Es una mujer relajada y cero complicada con las formalidades. Comunidad Mujer ocupa una pequeña oficina de tres ambientes en muy pocos metros y en ella trabajan como diez personas. Esperanza Cueto, 37 años, atina a reírse y lanzar tallas sobre el hacinamiento en que viven.
Ex alumna del Saint John´s Villa Academy, estudió derecho en la Universidad Diego Portales. Su preocupación por el tema de las mujeres y su entorno le viene de familia; su tío Enrique Cueto fue uno de los que promovió su debate en Chile a través del Instituto Carlos Casanueva.
No ejerce la abogacía porque considera que Comunidad Mujer es mucho más atractivo y puede desplegar con más libertad sus talentos. “Es un desafío alucinante”, dice.
Vive una especial etapa en su vida marcada por la tolerancia y apertura que da cierta madurez. Se declara reencantada con todos quienes se arriesgan a cambiar de posición frente a cosas de la vida. “Me cargan las visiones absolutas”, sentencia.
Sus hermanos la preceden en exposición publica; la familia controla Lan Chile y en ella ocupan altos cargos ejecutivos..
-¿Qué ha significado para tí pertenecer a una familia tan sobreexpuesta?
“Tengo súper poca conciencia de eso y me da pudor, además, cuando me lo plantean. Entiendo racionalmente que es así, pero trato de ser bien libre. Estoy orgullosa de pertenecer a una familia genial, maravillosa, que ha sido súper exitosa y pionera en el desarrollo de proyectos empresariales. Lo manejo”.
¿Te sientes más exigida por lo mismo?
“No... encuentro que debería exigirme más (y suelta una carcajada). No; creo que estoy media vieja para eso. Lo que siento es otra cosa; uno a veces ha tenido privilegios de los cuales es responsable para devolver la mano y los proyectos en los que he estado tienen proyecciones sociales. No lo hago como una obligación, me nace, y a lo mejor algo de eso hay ahí.
“¿Que mi familia sea exitosa?... de esas preocupaciones tengo miles, pero gracias a Dios, esa no”.
Separada del empresario, ex animador de televisión y hoy candidato a alcalde por Santiago, Raúl Alcaíno, tiene tres hijas de 13,10 y 7 años. “Son mi vida, soy una mamá súper chocha, parcial, encuentro que ellas son lo máximo”, confiesa.
-¿Cómo enfrentan tus hijas la nueva etapa de su padre?
“Lo viven con mucha naturalidad, tienen un papá muy cercano, cotidiano que hoy está en un proyecto que lo tiene muy entusiasmado y estoy segura de que le va a ir bien. Es parte de la vida que les tocó vivir y es todo bien normal”.
-¿La política les quitará tiempo de este papá que es bastante presente? (Él las va a buscar al colegio y vive a muy pocas casas).
“No; obviamente, van a haber espacios. Era tanto el tiempo que les estaba dedicando que, que les quite unas horas sería un mal menor y además, es temporal. No genera ningún conflicto”.
-¿Y tú, qué tipo de mamá eres?
“Soy bastante relajada, cercana, operada de los nervios. Soy exigente en las cosas mínimas”.
