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“Más que machismo, es individualismo”

18 de Agosto de 2008 | 15:12 |
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Hija de un médico y una escultora, Luisa Durán de la Fuente se vinculó desde temprano a la realidad social de la mujer y la familia. Su padre era experto en salud pública y por motivos de trabajo se trasladó a Uruguay.

En ese país comenzó a estudiar servicio social, carrera que terminó en la Universidad de Chile a principios de los ´70 y, aunque nunca la ejerció, sus conocimientos le permitieron enfrentar los desafíos que imponen ser la presidenta de ocho fundaciones dedicadas a la cultura, la familia, los niños y la mujer.

Gran parte de los programas de apoyo a estos últimos se desarrollan a través de Integra, la Fundación de la Familia, Prodemu y Tiempos Nuevos.

- ¿Cuál es su visión de la mujer chilena? ¿Es optimista? ¿Qué le preocupa?
“Es optimista porque creo en la capacidad de la mujer; encuentro que es maravillosa, en todos los ámbitos tiene capacidad, creatividad y vitalidad. Me preocupa, eso sí, que sus condiciones de desarrollo sean las mejores posibles, más fáciles; hay trabas que siento que no se rompen.
“Están las mujeres que trabajan largas jornadas en los supermercados, en los malls, que ganan unos sueldos... y a veces ni tienen, están a comisiones; son mujeres de esfuerzo, salen de su casa a las 7 de la mañana y llegan a las 8 de la noche... Eso es una irresponsabilidad social, ¿qué familia se mantiene así?”

- Usted es asistente social, si mira al pasado ¿tiene frustraciones?
“Hemos conseguido bastante, pero nunca es suficiente. Hay mucho camino que recorrer y cada gobierno va a aportando algo”.

- Cuando se habla de discriminación de la mujer se le relaciona con el mundo labor, con su sueldo. ¿Dónde más lo ve?
“Bueno, lo dije, la mujer tiene que mostrar muchos más estudios, logros, para alcanzar un cargo. En el mundo local, esas mujeres que son presidentas de juntas de vecinos, que son las encargadas de organizaciones sociales no logran un cargo en el mundo comunal, no llegan a ser ni concejal. ¿Se irán restando?, no lo sé. También los hay en la salud, pero los planes se están mejorando para que no resulten tan caros”.

- Y la pobreza ¿discrimina más la mujer que al hombre?
“Bueno, cuando son jefas de hogar la pobreza es muy fuerte para ellas”.

- Chile tiene una de las tasas más bajas de mujeres trabajadoras, incluso en la región. ¿No es esto contradictorio con la condición de país moderno, de jaguar?
“Claramente. La principal causante está en la imposibilidad de la mujer de poder dejar a sus hijos bien cuidados cuando se va a trabajar. Eso es básico y por ello, aumentar la educación preescolar es fundamental para la tranquilidad de la mujer y... del hombre”.

- ¿La rigidez de la jornada laboral es también una causa?
“Indudablemente, hay mujeres que trabajan doce horas fuera de sus casas; eso es inhumano”.

Vestida con un sencillo traje dos piezas, un pañuelo de seda y sólo un clásico anillo de brillantes más un par de aros, Luisa Durán responde al perfil de la mujer actual, aquella que combina su profesión con sus tareas hogareñas.
Su voz es suave y pausada, pero transmite fuerza. Esa con que remarca que durante el gobierno militar, además de muchas cosas negativas, Chile no consiguió un desarrollo integrado y que, por eso, la Concertación puso el acento en los temas sociales.

- ¿La situación de la mujer está dentro de las prioridades de la clase política, especialmente, masculina?
“Este tema cuesta ponerlo en la agenda y por eso, creo que las organizaciones pro mujeres hacen una gran labor en ese sentido. Hay que persistir... parece que a los hombres no les interesa y creo, que tampoco a las propias mujeres”.

- ¿Hay responsabilidad en ellas?
“Sí, las mismas mujeres no se dan el tiempo, no se interesan por lo que le pasa a las otras”.

- ¿Secuela de una sociedad machista?
“Más que machismo, es individualismo, exitismo. Cada uno hace sus cosas para que le vaya bien y los demás, no les importan”.

- Una encuesta del CEP del 2002 detectó que los chilenos, en general, no ven con buenos ojos que las mujeres trabajen fuera de la casa. ¿Cómo se lo explica?
“Espero que ello haya cambiado en dos años (y se ríe). Bueno, tiene que ver con el individualismo; el hombre quiere que todo funcione en la casa, que no lo molesten ni le hagan demandas y eso es la máxima demostración de egoísmo”.

- ¿Qué opina de la discriminación positiva?
“Entiendo que ha dado resultado donde se ha aplicado. A mí el tema me cuesta procesarlo porque siempre me ha gustado que las mujeres tengan el lugar que se merecen por su esfuerzo, porque han demostrado que nos la podemos. Sé que esto es lento, pero sin duda que la discriminación positiva ha servido para que sea más rápido”.

- Bastante autoexigente. ¿Siempre pasando pruebas?
“Sí, pero todo el mundo, no sólo las mujeres, quiere ser bueno en lo que hace. Lo que pasa es que nosotras tenemos más roles. Uno es más feliz haciendo las cosas bien”.

- ¿Hay algo también de ser más presionadas?
“Probablemente, existe la competencia”.

- Lucía Santa Cruz plantea que la igualdad entre hombre y mujer no es posible porque son por naturaleza distintos. ¿Cómo lo ve usted?
“Creo que se puede lograr una igualdad si se alcanza un término medio, que el hombre y la mujer cedan en ciertos roles. Veo, por ejemplo en política, que las mujeres que les va bien se masculinizan, de alguna manera; hacen las cosas como los hombres.
“Hay que partir por respetarse, por entender que el otro es distinto y que se deben buscar maneras para relacionarse y buscar términos medios. En la vida cotidiana siempre se intenta compatibilizar gustos y roles, claro que no lo consiguen todos y hay hombres y mujeres sometidos por el otro”.

- “Sonrisa de mujer” produce una cadena de efectos que cambia radicalmente la vida de las beneficiadas. ¿Más que grandes políticas públicas, lo que necesita la mujer son programas concretos? ¿Hay un error en el enfoque?
“Puede ser, pero creo que las cosas se deben compatibilizar. “Sonrisa de mujer” que ha beneficiado a 25 mil mujeres colocó el tema en la agenda; algunos nunca habían visto lo terrible que era no tener dientes, los dentistas se preocuparon y agradecieron poder ayudar, la sociedad se conmovió. Ahora, el ministerio de Salud se está preocupando y los niños de 6 años van a ser revisados; se comienzan a articular cosas a partir de esto, pero se deben establecer grandes políticas.
“Ahora, a mí me encantan las cosas concretas”.

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