La comparecencia de Miguel Crispi en la comisión investigadora del caso Convenios no logró contener las críticas de legisladores de oposición - y también del oficialismo- hacia el militante de Revolución Democrática.
El reconocimiento que el exdiputado hizo respecto al "rumor" que conoció sobre Democracia Viva nueve días antes de que el caso se conociera por la prensa, sin haber notificado de ello al Presidente, abrió los cuestionamientos de parlamentarios hacia la competencia del asesor en su cargo.
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El Presidente se enteró el 16 de junio, como es de público conocimiento (...) el 7 de junio, antes que el Presidente de la República, tomé conocimiento de un rumor, donde señalaban que había una situación en Antofagasta donde Daniel Andrade tenía una participación que tenía un vínculo con el seremi de Vivienda (Carlos Contreras)", explicó este lunes en la comisión.
El dato, según indicó el otrora Subdere, "lo derivé a la Subsecretaria de Vivienda (Tatiana Rojas). Llamo a la subsecretaría, le pregunto si ha escuchado hablar de esto (…) Le digo que tome el caso y lo investigue, y le digo que si esto se comprueba, que se tomen la decisiones correspondientes". "¿Por qué lo hago con la subsecretaria? Porque es la superior jerarquiza de los seremis. Posteriormente no hay más conversaciones (…) Mi función como jefe de asesores está muy alejado de estos temas", agregó.
Con esto, los diputados de Renovación Nacional, José Miguel Castro - presidente de la comisión investigadora- y Juan Carlos Beltrán -que la integra- enviaron una carta al Presidente Boric en nombre de la bancada, requiriendo evaluar la continuidad de Crispi en el cargo y disponer una investigación para determinar si hubo infracción de deberes legales por omisión de denuncia.
"Si el Presidente esta dispuesto a mantener como su principal asesor a quien no le comunica hechos tan graves como las denuncias de Democracia Viva, solo aumenta las sospechas acerca de la veracidad de las declaraciones de La Moneda acerca de cuándo supieron del escándalo. La continuidad de Crispi solo es comprensible en la lógica de un silencio cómplice de los amigos", sostuvo hoy Castro.
En tanto, Beltrán criticó que "el señor Crispi pretendía pasar por alto sus deberes como funcionario de comparecer ante la Cámara de Diputados, y ahora nos enteramos que tampoco cree que le sean aplicables los deberes de denuncia que establece nuestra legislación penal".
"Si para el máximo asesor presidencial el caso Democracia Viva no tenia características de delito, la verdad es que estamos en un problema. Además considero que como asesor debiera de sugerir que el Gobierno presente las querellas necesarias para los eventuales responsables de delitos", agregó.
Cuestionamientos toman peso
En la línea de los parlamentarios de RN, el diputado Juan Antonio Coloma sostuvo que "el señor Crispi cae en una negligencia inexcusable al decir que tuvo conocimiento nueve días antes del caso de Democracia Viva y en la práctica no hizo nada".
"No hizo nada porque no quedó ningún documento por escrito que permita acreditar una gestión, solo le informó a la subsecretaria que era de su mismo partido político, del mismo partido político de los fundadores de Democracia Viva y ocultó esta información por ejemplo, al ministro Montes".
Esta forma de actuar, a juicio del legislador, amerita "un estudio profundo por parte del Presidente de la República de si debe o no tener un cambio total y radical en la forma en la cual se lidera y se lleva adelante el segundo piso en su Gobierno".
En ese tenor, el jefe de bancada de diputados Evópoli, Francisco Undurraga, acusó que Crispi "realizó declaraciones absolutamente confusas e insatisfactorias. Creo que no le aporta hoy día al Gobierno del Presidente Boric, su permanencia en el mismo es una tozudez impuesta por Revolución Democrática y yo creo que lo importante aquí es que el Presidente evalúe la figura del mismo y de su desempeño".
En esa línea, la diputada de Avancemos Chile, Yovana Ahumada, señaló que "cuando se es el principal asesor del Presidente de la República, la omisión de información es un pecado por el que se debe asumir un costo político, más aún si se traduce en el escándalo que ha manchado irreversiblemente al partido Revolución Democrática y al Gobierno del Presidente Boric".
