Los videojuegos normalmente se han instalado en una terreno entre lo que los padres quieren para los niños, generalmente por su rol de distractores, y algunos beneficios que han salido como conclusiones de estudios científicos. En esta oportunidad, un equipo de científicos de Stanford ha llegado a demostrar que estar expuesto a los juegos de "Pokémon" en la infancia podría resultar en un desarrollo distinto del cerebro.
En una prueba que consistía en ver distintos personajes de estos títulos, los sujetos de prueba reaccionaban de distinta manera si habían tenido relación con los juegos durante su infancia. Específicamente era el giro fusiforme -o giro occípitotemporal lateral-, un área que está dedicada al reconocimiento facial.
Esta zona también ya sido identificada en primates, en un reciente estudio de investigadores de Harvard, que demostró que era necesario exponer a los animales a diversos rostros durante las primeras etapas de su vida. De ahí nace este nuevo trabajo y por esto "Pokémon" fue una herramienta perfecta.
Resulta que las criaturas de este universo son particularmente distintas e identificables del resto de los personajes ficticios, además cuentan con una amplia gama de posibilidades a la hora de seleccionar algunas para el estudio. Junto a esto, la mayoría de los usuarios de los videojuegos comenzaron a exponerse a este mundo durante su infancia, lo que los transformaba en los sujetos de prueba ideales.
Tras exponerlos a imágenes de diversas criaturas de Pokémon, los científicos descubrieron que en las personas que habían jugado cuando niños se les encendían las mismas partes del cerebro que son utilizadas para reconocer animales, algo que los investigadores quieren profundizar para entender cómo funciona.
Lo que sí concluyeron es que el uso de videojuegos, al menos de este tipo, durante los primeros años de vida, causa un desarrollo en el cerebro de manera distinta a aquellas personas que se mantuvieron alejadas de este tipo de sistemas.
