EMOLTV

Guerra a las arrugas

Alisan arrugas, previenen la formación de otras nuevas, favorecen la elasticidad, neutralizan los radicales libres, combaten las líneas derivadas de la gesticulación y el daño de la sobreexposición solar. Las actuales cremas antiedad son verdaderas terapias de belleza que ayudan a quitar años de encima sin tener que pasar por el quirófano.

18 de Noviembre de 2004 | 19:44 |
imagen
Aunque puede ser la solución más efectiva, la cirugía no es la única forma de dar la pelea al envejecimiento. Existen otras menos drásticas, que también ayudan a hacer frente a las arrugas que se instalan en el rostro. Un aliado importante es la cosmética y sus constantes innovaciones en cremas y sueros antiedad.

A la existencia de productos cada vez más placenteros, de texturas suaves y agradables aromas, se suma la investigación que ha permitido incorporar activos más eficaces a fin de mantener, por más tiempo, un cutis terso y saludable. A continuación, las reglas que imperan en la guerra a las arrugas.

No está de más
Junto con la ayuda de la cosmética, existen ciertos hábitos que podrían retardar la aparición de las arrugas. Por ejemplo, no abusar del sol ni exponerse sin la debida protección, incluso en días nublados, ya que los rayos UV traspasan las nubes. No fumar, ya que el consumo de tabaco acelera el envejecimiento cinco veces respecto a las personas que no fuman, debido a que sus mecanismos antirradicales se gastan antes. Además se ha comprobado que el cigarrillo daña la elastina y altera la turgencia cutánea. También es importante beber bastante agua y mantener la piel hidratada, ya que de lo contrario el rostro se ve ajado y se remarcan las líneas. Así como favorecer una dieta rica en antioxidantes naturales, capaces de neutralizar los radicales libres. Algunos de ellos son la vitamina A, presente en zanahorias, tomates y espinacas; vitamina C, que se puede obtener de los cítricos; vitamina E, fácil de adquirir a través de aceites vegetales, frutos secos y cereales; zinc, en moluscos en general, y selenio, en carnes, pescado y ajo.


Efecto Bótox Considerando que no todas las arrugas son producto del paso del tiempo o el sol, la última tendencia son las "cremas de efecto Bótox". Son fórmulas sofisticadas capaces de combatir el envejecimiento por la contracción de los músculos de la mímica.

No hay que olvidar que cada vez que reímos o gesticulamos al hablar los músculos subcutáneos se contraen, lo que favorece la formación y profundización de arrugas. Estas cremas las combaten al relajar el tejido que sigue el movimiento de la cara, y en ese sentido se dice que poseen un efecto similar al del Bótox, pero sin correr los riesgos que éste implica.

Antioxidantes: A veces la incapacidad del organismo para neutralizar los radicales libres, principales responsables del envejecimiento, obliga a recurrir a nutrientes que ayuden a conseguirlo. Los compuestos con esta capacidad son los llamados antioxidantes, y los más destacados son la vitamina A, C y E, coenzima Q10, y oligoelementos como selenio y zinc, los que están siendo incorporados con éxito en las cremas antiedad.

Junto con usar productos de estas características para contrarrestar los efectos de los radicales libres, se recomienda no abusar del sol y menos sin protección, no fumar y mantener una dieta rica en antioxidantes naturales o consumir suplementos vitamínicos cuando sea necesario.

Elasticidad: Pasados los treinta años comienzan las deficiencias del organismo para reparar los daños a nivel de colágeno y elastina y los tejidos pierden firmeza, ya que los fibroblastos ya no producen colágeno en la misma cantidad, y su calidad empeora. Por eso las cremas incorporan activos capaces de potenciar la acción de los fibroblastos, y así recuperar el tono perdido. Algunos de son el cobre activo, Par-Elastyl, liposomas, y distintos extractos naturales.

Protección solar: Como los rayos UV son grandes generadores de arrugas, la cosmética no puede dejar de lado el tema de los filtros. De hecho se estima que más del 75 por ciento de las líneas y falta de elasticidad son su responsabilidad. Además, es su culpa que la piel se vuelva gruesa, áspera y sin brillo, que se deshidrate y pierda turgencia, lo que hace que se marquen los pliegues. Esto explica que hoy la mayoría de las cremas tengan SPF .