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Volver al pasado

Terapias y métodos de sanación -que no sólo curan los síntomas, sino que enfocan las enfermedades en forma holística- han aparecido en los últimos tiempos con mucha fuerza en Chile.

29 de Marzo de 2005 | 12:01 |
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Provienen de culturas antiguas, principalmente de Oriente, y su interés primordial es sanar por medio de la integración de mente, cuerpo y espíritu.

Envuelven un misterio en el que muchas veces basan su atracción. Reciben distintos nombres, pero, en lo esencial, se tratan de una serie de disciplinas, amparadas en metodologías de trabajo natural, que ofrecen sistemas de diagnóstico y tratamiento de la dolencia desde un punto de vista global.

Con ellas no se curan signos y síntomas, sino causas internas y externas que conducen a un desequilibrio orgánico; por esto muchas utilizan el término sanación en vez de curación.

Hasta hace poco estos procesos terapéuticos no se enseñaban en las universidades, aunque algunas de ellas han incorporado estas nuevas formas en sus currículos como métodos complementarios a los tradicionales, especialmente para tratar el dolor.

Sus detractores señalan que estas pseudociencias aprovechan el innegable carácter incompleto del saber científico para entregar a los pacientes una respuesta global y asequible sobre la enfermedad y el sufrimiento humano.

Por eso, frente a las grandes dudas que surgen al respecto, conviene establecer una diferencia entre medicina tradicional y alternativa, entre popular y paralelas, y los tratamientos avalados científicamente de las pseudociencias.

Diferentes medicinas

Las medicinas primitivas son innumerables y difieren según el lugar geográfico y el patrimonio cultural de cada sociedad. Se fundamentan en elementos comunes: religión, mundo sobrenatural y tabúes. La enfermedad es consecuencia de fuerzas maléficas que requieren la intervención del chamán o hechicero. Restos de estas antiguas supersticiones todavía persisten parcialmente en el imaginario de nuestra época.

Las medicinas tradicionales son un conjunto de saberes empíricos y creencias religiosas. Su doctrina se basa en la observación y la experiencia. Junto a tradiciones mágico religiosas, utilizan conocimientos y técnicas terapéuticas que, en algunos casos, han precedido a la medicina moderna.

Este tipo de curación constituye una transición entre la medicina popular y la ciencia moderna, como por ejemplo, la acupuntura y la homeopatía.

Las medicinas populares, en tanto, están apoyadas por la OMS como terapias tradicionales de relativa eficacia mientras los pueblos no logren un grado de desarrollo social que les permita disponer de los nuevos avances de la medicina científica.

En muchos países del Tercer Mundo, coexisten ambas prácticas. En general, a la popular recurren los sectores de menores ingresos y a la moderna, los privilegiados. La esperanza de vida de estos últimos casi duplica a la de los primeros, aunque la causa no es exclusivamente la atención médica.

Finalmente, las medicinas alternativas son prácticas sistematizadas de terapias que no han sido verificadas y que constituyen la expresión dogmática de doctrinas vigentes hace siglos. Generalmente, se basan en el efecto placebo; es decir, en sustancias inertes que pueden mejorar algunos síntomas subjetivos asociados a la enfermedad como la aflicción, la ansiedad y el temor al dolor o la muerte.

Este tipo de tratamiento no ha sido evaluado o comprobado científicamente por lo que es de primordial importancia consultar al médico antes de comenzar cualquier tipo de “sanación”. Pues, si bien muchas han sido incorporadas a los métodos científicos en forma complementaria, otras mantienen su carácter cercano a la magia.

Las más comunes

La medicina tradicional alternativa incluye las formas de terapia más aceptadas y que han sido utilizadas por siglos alrededor del mundo. Entre ellas, la acupuntura, el aryuveda, la homeopatía, la naturopatía y las medicinas orientales, principalmente la china.

La unión con las manos también ha sido usada en la medicina desde sus comienzos. Sanar por medio del contacto se basa en la idea de que las enfermedades o las heridas localizadas en un área pueden afectar a todo el cuerpo. Si éste puede volver a su salud óptima, entonces, puede concentrarse en la curación del sitio de la herida o la enfermedad sin distracciones.
Los representantes más conocidos de este tipo de sanación son la medicina quiropráctica, el masaje, el movimiento del cuerpo, el Tai Chi y el yoga.

Muchos enfoques dietéticos y herbales tratan también de curar los desbalances que se producen en el ser humano debido a problemas en su alimentación o en su estado anímico. Tanto el exceso nutricional como su deficiencia se han convertido en enfermedades de nuestro tiempo. Estos incluyen los suplementos dietéticos y la medicina herbal, como por ejemplo, los tratamientos florales.

También la energía es considerada por esta medicina una de las reguladoras fundamentales del cuerpo, la mente y el espíritu. La terapia electromagnética y el reiki son buenos representantes de este tipo de métodos.

Los estudios han demostrado que las personas se curan mejor si tienen una buena salud emocional y mental y, hasta la medicina convencional, reconoce la conexión entre mente y cuerpo. Ejemplos de ello son la bioretroalimentación (biofeedback), el olographic repartting y la hipnosis.

Los sentidos también juegan un papel fundamental en este tipo de terapias, pues algunas personas creen que ellos pueden afectar el estado de salud general. La visualización, el arte, el baile y la música son utilizados como medio de curación.
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