SEÚL.- El 2016 para Samsung fue un año complicado, luego de que el lanzamiento del que fue denominado como el mejor teléfono de la historia, su Galaxy Note 7, comenzara a explotar, la compañía decidió retirarlos al rededor de todo el mundo y no hacer nada con ellos. Una decisión que ha cambiado según señaló la misma firma, ya que los Note 7 podrían volver, al menos de cierta forma.
En un comunicado emitido por la empresa surcoreana, señalan un plan para reciclar todos los smartphones que sean posible. Este proyecto consta de tres pasos, el primero consiste en remover los componentes que puedan ser salvados; extraer algunas partes metálicas con métodos que sean amigables con el medioambiente y; finalmente, re-vender dispositivos reciclados "donde sea aplicable".
"El uso de los Galaxy Note 7 como teléfonos reciclados o arrendados depende de algunas consultas con las autoridades encargadas de la regulación de estos temas y las compañías de servicio, así como también de la demanda que tenga el público local", explica la compañía en el documento.
Respecto a las fechas en que estos dispositivos podrían llegar al mercado, Samsung sólo explica que "serán determinadas de acuerdo" a los temas comentados anteriormente.
De acuerdo a declaraciones entregadas The Verge, esta decisión pasa por "la intención de reducir y minimizar cualquier impacto ambiental" que puedan tener los dispositivos al ser desechados.
Al parecer, estos nuevos teléfonos también dejarían atrás el nombre "Galaxy Note 7", ya que la empresa señaló que "los detalles del producto, incluido su nombre, especificaciones técnicas y su valor, serán anunciadas cuando el teléfono esté disponible".
Esto, probablemente por todos los problemas que el dispositivo causó y que incluso en algunas aerolíneas aún se encuentra prohibido por su riesgo de incendio, a pesar de que la mayoría de los terminales fueron retirados por Samsung durante el año pasado.
La noticia llega sólo unos días antes del lanzamiento de su próximo teléfono insignia, el Galaxy S8, que se espera pueda dejar atrás los problemas de la otra línea de la empresa.
