"Queremos que ambos países trabajen de forma más cercana y en beneficio de ambos pueblos". Esa fue una de las definiciones que hizo el
presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz, respecto a las relaciones con Chile.
La apertura de Paz se abre como una "buena señal" para las relaciones diplomáticas y la opción de avanzar en el diálogo en medio de la reclamación boliviana de un acceso soberano al océano Pacífico, que además, figura en la Constitución de ese país.
De hecho, esa reclamación marcó el quiebre de las relaciones diplomáticas con Chile en 1978.
Aunque en 2013 Bolivia llevó a Chile a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para empujar conversaciones por una salida soberana al Pacífico, en 2018 la instancia internacional determinó que Chile no tiene obligación legal de negociar.
Ayer, la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, sostuvo respecto a la elección de Paz que el Presidente Gabriel Boric lo llamó para felicitarlo, y aseguró que "nosotros esperamos evidentemente mejorar las relaciones con nuestro par, porque tenemos muchos temas en común que debemos enfrentar conjuntamente a través de las relaciones diplomáticas".
¿Es una quimera pensar que Bolivia y Chile podrían recuperar sus relaciones diplomáticas?
Las propuestas de Paz
El presidente electo de Bolivia prometió medidas como descentralización, créditos accesibles y una reforma económica que busca marcar distancia con el Movimiento Al Socialismo (MAS), que dominó por dos décadas.
Este giro a la derecha que implica el futuro gobierno de Paz estará marcado por hitos como -según prometió-, retomar las relaciones con Estados Unidos.
Sin ir más lejos, el lema de la campaña del presidente electo fue "capitalismo para todos", es decir, una apertura al mercado. "Vienen tiempos mejores. Bajar aranceles, bajar impuestos, harto crédito, platita para todos", dijo Paz en un evento de campaña.
Eso sí, hay propuestas que han causado algo de inquietud en este lado de la frontera, como la de legalizar los autos "chutos", es decir, vehículos robados que ingresan a Bolivia, lo que incluye aquellos provenientes de territorio chileno. Para algunos, se trata de una medida que sólo incentivaría el robo de vehículos.
Ayer, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, dijo al respecto que "hay temas específicos de las relaciones bilaterales que tendrán que ser abordados en su dimensión", recordando que actualmente no existen relaciones diplomáticas entre ambos países.
¿Es posible recuperar relaciones diplomáticas?
"Sí, es una quimera (...) es una posibilidad que yo descartaría casi en un 100%", dice Claudio Coloma Analista Internacional Universidad de Las Américas (UDLA), respecto a que Chile y Bolivia retomen relaciones diplomáticas.
A juicio del experto, las relaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia no existirían "a menos que Chile y Bolivia se sienten a resolver, diplomática y políticamente, la situación que envuelve el reclamo boliviano de una salida al mar con soberanía. Esa ha sido la condición, con costos y beneficios para la misma Bolivia, que establecen el escenario, y eso no va a cambiar en Bolivia, independiente del color del gobierno".
Lo que el experto ve como más factible es que Paz ofrezca "un enfoque más pragmático hacia las relaciones con Chile, en aras de reactivar la economía y el comercio exterior boliviano a través del Puerto de Arica, lo que, por cierto, no depende solamente de buena voluntad".
Por su parte, el senador José Miguel Insulza (PS), integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, comenta que "Chile y Bolivia han tenido relaciones antes y Chile siempre ha querido mantenerlas. Otra cosa es que Bolivia no ha querido porque antes pone sus pretensiones de salida al mar, pero claro, eso es un tema que a mi juicio, no opta que los dos países colaboren en una cantidad de cosas".
"Nadie está pidiendo que Bolivia deje de sus pretensiones o algo por el estilo, simplemente mantener relaciones diplomáticas facilitaría muchas otras cosas entre nosotros", subrayó.
