crisis migratoria que tuvo durante semanas a un promedio diario de 400 extranjeros acampando junto a la Línea de la Concordia, o límite internacional con Perú, a la espera de que los dejaran ingresar al país vecino. El principal obstáculo para ellos, en su mayoría ciudadanos venezolanos y en menor cantidad haitianos, colombianos y personas de otras nacionalidades, era la falta de documentos que acreditaran su identidad y la entrada regular a un país de la región. La crisis se resolvió en esa oportunidad con un plan de ingreso a Perú, que se resolvía caso a caso en el Servicio de Migraciones peruano. Además, grupos de extranjeros dejaron la zona por sus propios medios, otros fueron derivados a albergues transitorios habilitados en Arica e incluso un vuelo de repatriación (hasta ahora el único) desde el aeropuerto Chacalluta para 115 ciudadanos venezolanos. La problemática se reactivó desde el fin de semana pasado, aunque hasta ayer en menor cantidad.