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"Muchos hombres son menos responsables que las mujeres"

18 de Agosto de 2008 | 15:14 |
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María Ester Feres conoce como la palma de su mano la realidad de la mujer chilena en el mundo laboral; es su pega. Se mueve como pez en el agua entre estadísticas y categorías y normas.

Su visión, la de una autoridad en la materia, podría desalentar hasta a las más optimistas, pero ella no baja los brazos y asegura que tienen muchos programas en carpeta para salvar las dificultades detectadas.

- ¿Es más fácil hoy la inserción de la mujer en el mundo laboral?
“Efectivamente. La tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral a comienzos de los años’70 era cercana al 17%, hoy se eleva al 36%. Sigue siendo la más baja de América Latina y además es muy desigual dependiendo del nivel de ingreso de los hogares. Las mujeres pobres (el primer quintil de ingresos) sólo trabajan remuneradamente poco más del 24%; en cambio, las del quinto quintil lo hacen por sobre el 52%. Se ha avanzado mucho, pero existen muchos problemas pendientes. El principal de ellos es el del cuidado infantil”.

- ¿Ahora se acepta más a la mujer fuera de la casa?
“Constatamos cambios culturales importantes que, con seguridad, se acelerarán muchísimo con la revolución tecnológica en el área de las comunicaciones. Socialmente existe una aceptación progresiva de que la mujer trabaje fuera del hogar, y de parte de las propias mujeres, se busca la realización personal en ámbitos distintos a los tradicionales.
“Sin embargo, aún no se asume la maternidad como una responsabilidad compartida ni por el conjunto de la sociedad ni entre ambos padres. Las estadísticas señalan que todavía el 95% del trabajo doméstico es realizado por mujeres”.

-¿La mujer sigue siendo discriminada por la maternidad?
“Sin duda y con diversos fundamentos, la gran mayoría de carácter subjetivo. Se aducen de manera equivocada argumentos como la excesiva protección legal a la maternidad o los mayores costos para el empleador. Se dice que las mujeres en edad fértil son más caras que los trabajadores varones, pero ello no es efectivo. También, el costo de sala cuna; las cifras demuestran que sólo un 25% de las trabajadoras con hijos menores de 2 años acceden a este beneficio”.

- ¿Es un mito?
“Si bien las trabajadoras pueden tener una cantidad de días de licencia mayor en el primer año de vida de la guagua, los varones fallan normalmente más en su trabajo, los accidentes laborales son mayores y más costosos en su caso, y en muchas circunstancias son menos responsables que las mujeres.
“Sobre las licencias por enfermedad de un hijo menor de un año, la ley le otorga al padre el mismo derecho, pero, sin embargo, ellos no lo usan”.

- Pero ¿algo habrá?
“Se produce una situación algo distinta cuando la mujer tiene una mayor calificación. En ese caso, el costo de reemplazo para el empleador durante el período del pre y post natal puede ser mayor. Sin duda, es más difícil encontrar personal calificado para reemplazar por períodos cortos”.

La brecha salarial entre hombre y mujer es otro de los antecedentes que maneja al dedillo. Gran parte del problema, afirma, se debe a que las mujeres acceden a trabajos cuyas remuneraciones son, en promedio, más bajas. Pero a nivel de profesionales y ejecutivas la diferencia también se presenta y supera el 30% en muchos casos.

-¿El país debiera entender que una mayor participación de las mujeres sería beneficioso para todos?
“¡Sin duda! Es evidente que la vida democrática del país se enriquecería si más del 51% de su población, constituida por mujeres, accede a una participación activa igualitaria en la gestión pública, política y comunitaria. Desgraciadamente, eso está muy lejos de la realidad actual. Mira los datos. Hay una parlamentaria por cada nueve parlamentarios; una ministra por cada 20 hombres en la Corte Suprema y una por cada 19 hombres en las directivas de los partidos”.

Para esta abogada este punto no es menor. Hace ver que la baja participación de la mujer en todos los ámbitos redunda en una mayor pobreza. “Las cifras golpean. Un estudio de la Cepal señala que si las mujeres pobres se integraran al mercado laboral, ésta se reduciría en un 8%”, sentencia.