Eric Latorre, director de magíster de Gobierno y Administración Pública de U. Autónoma, cree, por su parte, que "no es una quimera", porque "en la diplomacia y en las relaciones internacionales, las cosas pueden cambiar, y hay procesos políticos institucionales que pueden apuntar a re-alineaciones estratégicas".
De todos modos, menciona que "sin duda es un proceso que va a ser complejo, en tanto no depende de la mera voluntad de los gobiernos, sino que también depende de una serie de acuerdos bastante más complejos. En primer lugar, debiera haber una manifiesta renuncia política y definitiva de Bolivia de sus pretensiones marítimas. En ese sentido, Paz ha hecho y ha dado una señal".
"Pero, por otra parte, el gran acuerdo que debe haber para restablecer relaciones tiene que ver con un trabajo económico, político, institucional, que permita integrar las fronteras y poder colaborar en materias como la seguridad, el narcotráfico, el tráfico de personas, materias respecto de las cuales hace mucho rato en Chile estamos teniendo problemas muy importantes, porque las fronteras bolivianas son totalmente permeables y con una manifiesta laxitud respecto de la actividad criminal que ocurre hacia Chile", subraya el experto.
Las "señales" desde Chile
Consultado por la "señal" que envió el candidato José Antonio Kast (Republicanos) respecto a restablecer relaciones diplomáticas con Bolivia si es que llegara a la presidencia, Latorre comenta que
"Es una señal política interesante. Bolivia cambia un ciclo ciclo político después de veinte años, y lo que está diciendo es: 'bueno, con un Gobierno más de centro derecha estamos dispuestos a negociar, estamos dispuestos a hablar, Chile necesita hablar con Bolivia, necesita negociar con Bolivia'".
Y esto, acota Latorre, tiene que ver con un tema de fondo: "que tenemos problemas muy graves en la frontera con Bolivia, desde todo punto de vista, y eso amenaza fuertemente la seguridad de Chile".
"Por consiguiente, tener relaciones con Bolivia sería bueno para Chile, es necesario, pero con un montón de condiciones donde Bolivia sea capaz de cumplir y se compromete institucional y políticamente a cumplir, porque de lo contrario, va a ser como el acuerdo que firmamos con Venezuela en su momento, que apuntaba a otras dimensiones, pero que terminó siendo más bien simbólico", subrayó Latorre.
Autos chutos
Para Coloma, la medida relativa a legalizar los autos chutos, es una medida controversial, que tiene dos dimensiones. Por una parte, "es parte de la mirada más pragmática que tiene el presidente electo boliviano, donde legalizarlos es solucionar un problema que escapa a cualquier tipo de posibilidad de establecer juicios o procedimientos penales para devolver esos autos".
"Desde la perspectiva chilena este tipo de señales naturalmente que deben ser miradas con mucha cautela, diplomáticamente deberían ser rechazadas o se debería expresar algún tipo de preocupación por ese tipo de medidas a objeto de que no sirvan como estímulo para que siga el contrabando de automóviles", añade.
Así, el experto sostiene que este tipo de anuncios, que son eminentemente dirigidos a la población boliviana -aún cuando hay gremios que ya han expresado resistencias- "deben ir contrarrestados con la preocupación chilena y con las respuestas a nivel diplomático y político que pueda establecer nuestra Cancillería".
Por su parte, el senador Insulza cree que el tema relacionado a los autos parecía más bien "insalvable cuando se planteó", porque "daba la impresión de que todos los autos no documentados "serían motivo de alguna especie de perdonazo".
Sin embargo, subraya que "creo que, finalmente, el presidente electo ha aclarado que no se refiere a eso; se refiere a que hay autos que son robados y transportados acá, y hay autos que simplemente son traídos a través de la frontera, incluso de manera generalmente legal; o que los sacan de Chile y llegan a Bolivia y no tienen documentación.
"De todos modos, sería un buen punto para para discutir y conversar, y creo que podemos llegar a un acuerdo", plantea el senador.