Una suma de
casi $500 millones deberá pagar el Estado a los dueños de la ex Fuente Alemana, los que demandaron "falta de servicios" tras el estallido del 2019.
El dictamen del 24 Juzgado Civil de Santiago señala que $420.632.333 son por concepto de lucro cesante. A esto se suman pagos por daño moral en favor de
Claudio Siri Iglesias ($ 15 millones), Carlo Siri Scolari ($ 30 millones) y su esposa Paula Andrade Ifchenko ($ 10 millones), respectivamente, lo que suma un total de $475.632.333.
En el escrito se señala que "solo pueden tenerse por acreditado, el daño moral padecido por don Carlos y don Claudio Siri, y por doña Paula Andrade, en especial del primero, quien ha tenido un mayor daño acreditado y quien se ha visto expuesto, con mayor frecuencia y fuerza, a las agresiones de los violentistas, cuyas consecuencias diagnosticadas y requerimiento de tratamiento, ha sido claramente informado en el informe pericial acompañado al proceso, ya analizado anteriormente".
Agregan que los demandantes sustentaron su demanda, que en un inicio era de casi $1.200 millones, en "su pretensión en que a partir del estallido social ocurrido el 18 de octubre de 2019, han ocurrido una serie de actos multitudinarios de protesta social y otros de violencia sin sentido, que incluyen incendios a servicios, saqueos a comercio, ataques a edificios públicos y privados, por mencionar algunos, siendo el epicentro en Santiago, Plaza Baquedano, a cuyos escasos metros se ubica la Antigua Fuente, lugar donde por más de 50 años desarrollan su actividad gastronómica los demandantes o sus antecesores, específicamente en Avenida Libertador Bernardo O'Higgins N°58, cuya imagen adjunta a su libelo, ocurriendo que el estado de convulsión política y social generalizado llevó a las autoridades a decretar estado de excepción constitucional de emergencia, primero en la Región Metropolitana y luego en prácticamente todo el territorio nacional".
Sumaron que "no obstante, una vez cesado el estado de excepción y normalizado el desarrollo de actividades en todo Chile, el sector de Plaza Baquedano quedó en un estado permanente y constante de violencia, en donde el Estado de Chile sencillamente bajó los brazos, dejando a su suerte a sus habitantes y locatarios por un tiempo superior a dos años y contando, ambiente de violencia que solo se vio matizado por las cuarentenas y restricciones decretadas a causa de la pandemia de Covid-19".