Para nadie es una novedad que Julián vivió un intenso dolor a mediados del ’96. Un chofer que manejaba ebrio se pasó una luz roja, chocó el auto que conducía el animador y su polola de muchos años, la Sole, murió. Aunque reconoce que no ha sufrido dolor igual, reconstruyó su vida a fines del año pasado: se casó con Daniela (no da más señales), una de esas amigas de la patota que lo ha acompañado siempre y hoy se siente plenamente feliz.
-¿El tumor ha sido igual de violento?
“No me gusta hablar de mis cosas personales. Sólo te digo que estoy bien, igual de optimista que siempre y que viajo a operarme acompañado de los que quiero. Espero que todo salga bien”.
-¿Es muy grave?
"Tiene tres centímetros y eso puede complicarme los nervios faciales. Aunque la operación tiene su riesgo, estoy tranquilo, soy un tipo alegre".
Cuenta que se quería intervenir en Chile, pero que, finalmente, optó por las mejores manos del mundo con la esperanza de que todo salga bien. No quiere victimizarse y por eso su resistencia a hablar del tema.
¿Pero tendrás miedo?
"Claro que sí, tengo miedo y pena por mi mujer, porque estamos recién casados y somos muy jóvenes. Hay cosas mucho peores, esta es una huevá chica y no me deprimo por ellas".
Respetando el silencio que quiere mantener respecto a su actual situación, no preguntamos más sobre el tema de su enfermedad. Sobre sus dolores pasados sí habla con soltura.
-¿Cómo evalúas la muerte de la Sole con el paso del tiempo?
“Tengo una nueva vida, estoy casado. Fue un momento muy doloroso, pero ya es un tema personal, aunque he crecido mucho desde ese momento. Me he reconstruido. Yo creo que las penas y las alegrías hacen crecer. Ese momento fue de gran frustración, la más grande de mi vida hasta ahora”.
-¿Y en el plano laboral, te has sentido frustrado?
“No, creo que me ha ido bien. Tal vez me gustaría sentirme más apoyado en algunos momentos, pero en este medio es difícil que eso se dé”.
-¿Cómo ha sido para Daniela vivir este proceso a tu lado?
“Ella me conoció así, me ayudó así y me entendió así. Yo venía con este dolor de fábrica y ella fue súper valiente en enamorarse igual de mí. ¡Qué mejor! Ella es una mujer que está siempre a mi lado apoyándome”.
-¿Mantienes hasta hoy la relación con la familia de la Sole?
“Han pasado casi ocho años, pero mi relación con ellos es maravillosa y Daniela la entiende, la acepta y la comparte”.
-¿Cómo fue tu matrimonio?
“Un matrimonio judío típico: particularmente bonito, alegre, muy de amigos”.
-¿Ambos son judíos practicantes?
“Sí, aunque yo también soy medio esotérico. Me asesoro con una bruja que me lee el tarot y tengo un profesor de Kabbalah, que me guía por esa antigua creencia”.
-¿Tienen pensado tener hijos a corto plazo?
“Me encantan los niños. Primero espero que podamos tenerlos, después que sean sanos. Nos hemos planteado la maternidad para el corto o mediano plazo. Mientras tanto chocheo con mis sobrinos, a los que adoro”.