Este martes, una columna escrita por la periodista de Artes y Letras de El Mercurio, Elena Irarrázaval, y difundida por el mismo diario sobre una visita al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), generó la indignación de diversos parlamentarios. Según escribió la comunicadora, la persona encargada de dar una visita a un grupo de estudiantes entregó una charla desde una perspectiva "divisiva y política".
Lo anterior generó el rechazo del jefe de la bancada UDI e integrante de la comisión de Cultura, Artes y Comunicaciones de la Cámara Baja, Gustavo Benavente, y de la diputada Flor Weisse, quienes decidieron citar a la ministra de la cartera, Carolina Arredondo, y a la directora del Servicio Nacional del Patrimonio, Nélida Pozo, para esclarecer la situación.
En específico, los parlamentarios se refirieron a la columna anteriormente mencionada, pero entregaron más detalles. Por ejemplo los dichos de la funcionaria, que habría dicho que el edificio fue construido "con una mirada patriarcal y paternalista", agregando que se trató de un "grupo de hombres, descendientes de europeos, que toman esta decisión por Chile (de construir el museo), echando por tierra cualquier expresión de arte popular o de cultura tradicional".
La guía también habría cuestionado la propuesta arquitectónica del edificio, la que a su juicio sería "muy violenta", manifestando incluso que "es un museo racista, clasista y machista" que "niega parte importante de nuestra identidad".
Así las cosas, Benavente y Weisse convocaron a la comisión para saber si lo expuesto por la profesional corresponde a un lineamiento institucional o una apreciación personal. A juicio de los gremialistas, la ministra Arredondo "tiene el deber y la obligación de esclarecer esta grave denuncia y transparentar si se trata de un caso aislado o no", ya que lo relatado por Irarrázabal "es absolutamente impresentable y merece ser aclarado (...) sobre todo en el caso de que no se trate de un episodio aislado, sino que de algo mucho más reiterativo".
Agregaron que el Gobierno "se ha empecinado en imponer una visión política e ideológica dentro de la administración del Estado", asegurando que no permitirán que "sigan utilizando estos espacios para sus fines personales, menos aún si se trata de un museo que suele ser visitado por niños, adolescentes y extranjeros".
Finalmente, los parlamentarios sostuvieron que esperan que exista "una muy buena explicación, porque a todas luces pareciera ser otro intento del Gobierno por seguir dividiendo a nuestro país y revivir una lucha de clases, imponiendo una visión sesgada e ideológica más cercana al octubrismo que a la realidad".