EFEAlgunos científicos que estudian el fuego y otros que estudian el clima, dicen que no hay dudas sobre que el calentamiento global producido por el hombre es una gran parte, pero no la única, de los incendios.
El 2019, Australia vivió su año más caluroso y seco del que se tenga registro, con una temperatura anual promedio de 1,5°C por sobre la que se registró entre 1960 y 1990, de acuerdo al Departamento de Meteorología de Australia. Las temperaturas en el país durante el último mes, alcanzaron máximas de 49,9° C.
"La que habría sido una mala temporada de incendios, se convirtió en algo peor por la tendencia subyacente de sequedad y calentamiento", dice Andrew Watkins, jefe del área de pronósticos a largo plazo en el Departamento de Meteorología de Australia.
Mike Flannigan, científico experto en fuego de la Universidad de Alberta, Canadá, dice que los incendios en Australia son "un ejemplo del cambio climático".
Un informe del gobierno australiano en 2019 sobre incendios y cambio climático, aseguró que "el cambio climático causado por los humanos, ha resultado en condiciones meteorológicas más peligrosas para la foresta en las últimas décadas para muchas regiones de Australia".
Mientras más seco sea el combustible -en este caso árboles y plantas- es más fácil que los incendios comiencen, y por lo mismo se hacen más calientes, dice Flannigan. "Significa que existe más combustible disponible para quemar, lo que implica incendios de mayor intensidad y eso hace más difícil -o imposible- poder apagarlos", agrega el experto.
El calor hace que el combustible esté aún más seco, por lo que se combinan para algo llamado clima de fuego. Y eso determina la "humedad del combustible", que es crucial para que el fuego se expanda. Mientras más baja sea la humedad, es más probable que los incendios en Australia se inicien y expandan, ya sea por rayos o por ignición causada por humanos, según un estudio de 2016.
La sequía australiana desde fines de 2017 "ha sido al menos igual o peor que la de 1902", afirma Watkins. "Probablemente ha sido conducida por patrones de temperaturas en el Océano Índico y la tendencia de largo plazo de sequedad", agrega.
AFPSí, ahora se prolonga por dos a cuatro meses más que antes, comenzando anticipadamente en el sur y el este, según Watkins.
"Los incendios de los últimos tres meses no tienen precedentes en su tiempo y severidad, comenzaron más temprano en primavera y cubrieron un área más grande a través de muchas partes de Australia", afirma David Karoly, líder del centro de cambio climático en el Programa Nacional de Ciencias Ambientales de Australia. "La cumbre normal en la temporada de incendios es a fines del verano y aún no hemos llegado", agrega.
Sí. En septiembre, el calentamiento estratosférico súbito de la Antártica -el equivalente austral del vórtice polar- cambió las condiciones climáticas, por lo que los sistemas meteorológicos normales de Australia, están más al norte de lo usual, según Watkins.
Esto significa que desde mediados de octubre, comenzaron vientos fuertes y persistentes desde el oeste, llevando aire caliente y seco desde el interior hacia la costa, creando condiciones aún más riesgosas de incendios en el litoral.
"Con un ambiente tan seco, muchos incendios fueron iniciados por eventos de relámpagos secos (es decir, con lluvias limitadas)", dice Watkins.
APEs muy temprano para precisar la causa de ignición, debido a que los incendios son recientes y las autoridades están utilizando su tiempo en combatirlos, afirma Flannigan.
Aunque las personas son un gran factor en la causa de incendios en Australia, usualmente son accidentales, desde vehículos al tendido eléctrico, agrega el experto. No es común que cigarrillos mal apagados detonen grandes incendios, pero cuando las condiciones son tan secas, pueden hacerlo, dice Flanningan.
Sí. Se trata de una tormenta explosiva llamada "pirocumulonimbus" y puede inyectar partículas a alturas de hasta 16 km.
Durante un incendio, el calor y la humedad de las plantas son liberados, incluso cuando el combustible es relativamente seco. El aire caliente es menos denso que el frío, por lo que se eleva, liberando la humedad y formando una nube que se levanta, hasta terminar como una tormenta eléctrica iniciada por el fuego. Ocurre de tiempo en tiempo en Australia y otras partes del mundo, incluyendo Canadá, advierte Flannigan. "Pueden ser mortales, peligrosas, erráticas e impredecibles", añade.
EFELos árboles de eucalipto son especialmente inflamables, "como gasolina en un árbol", dice Flannigan. Los químicos que poseen hacen que se incendien más fácilmente, hacen que el fuego llegue a los conos y que se torne más intenso. Los eucaliptos fueron un factor importante en los incendios de 2017 en Portugal, que cobraron 66 víctimas fatales.
No se puede, simplemente van a arder en muchos lugares hasta que lleguen a la playa, advierte Flannigan. "Con este nivel de intensidad, el ataque directo es inútil (...) Simplemente tienes que salirte del camino... realmente es como escupir a una hoguera. No se consigue nada bueno", agrega.
AFP"La temporada extrema de incendios en Australia en 2019 fue predecida", asegura Nerilie Abram, científica climática de la Universidad Nacional Australiana. "La pregunta que debemos hacernos es qué tan peor dejaremos que esto llegue. Asi es como se ve el calentamiento global de sólo 1°C. ¿Realmente queremos observar el impacto de 3 grados o más? Porque estamos en esa trayectoria", advierte la investigadora.