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Por primera vez se documenta el ingreso del plástico en la cadena de alimentos terrestres

A través del estudio de una comunidad que quema los desechos plásticos y luego los entierra, los científicos encontraron rastros de este material en gusanos y gallinas, que luego son parte de la alimentación de las personas.

26 de Abril de 2017 | 12:33 | EFE
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José Antonio Alcalde, El Mercurio (Imagen referencial)
VIENA.- Un equipo de científicos ha documentado por primera vez la entrada de microplásticos en la cadena alimentaria terrestre, gracias a un estudio de campo desarrollado en la reserva de la biosfera de Los Petenes, en México.

Si bien desde hace años existen estudios sobre la entrada del plástico en la cadena trófica marina, este sería el primero en documentar el fenómeno en el entorno terrestre, según explicó la científica mexicana Esperanza Huerta, partícipe de la investigación.

Huerta, del centro de investigación El Colegio de la Frontera Sur, en Campeche, presentó en la reunión de la Unión Europea de Geociencias el resultado del estudio desarrollado junto a la Universidad de Wageningen, de Holanda.

La investigadora expuso que, debido a la falta de recogida y gestión de los plásticos, los habitantes de la zona de Los Petenes los queman y entierran en el suelo de sus huertos, lo que aumenta el riesgo de microfragmentación.

Para evaluar la situación, los investigadores analizaron el suelo durante septiembre de 2016, así como las lombrices de tierra, las heces y las mollejas de gallinas domésticas de diez huertos en esa reserva mexicana.

De esta manera, se pudo documentar la presencia de plásticos de diminuto tamaño en la tierra, dentro de las lombrices y en las heces y mollejas de las gallinas analizadas, lo que podría suponer un riesgo para la salud humana.

"Este es el primer trabajo hecho en sistemas terrestres que muestra cómo el plástico entra en la cadena trófica", explicó Huerta. "No sé por qué no se hizo antes, creo que quizá no hubo la conciencia para hacerlo", agregó la investigadora, quien consideró que al no verse el plástico enterrado en el suelo la gente no advierte su potencial peligro.

El gran problema para la investigadora es la costumbre de quemar los plásticos, lo que agrava la contaminación. "Piensan que al quemarlo resolvieron el problema. Pero la situación es que entonces es accesible a los invertebrados del suelo y si es accesible para ellos lo es también para el resto de la cadena trófica. Para las gallinas, por ejemplo. Y la gente come gallinas", resumió.

Sobre el posible efecto en la salud humana del consumo del plástico que entró en la cadena trófica, la investigadora indicó que son necesarios más estudios al respecto, pero lo consideró un "gran riesgo".

Huerta, que es especialista en el estudio de lombrices, expuso que, dependiendo de la concentración y del tiempo de exposición al plástico, la mortalidad en esos invertebrados aumenta de forma clara y su fertilidad se reduce.

La científica concluyó que, aunque el acceso al plástico ha mejorado la vida de las personas, su escasa degradación es un gran problema y debería haber algún tipo de regulación internacional para evitar males mayores.
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