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Columna de Astronomía | Parece imposible pero las galaxias también chocan

Aunque están separadas por decenas de millones de años luz, la vastedad del universo no es suficiente para impedir el catastrófico encuentro de dos galaxias.

24 de Agosto de 2016 | 09:52 | Por Ezequiel Treister
Por Ezequiel TreisterAcadémico del Instituto de Astrofísica de la U. Católica de Chile

Doctor en Ciencias del programa conjunto de la Universidad de Chile y Yale University. Fue investigadorpostdoctoral en el European Southern Observatory y la Universidad de Hawaii en Estados Unidos. Fue profesor de la Universidad de Concepción y es actualmente profesor asociado en el Instituto de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA). Es presidente de la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS).

Sí, las galaxias chocan. Esto quizás nos puede sonar un poco raro porque después de todo, aún las galaxias relativamente cercanas están separadas por decenas de millones de años luz. Si se mueven una con respecto a la otra a unos miles de kilómetros por segundo dirigiéndose una directo a la otra, todavía les tomaría cientos de millones de años chocar. Pero como el universo tiene más de 100 veces esa edad, hay suficiente tiempo para que dos galaxias terminen chocando.

El Telescopio Espacial Hubble nos entregó espectaculares imágenes de pares de galaxias interactuando, sistemas altamente distorsionados y galaxias mostrando gigantescos brazos deformados, evidencias del choque de dos galaxias. Sin embargo, estos no son muy comunes. Ejemplo de esto es que en una muestra de unas decenas de millones de galaxias ubicadas hasta 1.300 millones de años luz de nosotros, científicos ciudadanos trabajando en el proyecto Galaxy Zoo lograron identificar solo unas 3 mil galaxias en colisión.

Cuando dos galaxias chocan ocurren efectos extraordinarios y muy intensos. Por una lado, si las galaxias tienen brazos espirales estos rápidamente se "desarman", pues son estructuras dinámicamente frágiles. Este es quizás el efecto más visible y el que utilizamos para identificar galaxias en proceso de choque, pero no el único. El gas presente en cada una de estas galaxias se condensa y rápidamente se concentra en los núcleos de cada una de ellas. Esto es fundamental, pues el cambio en las condiciones físicas del gas –que es el elemento a partir del cual se generan nuevas estrellas– detona un aumento explosivo en la tasa de formación estelar. Es decir, el choque de galaxias las "revitaliza" haciendo que se formen una gran cantidad de nuevas estrellas, hasta aproximadamente unas 100 por año en comparación a la tasa de una por año que muestra actualmente la Vía Láctea.
Ezequiel Treister:
Cuando dos galaxias chocan ocurren efectos extraordinarios y muy intensos. Por una lado, si las galaxias tienen brazos espirales estos rápidamente se "desarman"

Si bien estas interacciones son fenómenos poco frecuentes, pueden tener una importancia fundamental en la vida y evolución de una galaxia. Tanto así que simulaciones computacionales sugieren que estos choques de galaxias pueden generar demasiadas nuevas estrellas, muchas más que las que observamos hoy en día. Necesitamos entonces un proceso físico regulador que de alguna manera sea capaz de controlar o frenar este rejuvenecimiento galáctico.

La respuesta la encontramos en otro ingrediente fundamental en toda galaxia: su agujero negro súper masivo. Cada galaxia contiene en su centro un agujero negro de masas superiores a un millón de veces la masa del Sol. Cuando dos galaxias chocan, estos también interactúan y eventualmente terminan uniéndose, liberando en el proceso una gran cantidad de ondas gravitacionales, como las recientemente detectadas. El agujero negro resultante es mucho más masivo que la suma de los dos existentes, porque se fueron alimentando de una parte del gas que se precipitaba a la región. Ese crecimiento emite una gran cantidad de energía. Es el crecimiento de este agujero negro el que puede frenar la formación estelar al eliminar su combustible.

Como vemos, los choques de galaxias son procesos complejos, pero son clave para entender cómo se forma y evoluciona una galaxia como la nuestra. Junto con nuestro equipo de investigación estamos utilizando telescopios como el VLT y ALMA para entender el comportamiento del gas en galaxias interactuantes. Y esta historia que hoy nos parece un poco lejana, estará muy cerca de nosotros con nuestra vecina Andrómeda en algunos miles de millones de años.

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