¿Duelen los golpes del cine? Por qué nos estremecemos al ver una lesión en una película
Una investigación da luces de cómo el cerebro "simula" lo que ve y, si bien no genera dolor real, sí activa sensaciones aunque los golpes no ocurran en el propio cuerpo.
La ciencia comienza a desentrañar por qué muchas personas se estremecen al ver una lesión en una película, incluso sin experimentar dolor real. Un nuevo estudio revela que el cerebro no solo observa, sino que también "simula" lo que ve, activando regiones vinculadas al sentido del tacto aunque el impacto no ocurra en el propio cuerpo.
El estudio, publicado en Nature, fue realizado por investigadores de las universidades de Reading (Reino Unido), Libre de Ámsterdam y Minnesota (EE.UU.). En ella se muestra que ciertas áreas tradicionalmente consideradas visuales contienen mapas corporales capaces de generar ecos de sensaciones físicas. Este hallazgo abre nuevas líneas de estudio sobre cómo interactúan nuestros sentidos y cómo estas conexiones podrían ayudar a comprender trastornos como el autismo.
¿Por qué nos estremecemos cuando vemos una lesión en una película?
Aunque no sintamos dolor real, al ver una lesión física en una película muchas personas experimentan un estremecimiento, una reacción que desconcertaba a la ciencia.
Un nuevo estudio muestra que esto ocurre porque el cerebro no solo observa lo que ve en pantalla, sino que además lo "simula", generando una sensación táctil interna.
Las imágenes de lesiones activan regiones cerebrales encargadas del tacto de una forma organizada, como si el estímulo saltara directamente de la pantalla al cuerpo.
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El cerebro contiene áreas que antes se creían exclusivamente visuales, pero que también están organizadas según un "mapa" del cuerpo, permitiendo que lo visual genere ecos táctiles.
Cuando vemos que a alguien le hacen cosquillas o daño, las áreas encargadas de procesar el tacto se activan con patrones que coinciden con la parte del cuerpo afectada.
En esencia, el cerebro "mapea" lo que se ve en el propio cuerpo, simulando una sensación táctil aunque nada físico esté ocurriendo.
Esta interacción funciona en ambos sentidos: en la oscuridad, las sensaciones táctiles ayudan a que el sistema visual construya un mapa interno del entorno.
¿Cómo se estudió esta relación entre visión y tacto?
Los investigadores desarrollaron métodos novedosos para analizar actividad cerebral mientras las personas veían películas comerciales.
En total, se estudió el cerebro de 174 participantes mientras veían seis filmes distintos: "La red social", "El origen" ("Inception"), "Ocean's Eleven", "Mi pobre angelito", "Erin Brockovich" y "Star Wars: El imperio contraataca".
"Mi pobre angelito" fue una de las películas usadas en el estudio. | 20th Century Studios
Se observó que regiones tradicionalmente consideradas como puramente visuales mostraban patrones relacionados con sensaciones corporales del espectador, no solo con estímulos de la pantalla.
Estas regiones visuales contienen "mapas corporales" similares a los encontrados en las áreas encargadas de procesar el tacto.
Esto sugiere que la "maquinaria" del tacto está integrada dentro del sistema visual.
¿Qué descubrieron sobre la organización del cerebro frente a lo que vemos?
El estudio identificó dos formas en que los mapas corporales se alinean con la información visual:
En las regiones dorsales (más altas): los mapas corporales coinciden con la ubicación de los elementos en el campo visual.
Zonas del cerebro asociadas a sensaciones en los pies se activan con las partes inferiores de la escena.
Zonas vinculadas con la cara responden a las partes superiores de la imagen.
En las regiones ventrales (inferiores): los mapas corporales coinciden con la parte del cuerpo que se está mirando, sin importar dónde esté ubicada en la escena.
Esto confirma que el sistema visual incorpora representaciones corporales que permiten "sentir" lo que se observa.
¿Qué implicaciones clínicas puede tener este hallazgo?
Estos descubrimientos podrían transformar la comprensión de trastornos como el autismo.
Varias teorías proponen que simular internamente lo que vemos ayuda a entender las experiencias de otras personas, y estos procesos pueden funcionar de manera distinta en personas autistas.
"El origen" es otra de las películas utilizadas en la investigación. | Warner Bros.
Las pruebas sensoriales tradicionales suelen ser agotadoras, especialmente para niños o personas con afecciones clínicas.
Con estas técnicas, ahora es posible medir los mecanismos cerebrales mientras alguien simplemente ve una película, lo que abre nuevas posibilidades para investigación y diagnóstico.
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"Mi pobre angelito" fue una de las películas usadas en el estudio. | 20th Century Studios
"El origen" es otra de las películas utilizadas en la investigación. | Warner Bros.
