Esta mujer siempre dio muestras de independencia. Su padre radical educó a sus cinco hijas en libertad y ella fue su compañera de caza. Luego, estuvo junto a Patricio Phillips más de 55 años, pero nunca se sintió “la señora de”. Al poco tiempo de instalados en Traiguén, ella fundó la Cruz Roja local y más tarde fue electa regidora.
Su paso más notorio lo dio en 1984 cuando, junto a Silvia Alessandri y Alicia Ruiz-Tagle, refundaron el Partido Nacional que presidió hasta 1987.
Si bien defiende a la mujer, le da igual valor a la pareja. “No habría podido vivir sin un hombre al lado” acota.
-¿Estuvo entre las feministas de su época?
“Si el ser feminista significa querer que la mujer tenga su espacio, lo soy y si ayudé en algo, me alegro. La mujer le pone a la política algo muy especial. El hombre, por el machismo con que fue educado, no percibe que ya sea la madre, la mujer o la amante son primordiales. Un hombre no surge cuando le toca un lastre al lado y por eso, hay que prepararla para que esté en sintonía con los tiempos modernos”.
-¿La mujer sigue siendo discriminada?
“Sí, no hay igualdad de oportunidades a pesar de que se ha integrado. Por muy preparada que esté no recibe el mismo sueldo o se prefiere al hombre porque la mujer va a ser madre. No estoy en contra de eso, creo que su labor más importante es formar a sus hijos, pero no se le puede dejar a un lado”.
-¿Cómo ve hoy a la mujer en política?
“Lo está haciendo bien, pero Chile no está preparado para que una de nosotras llegue al más alto cargo. A diferencia de lo que pasa con los hombres, a las mujeres las atacarán más, especialmente a la Michelle Bachelet, por su pasado”.
-¿Cuándo habrá una mujer Presidente?
“Cuando se inscriba la juventud, porque tienen otra mentalidad. Veo muy difícil que los que están inscritos voten por una mujer”.
Tiene ocho nietas mujeres y un solo hombre. Entre ellos se dan todas las gamas, desde artistas e intelectuales a otros con una clara veta política. Les envidia la forma menos complicada con que enfrentan la vida, pero devela una preocupación.
“Hay valores que se han perdido. La juventud de mi tiempo manejaba de otra manera su sexualidad, los hombres no se desahogaban con sus pololas. No estoy diciendo que sigan vírgenes hasta lo 30 años, pero no me gusta que la consigna sea que si una no se mete con el pololo es perna”.
También se cuestiona que las jóvenes opten más por la convivencia que por el matrimonio, porque va en desmedro de la familia.
-¿Se necesitaba una ley de divorcio?
“Creo que sí. Los que tenían plata podían anularse y los que no, tenían que seguir con el fardo a cuesta”.
Se declara una mujer moderna. “No para usar minifalda, pero a mí no me escandaliza nada”.
-¿Nada?
“Nada. Todo lo antinatura me eriza. Ahora, la homosexualidad ha existido siempre y cada uno sabe lo que hace. Mientras no contagien a los demás y se busquen entre ellos, ni un problema”.