"Claramente, salvo la amistad con el Primer Mandatario, no existe argumento alguno que pueda justificar la presencia de Miguel Crispi en el Gobierno. Si tuviera dignidad política, él mismo debería dar un paso al costado y presentar su renuncia", añadió.
Voces críticas del oficialismo
Desde los partidos oficialistas, también se manifiestan críticas al asesor. El senador del Partido Socialista, Gastón Saavedra, dijo hoy a La Tercera que "la salida de Crispi terminaría con una situación que no es buena para el Gobierno" y que "a la luz de los hechos, es absolutamente necesario que ingrese gente de Socialismo Democrático al segundo piso".
Su correligionario y par del senado, Juan Luis Castro, relevó que "la situación de Miguel Crispi es inédita porque nunca se había citado un jefe de asesores del segundo piso a una comisión investigadora, pero ya puestas las cosas así, es evidente que se tiene que reevaluar en el propio Gobierno cuál es el efecto o no que tiene esta convocatoria y las dudas que han quedado planteadas".
"Es una situación, a mi juicio delicada, el no haber querido ir. Se pudo haber ahorrado todo este largo camino con el fallo de Contraloría, pero ya puestas las cosas así, la verdad tiene que imperar y eso se le exige a todos los protagonistas, incluidos también el jefe de asesores", sumó.
En ese sentido, el diputado del Partido por la Democracia, Raúl Soto, sentenció que "Miguel Crispi llevó la crisis de las fundaciones a La Moneda, cometió un error desde esa perspectiva al negarse a concurrir a la comisión investigadora en dos oportunidades y si bien lo hizo en la tercera y lo hizo de manera correcta y con una actitud de colaboración, creo que el daño ya está hecho".
"Desde esa perspectiva la pregunta que hay que hacernos es si está cumpliendo su rol de manera adecuada, si está resguardando, protegiendo y asesorando como corresponde al Presidente de la República, que es su rol como jefe de asesores del segundo piso, y la respuesta parece ser que no lo está haciendo bien".
En lo anterior coincidió el subjefe de bancada de diputados PPD, Jaime Araya. "Lamentablemente el día de ayer el jefe de asesores del Presidente de la República volvió a instalar en el corazón de La Moneda la pregunta respecto de cuándo se habrían enterado de los hechos cometidos por Democracia Viva".
"Este es un debate que fue muy incómodo en su oportunidad, que había salido de la escena pública y hoy día el jefe de asesores lo vuelve a poner en la primera línea. Entonces, a estas alturas, es lógico preguntarse qué tanto aporta a la gestión del Gobierno el jefe de asesores del Presidente de la República, si en el mejor momento que estaba teniendo el Gobierno, luego de largos meses de desaprobación ciudadana, él mismo se encarga de dinamitar ese momento".
Los espaldarazos
En defensa del asesor se manifestó el diputado del Partido Socialista, Leonardo Soto. "La presencia de Miguel Crispi ayer en la comisión investigadora aclaró todas las dudas que existían. Estuvo durante tres horas respondiendo cada una de las consultas que le hicieron tanto los personeros del oficialismo como de oposición y la conclusión finalmente es que no había ninguna prueba concreta que acreditara que él por lo menos, otros probablemente si, tuviera alguna participación en irregularidades o en delitos".
"Al final del día lo que resultó es que solo había en la oposición odio hacia él y ansias de venganza. Si no hay pruebas, si no hay antecedentes, solo odio y venganza, no se puede justificar la petición de renuncia que hace la oposición. Por lo tanto, yo creo que hay que desoír esos llamados a renuncia por manifiesta falta de fundamento".
A su vez, el jefe de bancada de diputados del Partido Comunista, Luis Cuello, aseveró que "el Gobierno ha sido proactivo, ha tomado la iniciativa y ha colaborado en este caso a través de todos sus funcionarios, incluyendo al jefe de asesores y por lo tanto, me parece de pésimo gusto que cada cierto tiempo de formulen estas peticiones que reflejan un ánimo permanente de boicotear la labor del Gobierno".
