LOS ANGELES.- Luego de un año de intriga, esta domingo en la tarde Microsoft decidió revelar su próxima consola conocida hasta ahora sólo como "Project Scorpio". Se trata de su plataforma Xbox One X, "la mejor consola jamás creada", según Phil Spencer, CEO de la compañía.
A dos días del inicio oficial de la feria de videojuegos más importante del mundo, E3, Microsoft enfocó su conferencia en la presentación de esta consola, destacando que se trata de la plataforma con más potencia y de menor tamaño que han creado.
Además, los ejecutivos de la compañía informaron que estará disponible el 7 de noviembre de 2017, a nivel mundial, a pesar de que no especificaron países.
Una de las principales características de esta plataforma es su reproducción en 4K nativo, logrando la mejor resolución de imagen disponible en la industria. Además, los ejecutivos de Xbox señalaron que aquellas personas que no tengan un televisor 4K, "de todas formas disfrutarán de una mejor calidad de imagen".
En la misma línea, confirmaron que todos los videojuegos disponibles para la actual Xbox One S serán compatibles con la nueva consola, misma situación ocurrirá con los accesorios de la empresa.
Para lograr el poder gráfico promocionado, Microsoft ha integrado en esta consola con 6 teraflops, algo que deja a su principal competidor, la PlayStation 4 Pro, muy por debajo con sus 4,2 teraflops.
Durante la conferencia, se presentaron algunos videosjuegos para demostrar las capacidades de esta nueva consola, entre los que destacan "Battleground", "Forza Motorsport 7" y "una nueva entrega de la franquicia "Assassin's creed", entre otras.
El valor de mercado para la Xbox One X es de 499 dólares.
{SUB También aceptará los juegos de la Xbox original}
Uno de los últimos anuncios realizados por Microsoft en su conferencia en la E3 fue la compatibilidad con los videojuegos creados para la primera consola Xbox.
Se trata de una colección con una serie de cientos de títulos que estarán disponibles para esta nueva plataforma que llegará al mercado a fines de este año.
La retrocompatibilidad de los juegos ha sido la estrategia de Microsoft con sus últimas dos consolas, algo a los que Sony aún no quiere sumar su PlayStation.
