EMOLTV

Otro foco del flagelo: Debate por el rol del consumidor en la cadena del narcotráfico y las "vías de acción" ante este eslabón

Expertos abordan las tareas pendientes frente a la "escasa" responsabilidad que hoy recae en quien compra droga, a la vez que precisamente la demanda es la que permite que subsista la oferta ilícita.

21 de Enero de 2024 | 09:30 | Por Daniela Toro, Emol.
imagen

Reacción química durante pericias de incautación de cocaína.

PDI.
"Soy de la gente del 'Chapo' Guzmán. No me muevan que me puedo enojar. Me les presento, soy el gavilán", versa una de las canciones de Peso Pluma, el mismo que abrió toda una polémica por su participación en el Festival de Viña del Mar por las críticas que apuntan a que su estilo y mensajes encarnan una "oda a la narcocultura"; una paradoja en medio del combate a la crisis de seguridad que enfrenta el país.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, expresó el pasado 10 de enero que "nos preocupa que exista tanto seguimiento de canciones que promueven la cultura narco, y que muchas veces promueven una visión bastante despectiva hacia las mujeres y reproducen paradigmas muy discriminatorios", aunque aseveró que como Gobierno no estaban por la censura. A las críticas se sumaron parlamentarios, e incluso el directorio de TVN se pronunció en contra de la presencia del cantante en el Festival.

El sociólogo Alberto Mayol también lanzó un duro cuestionamiento en una columna de opinión, donde sostuvo que "en las pantallas del canal del Estado, escucharemos la voz del narco".

Es, precisamente el "narco", y todo lo que implica su existencia -y ostentación- lo que abrió el rechazo transversal a una presentación musical en una plataforma como la de Viña del Mar. Difícilmente el argumento es contra el propio artista, sino con lo que, para varios, representa.

Y en medio de ese debate, es válida la pregunta sobre cómo sobrevive el narco, más allá de las canciones y la ostentación. La raíz principal de su existencia es la demanda, dada por el consumo. Sigue las reglas de todo negocio, pero de manera ilícita y con decenas de factores negativos asociados; se derrama sangre, se trafican armas y personas, propicia la corrupción y hace retroceder a los Estados.

Y es que sin consumo, no hay venta de drogas; o si se quiere, en la clave de la polémica: sin nuevos adeptos a los corridos tumbados -también conocido como corridos bélicos o trap corrido-, no hay tal éxito de Peso Pluma.

El debate por el "otro foco" del flagelo


El pasado domingo, un comentario -más bien una exhortación sin tapujos - en el cuerpo A3 de El Mercurio, firmado por B.B Cooper, llamaba a dejar de drogarse. El mensaje de fondo apuntaba a que el consumidor tomara conciencia de que su acción era parte de la oscura cadena de acontecimientos que deben ocurrir para que la droga llegue a sus manos.

El texto abrió un posterior debate, donde abogados y médicos apuntaron a la escasa responsabilidad que recae sobre el consumidor de drogas, o la necesidad de desincentivar el consumo.

"El narcotráfico existe únicamente porque es financiado por los consumidores, a quienes, paradójicamente, se les dispensa el tratamiento de víctimas y, por ende, se les brinda absoluta impunidad, lo que se da de la mano de una cultura permisiva e indulgente que estimula la comisión del delito que se busca erradicar", comentó en una carta el abogado Juan M. Rodríguez.

Las reflexiones son compartidas en parte en su fondo por analistas del mundo de la psicología y también de los expertos en seguridad. Si bien hay matices para comprender el fenómeno y la responsabilidad que recae en los consumidores, hay aspectos fácticos que destacan al momento de analizar la posición de consumidor en la cadena y las posibles vías de acción que tomar, desde la sociedad y las políticas públicas, ante este "eslabón".

El rol y tipos de consumidores


En conversación con Emol, el director de la carrera de Psicología de la Universidad de Las Américas, Luis Pino, comenta que "efectivamente, un consumidor de cualquier tipo de drogas, pertenece y es parte de una cadena que refuerza a partir de su consumo (...) financia el narcotráfico y es parte de una larga cadena de implicancias y fenómenos negativos asociados a las drogas".

"Invisibilizamos, negamos o desconocemos, porque también podemos tener atención selectiva; pensar mejor que la droga es algo mágico, que la vende una persona en un lugar oscuro y que eso es todo, pero evitamos ver todo un problema gigante".

Luis Pino, director de Psicología UDLA
En esa línea, hace una diferenciación entre los consumidores; por una parte, el adicto, quien "está más lejano de tener conciencia respecto de la cadena, porque hace mucho tiempo, a propósito del concepto adicción, ha minimizado daños personales, familiares, laborales y sociales por sobre su consumo. Por lo tanto, tratar de generar conciencia en personas con adicción y sus implicancias, es un poco infértil, y por eso muchas personas, dependiendo la gravedad de la adicción, muchas veces requieren internación".

No obstante, comenta que hay otros casos donde se levantan las banderas de la libertad y la juventud, entendida esta última como una actitud y conductas. "Una persona puede decir que consume drogas porque está en su libertad, bajo la idea cognitiva de que tiene control sobre lo que le ocurra. Pero ahí, el concepto de libertad es relativo, porque lo más probable es que la droga sea la que tenga el control sobre las decisiones", agrega.

