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Estudiar los patrones de sueño podría revelar nuevas formas de la identificación temprana del alzhéimer

Una nueva investigación reveló que ciertos patrones del ritmo circadiano tienen una relación directa con la creación de amiloides en el cerebro, una condición clave en la detección de esta patología sin cura hasta la fecha.

30 de Enero de 2018 | 08:31 | EFE
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La Segunda (Archivo)
WASHINGTON.- El estudio de los trastornos del sueño podría no sólo beneficiar en el corto plazo a los pacientes, sino que también podría ser una nueva forma de diagnosticar algunas patologías más graves en el organismo como lo es el alzhéimer. Al menos así lo cree un grupo de científicos de la Universidad de Washington en San Luis, Misuri, que publicó un estudio en Journal of American Medical Association (JAMA).

"Descubrimos que las personas con enfermedad de alzhéimer preclínica tenían más fragmentación en sus patrones de actividad circadiana, con más períodos de inactividad o sueño durante el día y más períodos de actividad por la noche", explicó la autora principal de la investigación, Yo-El Ju.

Este hallazgo es importante porque esta patología degenerativa puede comenzar a echar raíces en el cerebro de 15 a 20 años antes de que aparezcan los primeros síntomas clínicos. Además, en la actualidad este mal no tiene cura, por lo que su pronta detección es fundamental para la calidad de vida futura de los pacientes.

Los investigadores rastrearon los ritmos circadianos en 189 adultos mayores cognitivamente normales con una edad promedio de 66 años. De los participantes, 139 no tenían evidencia de la proteína amiloide -marcador de la enfermedad-. Sin embargo, los otros 50 sujetos, experimentaron interrupciones significativas en sus relojes corporales internos; irregularidades que se mantuvieron incluso tras controlar estadísticamente estos factores.

Finalmente, Ju apuntó que "las interrupciones en los ritmos circadianos pueden servir como un biomarcador para el alzhéimer preclínico".

Este marcador fue comprobado anteriormente, en la misma casa de estudios, a través de pruebas con ratones que "durante dos meses, los roedores con ritmos circadianos alterados desarrollaron considerablemente más placas de amiloide que aquellos con ritmos normales", señaló Erik Musiek, autor principal de ese estudio.
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