LONDRES.- Un grupo de expertos identificó un componente que podría revertir la reprogramación del cáncer de páncreas con metástasis, según un estudio divulgado esta semana en la revista Nature Genetics.
De acuerdo con esta investigación, realizada por científicos del Centro para el Cáncer Vanderbilt, sería posible dar marcha atrás a la reprogramación de la malignidad del cáncer para aplicar tratamientos al cáncer pancreático que se ha propagado a otros órganos.
Oliver McDonald, profesor asistente de Patología, Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt, y un grupo de colegas son los responsables de este estudio en el que aseguran, además, que el hallazgo evitaría la formación de tumores.
Hasta la fecha, no se tenía "constancia de que haya otros agentes que actúen selectivamente sobre enfermedades agresivas con metástasis", según ese experto.
Junto con un equipo del Centro para el Cáncer Sloan Kettering y de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, McDonald trató de comprender la progresión que sigue el cáncer pancreático al pasar de ser un tumor primario en el páncreas a una enfermedad metastásica extendida a otros tejidos distantes.
La teoría que prevalece sobre la progresión del cáncer -que está impulsado por la acumulación de mutaciones genéticas que incrementan la fuerza tumorígena- puede aplicarse a las fases tempranas de la progresión de la enfermedad, pero la metástasis parece encontrar nuevas maneras de aumentar su fuerza, según la investigación.
"Los esfuerzos intensos de secuenciación del ADN para encontrar los motores genéticos de la metástasis, que es lo que mata a los pacientes hasta en un 80% de los casos, han sido hasta la fecha decepcionantes, por decir lo mínimo", apuntó el experto.
En lugar de buscar cambios genéticos durante la progresión del cáncer, McDonald y sus colegas examinaron la epigenética -las modificaciones del ADN cromosómico y las proteínas que controlan la función de los genes-.
Según explicó, "la epigenética se puede entender como el software que programa la función del hardware del ADN".
A fin de explorar la reprogramación, McDonald llevó a cabo estudios metabólicos sobre esas muestras y descubrió que la metástasis alteró su metabolismo, al consumir grandes cantidades de glucosa y dirigiéndolas por la llamada ruta del fosfato pentoso.
Hallaron ahí una enzima -PGD- que resultó ser clave a la hora de permitir la conversión de glucosa a metabolitos que "pueden alimentar directamente el crecimiento del tumor", según el estudio.
Demostraron que al bloquear esa enzima PGD genéticamente o con un inhibidor farmacológico se revertía la reprogramación epigenética y también se inhibía su capacidad de formar tumores.