Uno de los telescopios de Observatorio Europeo Austral (ESO).
D. GASPARRI/ESO
Tras una carta dirigida al Presidente Gabriel Boric y a varios ministros, firmada por 28 científicos internacionales -incluido un premio Nobel de Física-, se volvió a poner sobre la mesa el impacto lumínico que tendría el megaproyecto energético INNA en el entorno del Observatorio Paranal y otros centros astronómicos del norte del país.
En concreto, el proyecto INNA de la empresa estadounidense AES busca construir un complejo industrial de más de 3.000 hectáreas a pocos kilómetros del Observatorio Paranal, en el desierto del Atacama y operado por ESO, cuya operación depende críticamente de la calidad del cielo nocturno.
Según el análisis técnico citado en la carta, el proyecto INNA podría aumentar hasta en un 35% la contaminación lumínica en la zona, además de generar microvibraciones y alteraciones atmosféricas que afectarían el funcionamiento de los telescopios.
Estos impactos, aseguran los firmantes, comprometerían "observaciones clave para el estudio del universo, desde la formación de planetas hasta el origen del cosmos".
Sobre los fundamentos técnicos que sustentan la advertencia, la representante del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, Itziar de Gregorio-Monsalvo, explicó a El Mercurio de Antofagasta que el análisis se realizó a partir de los antecedentes declarados por la propia empresa, y que han hecho "un estudio muy exhaustivo, un estudio científico-técnico que se basa en modelos teóricos".
Además precisó que esos modelos son "verdades científicas irrefutables, hechas por los mayores expertos en cálculo de estos impactos" concluyen que la cercanía y magnitud del proyecto "iba a producir una serie de impactos que iban a básicamente, impactar mucho en las operaciones de los telescopios que tenemos aquí".
Cifras de contaminación lumínica de ESO
De acuerdo a De Gregorio-Monsalvo, el principal daño identificado es la contaminación lumínica de los cielos, ya que bajo el escenario considerado "más favorable" propuesto por la empresa "lo que obtendríamos sobre Paranal es un aumento del 35% del brillo del cielo" y para el CTAO "estaríamos hablando de un aumento del 55%".
Sin embargo, advirtió que ese diseño de luminarias es "bastante irrealista, porque no cumple con la norma de seguridad de faenas industriales", por lo que, al incorporar condiciones reales de segundad, el efecto escalaría a "mayor del 200%" en el CTAO y "mayor del 170%" en Paranal.
También, la vocera del Observatorio cuestionó la suficiencia del marco regulatorio vigente y llamo a una protección reforzada.
En esa línea, apuntó que se requiere "un avance en la norma de contaminación lumínica" y de manera inmediata, "leyes que nos den ciertos radios de protección" para evitar que "industrias enormes cerca de los observatorios causen un daño irreversible".
Al respecto, aclaró que estos resguardos "no implican detener el desarrollo", sino ordenar su localización.
AES asegura que son compatibles
Por otro lado, desde AES Chile reiteraron que existen estudios técnicos suficientes para afirmar que el proyecto INNA y la observación astronómica de ESO, así como de otras actividades en la región, "son plenamente compatibles".
En esa línea, aseguraron que "su Estudio de Impacto Ambiental, desarrollado durante cinco años, bajo estándares internacionales y sin observaciones de ESO durante su elaboración: demuestra que se cumple ampliamente con la normativa vigente, incluida la nueva regulación lumínica de 2024, elaborada en estrecha colaboración con la comunidad astronómica, que por cierto es la más estricta del mundo".
La empresa sostuvo además que "ha ido más allá de lo exigido, incorporando compromisos voluntarios que superan los estándares normativos en esta materia".
"Hacemos un llamado a confiar en la solidez institucional del país, que durante décadas ha garantizado certeza y protección medioambiental de múltiples sectores productivos", cerraron.