American Heart Association (Archivo)
CHICAGO.- La angustia que genera un diagnóstico de cáncer y los efectos adversos que ello puede tener en la calidad de vida de los pacientes e incluso en su capacidad para tolerar el tratamiento, puede verse ahora aliviada con una terapia "online" que presenta la misma eficacia que las realizadas cara a cara.
La importancia del apoyo psicológico a estos enfermos, ya sean los apenas diagnosticados o los que están en un estado avanzado, ha centrado varios de los estudios presentados en la 53 Reunión Anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que reunirá hasta el próximo martes a más de 30 mil expertos en todo el mundo.
Uno de ellos, elaborado por oncólogos del Hospital Universitario de Basilea, constató "una mejora clínicamente significativa" de la calidad de vida de 129 participantes, la mayoría mujeres con cáncer de mama en etapa temprana, aunque también pacientes con cáncer de pulmón, ovario y gastrointestinal, linfoma y melanoma.
Basado en enfoques de comportamiento utilizados en psicoterapia, los expertos crearon un programa de gestión en línea del estrés de ocho semanas de duración llamado "Stream", que abarca aspectos como la reacción corporal al mismo, los sentimientos o las interacciones sociales de los pacientes, entre otros aspectos.
"Las nuevas tecnologías abren nuevas oportunidades. Con esta intervención podemos ofrecer apoyo psicológico a los pacientes desde la comodidad de los salones de sus casas", afirmó Viviane Hess, oncóloga del Hospital Universitario de Basilea.
"La reducción del miedo en el grupo de intervención psicológica fue lo suficientemente grande como para mejorar la supervivencia psicológica y emocional ", subrayó Jane Beith, oncóloga médica de la Universidad de Sydney en Australia.
Otro ensayo clínico aleatorio de 305 pacientes con cáncer avanzado de los Institutos Canadienses de Investigación en Salud confirmó que una breve terapia psicológica, llamada Managing Cancer And Living Significativamente (CALM), podría ayudar a los enfermos avanzados y a sus familiares a afrontar la enfermedad.
A los tres meses, el 52% tuvo una reducción "clínicamente importante" en los síntomas depresivos, frente al 33% de los que recibieron una atención habitual, que también estaban menos preparados para el final de la vida.