El problema radica en que muchas veces, las personas "invisibilizamos, negamos o desconocemos, porque también podemos tener atención selectiva; pensar mejor que la droga es algo mágico, que la vende una persona en un lugar oscuro y que eso es todo, pero evitamos ver todo un problema gigante", comenta Pino. De hecho, a propósito del debate por Peso Pluma, añade que "sus canciones hacen homenaje a que esto es algo simple, y esa es la discusión".

La dimensión en la seguridad


Eduardo Sandoval, investigador asociado al Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (IIDS), enfatiza que la discusión en Chile, en efecto, "ha estado centrada más bien en las lógicas del control y seguridad pública, es decir, cómo desbaratamos las redes de acceso a las drogas y cómo se enfrenta con medidas punitivas; y desde el punto de vista sanitario, hay programas de reparación y tratamiento para el consumo problemático, pero es insuficiente".

"Si quieres tener razonables posibilidades de éxito, tienes que considerar todos los elementos, y eso nunca se ha dado. Si no abordas al consumidor, siempre habrá demanda, y si hay demanda, hay oferta".

John Griffiths, experto en seguridad e investigador de AthenaLab
En esa línea, también aborda los efectos negativos asociados al consumo desde la dimensión más amplia, como un problema social, sanitario, político y cultural, y en esa línea, "no basta con aplicar medidas punitivas sólo al consumidor, sino que también debe ser enfocado a todos los eslabones".

Eso, aclara, no resta que el consumidor sea "la punta del iceberg de un negocio que tiene una larga data en la historia de la humanidad, pero asociada a múltiples flagelos", sumado a que no hay que perder de vista que Chile no es productor de cocaína, por lo que la llegada de esta droga al país implica "maltrato, violencia, balaceras y ajustes de cuentas".

Misma opinión tiene John Griffiths, experto en seguridad e investigador de AthenaLab, quien destaca que la lucha contra el tráfico de drogas ha estado centrada en quien la produce y en el que capaz de poner la oferta en la mesa, "pero nunca ha habido una oferta más completa que involucra al consumidor, y si quieres tener razonables posibilidades de éxito, tienes que considerar todos los elementos, y eso nunca se ha dado. Si no abordas al consumidor, siempre habrá demanda, y si hay demanda, hay oferta".

Apuntar a un "consumidor más consciente"


Para Pino, el increpar y satanizar a las personas que consumen drogas puede llegar a producir el efecto contrario al que se desea socialmente. "Si una persona consume y cree que lo hace a modo de distensión, con amigos, en bares, y alguien comienza a enviarme un mensaje moralista, la reacción será la de defenderse, y la persona se va a resistir a incorporar una nueva información y, por ende, un cambio conductual".

Es fundamental, dice el experto, considerar que las causas detrás del consumo de drogas es multifactorial, y a ello, se le debe sumar que hay una sensación de bienestar asociada,"y por ello es más complejo revertir el consumo".

"Necesitamos señales claras como sociedad sobre lo que es aceptable de lo que no lo es. La tarea de responsabilizar es el paso necesario para aspirar a país desarrollado".

Jaime Araya, experto en seguridad Usach
Por eso, en un escenario donde la prevención se hace "sustantivamente compleja", una de las propuestas apunta a entregar herramientas a las personas, especialmente a los jóvenes, para lidiar con la frustración, de manera de tener "factores protectores ante el consumo de drogas".

Para Griffiths, es clave "apuntar a un consumidor más consciente y pueda darse cuenta de los efectos dañinos que esto tiene, no sólo para él, sino también para la sociedad, y también debe haber una estrategia dirigida a la oferta", y para ello, la clave es la educación, porque hay mucha gente que no tiene consciencia del daño que todo esto produce, en el corto, mediano y largo plazo".

Quien también apunta a la conducta responsable es Jaime Araya, experto en seguridad de la Universidad de Santiago. A su juicio, el problema, "no obstante tener su origen en un comportamiento inadecuado de determinados sujetos, no puede dejar indiferente a una sociedad guiada por valores humanistas. De la misma manera en que la sociedad asume el costo de la obesidad por malas costumbres alimenticias, o de quienes se han accidentado por conductas irresponsables; la primera reacción en toda sociedad humana debe ser acoger, entender el problema como un asunto de salud pública que deber ser atendido por un simple y fundamental principio de humanidad".

Lo anterior, acota, "no debe anular una tarea pendiente que tenemos como sociedad; así como los derechos exigen deberes, ser adulto exige hacerse cargo de uno mismo y tener un comportamiento responsable sobre la propia conducta personal".

"Al parecer se requiere revisar la crianza de cada familia con sus hijos, el cumplimiento efectivo de las responsabilidades escolares, la sanción oportuna para quienes en su etapa de desarrollo transgreden una norma social. Necesitamos señales claras como sociedad sobre lo que es aceptable de lo que no lo es. La tarea de responsabilizar es el paso necesario para aspirar a país desarrollado", zanjó.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?