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Respeto al doble rol de la mujer

Más del 90 por ciento del personal que trabaja en el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva es mujer y la enorme mayoría tiene hijos. Por eso, los beneficios que entrega esta institución las favorece en especial a ellas. Como trabajan en el área de la salud, saben que de las mujeres depende el bienestar de la familia. Tratan de que se sientan lo mejor posible, lo que les permite cumplir su labor con excelencia.

14 de Septiembre de 2004 | 13:37 |
Creado hace 19 años por investigadores de la Universidad Católica, el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva (ICMER), fundación de beneficencia sin fines de lucro dedicada a la investigación científica en el área de la salud reproductiva, la docencia, capacitación y atención de personas de bajos recursos, se ha fijado una meta: la excelencia en el trabajo.
Otros beneficios
Programa de lactancia y apego, con estimulación del amamantamiento. Sala cuna subsidiada.

Bonos: dos mensuales y dos anuales, más uno de escolaridad para jardín infantil y enseñanza básica, media y superior.

Atención gratuita para el trabajador y su familia en el consultorio. Pago de los días de licencia médica no cubiertos por la Isapre.


Y como para lograrlo sabe que debe contar con un personal eficiente y comprometido, listo para responder a todos los desafíos, se preocupa de su calidad de vida.

Para ello dispone de una serie de beneficios que favorecen a todos por igual, pero en especial a las mujeres y fundamentalmente a las que son madres. No podría ser de otra manera: de los 42 trabajadores que forman el personal de planta, 40 pertenecen al género femenino, y de ese total, 31 tienen hijos.

Una de las garantías más valoradas por ellas es la flexibilidad laboral. Así, cuando una mamá tiene que llevar al niño al doctor o asistir a una reunión en el colegio, cuidar al marido enfermo o acompañar al médico a sus padres o suegros, la institución no le pone problemas para que se ausente. Después ella verá cómo concluye su trabajo, si se queda más tiempo ese día, llega más temprano al siguiente o lo termina en casa.

También la institución le permite a su personal reducir su carga de trabajo o pedir un cambio de puesto a causa de un inconveniente específico. Un ejemplo es el de la mujer que por dificultades en su embarazo necesita desarrollar una actividad menos agitada.

Otra garantía es que se puede cambiar la jornada full time a una part time o viceversa, sin perder los beneficios que entrega el instituto cuando se labora en horario completo.

Como el ICMER trabaja en el campo de la salud, está consciente de la contribución que hacen las mujeres en el bienestar de la familia y del doble rol que deben desempeñar. Por eso, trata de facilitarles la vida, que ellas sientan que están cumpliendo - y muy bien- en la dos áreas a su cargo: el trabajo fuera y dentro de su casa.

En cuanto a las mujeres, las pioneras ya están jubilando y las recién contratadas tienen alrededor de 24 años. Predominan las mayores, porque allí se valora enormemente la experiencia. Muchas son profesionales de la salud como médicas, matronas, enfermeras y auxiliares de enfermería.