Con la llegada de los virus invernales, y con el objetivo de impedir los ambientes amplificadores de contagio, el Ministerio de Salud anunció el uso obligatorio de mascarillas en los servicios de urgencia, esto durante el periodo de circulación de estos virus.
En específico, el propósito es evitar generar que las salas de espera se conviertan en un ambiente propicio para que las personas se contagien. La medida comenzará a regir el lunes primero de abril, y estará activa -en un comienzo- hasta el 31 de agosto, ya que la ministra de Salud, Ximena Aguilera, no descarta que la fecha sea alterada de acuerdo a la situación.
Según manifestó el jefe de urgencia de la Clínica Universidad de Los Andes, Luis Herrada, existía diversas medidas previas, como el uso de mascarilla para los pacientes y a los equipos dentro del servicio de urgencia, con el objetivo de "disminuir el riesgo de contagio de enfermedades virales durante la campaña de invierno".
En cuanto a la reciente medida, comentó que "es razonable", "preventiva" y que "podría ser utilizable en otros espacios cerrados donde también existe alto contagio, como el transporte público".
Desde la perspectiva del doctor Javier Tinoco, médico infectólogo FALP, miembro del comité consultivo de IAAS y de la Sociedad Chilena de Infectología, esta medida es "correcta", ya que "se estima que va a haber una alta circulación de virus respiratorios -de todo tipo- durante el otoño e invierno", entonces de esta manera, "los profesionales que atienden a los pacientes evitan contagiarse y transmitir una enfermedad a otras personas que necesitan atención o a parte del personal de salud".
De esta manera, Tinoco manifestó que le parece conveniente, ya que servicios de emergencia son "como la puerta de entrada generalmente de los pacientes a los servicios de atención de salud, clínicas y hospitales", por lo que "si se tiene eso cubierto, va a ser útil".
Además indicó que "más allá de los servicios de urgencia, es muy importante reforzar el uso de la mascarilla frente a cualquier paciente en la atención clínica con síntomas respiratorios, independiente del lugar", agregando que es claro que "no puede ser obligatorio porque va a depender de la evaluación de cada paciente, pero quienes presenten síntomas respiratorios: tos, fiebre, etc, es conveniente que la use". Finalmente recomendó para la población en general, utilizar la mascarilla en lugares aglomerados y con poca ventilación.
Por su parte, el infectólogo y académico Usach, Ignacio Silva, expresó que a su parecer "es una buena medida", ya que "hemos observado que el uso de mascarillas en algunas circunstancias tiene un gran impacto en la prevención del contagio con virus respiratorio".
De esta manera comentó que las atenciones de urgencias "son una situación de alta exposición para el personal de salud y también para las personas que acuden a un servicio de urgencia tanto por causa respiratoria como por otras causas. Entonces es un foco de contagio significativo y por lo tanto si podemos incidir de alguna manera en este riesgo me parece que es positivo hacerlo".
Además comunicó que lo ideal es que "no sea obligatorio (...) creo que las medidas obligatorias nunca son óptimas pero traducen una falta de respuesta en relación a la solicitud (...) Es probable que el cansancio asociado a las medidas preventivas por los años de pandemia (...) hace que la adherencia a estas medidas cuando son voluntarias sea baja".
Finalmente manifestó que es el mensaje debería tener dos formas: la obligatoridad y las recomendaciones, como a personas de alto riesgo, adultos mayores, los enfermos crónicos, a quienes sugiere "utilizar mascarillas durante la campaña de invierno en situaciones de alta exposición, como el transporte público, centros comerciales, actividades sociales, espacios cerrados".
Una opinión un poco diferente, tuvo el académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes, David Torres, quien indicó que si bien le parece una medida correcta, "no es la única", por lo que existe "el riesgo de que de una falsa sensación de seguridad, porque hay muchas personas que creen que la mascarilla es la única medida efectiva o la más efectiva para prevenir el contagio".
En este sentido, manifestó que claramente las mascarillas tienen diversas ventajas, ya que es un método de barrera, ademas de generar un distanciamiento físico mayor que reduce el riesgo de contagio. Sin embargo, para su buen funcionamiento se relaciona a otros factores, entre ellos, su uso correcto. En ocasiones "las personas la utilizan de cualquier manera, la guardan en cualquier lado, etc", lo anterior genera "una falsa sensación de seguridad con su uso".
De esta manera expreso que "para que sea efectiva la mascarilla, tiene que ser bien utilizada y lo que vemos, en el comportamiento de la población general y también de muchos profesionales, es que ésta tiende a ser mal utilizada".
