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Columna de Astronomía | Hubo que buscar el centro de la Vía Láctea

Después que la Tierra dejó de ser el centro del universo, ubicar, a su vez, el centro de la galaxia tuvo no pocas dificultades. Pero hoy se sabe dónde está.

13 de Abril de 2016 | 09:12 | Por Jorge Cuadra
Por Jorge CuadraAcadémico del Instituto de Astrofísica de la U. Católica de Chile

Doctor en astronomía de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich (Alemania). Fue investigador postdoctoral de la Universidad de Colorado (EE.UU.), del Observatorio de Shanghai (China) y del Instituto Max Planck de Astrofísica (Alemania). Actualmente es Profesor Asociado del Instituto de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Jefe del Max-Planck Partner Group sobre el Centro Galáctico en esa universidad, Investigador Asociado del Núcleo Milenio de Discos Protoplanetarios, y miembro del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).

Hoy en día el Centro Galáctico, es decir, la región situada en el centro de la Vía Láctea, es muy estudiado por los astrónomos. Allí encontramos al agujero negro súper masivo más cercano a nosotros, estrellas jóvenes y masivas, nubes de gas y posiblemente muchos agujeros negros más pequeños, así como también una acumulación de materia oscura. Pero por ahora nos vamos a enfocar en un enigma aparentemente trivial: la ubicación del Centro Galáctico.

Desde tiempos remotos hemos observado nuestra galaxia como una franja lechosa en el cielo. Esta apariencia es la que le dio el nombre de Vía Láctea. A pesar de que varios pensadores de la Antigüedad y la Edad Media especulaban que estaba formada por estrellas, esto sólo pudo ser demostrado cuando Galileo usó sus telescopios para separar la luminosidad difusa en una multitud de estrellas separadas, a comienzos del siglo XVII.

Durante los siglos posteriores, los astrónomos estudiaron la forma en que las estrellas de la Vía Láctea estaban distribuidas. William Herschel por primera vez las ubicó en tres dimensiones, al estimar distancias relativas entre ellas. Pero el modelo de la Vía Láctea que construyó resultó tener al Sistema Solar prácticamente en el centro. ¿Sería posible que, sólo un par de siglos después de sacar a la Tierra del centro del Sistema Solar, encontráramos que éste estaba en el centro de la Vía Láctea? Las observaciones posteriores a Herschel parecían confirmarlo. Incluso a comienzos del siglo XX, los modelos más avanzados de la Vía Láctea –basados en mediciones coordinadas por Jacobus Kapteyn en más de 40 observatorios distintos– ubicaban el Centro Galáctico apenas a unos 2.000 años luz del Sol. Una distancia mínima comparada con las dimensiones de la galaxia.
Jorge Cuadra:
Los cúmulos globulares sí nos dan una idea correcta de la forma de la galaxia

Mientras Kapteyn observaba miles de estrellas, Harlow Shapley se concentró en los cúmulos globulares. Lo primero que Shapley notó es que estos objetos no estaban distribuidos en una región amplia del cielo como las estrellas, sino que concentrados alrededor de la constelación de Sagitario. Además, midiendo sus distancias, notó que no estaban cerca del Sol, sino que centrados a unos 60.000 años luz de nosotros. Según Shapley, esta concentración correspondía al Centro Galáctico.

Entonces, ¿cómo entendemos la discrepancia entre las conclusiones de Kapteyn y Shapley? La clave estaba en el polvo de la galaxia. Este polvo no permitía ver estrellas muy lejanas, produciendo el mismo efecto que estar dentro de un bosque con niebla: podemos ver árboles en todas direcciones, pero sólo los más cercanos, por lo que según eso diríamos erróneamente que estamos ubicados justo al centro del bosque. Por el contrario, las observaciones de cúmulos globulares no sufrían de este efecto, ya que la mayoría de estos objetos están fuera del disco de la galaxia, donde la cantidad de polvo es mucho menor. Los cúmulos globulares sí nos dan una idea correcta de la forma de la galaxia, así que fue Shapley quien encontró el Centro Galáctico (aunque observar a través del polvo hizo que sobreestimara su distancia; hoy sabemos que es de unos 28.000 años luz).

Durante la segunda mitad del siglo XX, el desarrollo de la astronomía de radio e infrarroja ha permitido estudiar el Centro Galáctico en detalle, ya que la radiación en estas longitudes de onda puede pasar a través del polvo. Así, se ha confirmado la gran acumulación de estrellas en el Centro Galáctico y la presencia de una gran cantidad y variedad de fenómenos astrofísicos interesantes, temas para columnas siguientes.

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