EMOLTV

“El castigo por jornada flexible muchos no estamos dispuestos a pagarlo”

30 de Diciembre de 2004 | 15:29 |
imagen
Uno de los temas pendientes en la discusión de la agenda pública afecta directamente a la mujer: la flexibilización de la jornada laboral. Todos reconocen que esto se ha convertido en un problema para que las mujeres ingresen al mundo laboral y también en una sobrecarga de la doble jornada que desarrolla: el trabajo y la casa.

Rosanna Costa concuerda con que no hemos dejado de tener es doble rol, pero advierte que, en parte, “tenemos una gran cuota de responsabilidad. Pedimos ayuda a la pareja, pero hay cosas que no delegamos, no soltamos a los niños”.

-¿Por qué no se toma el toro por las astas en este tema?
“El tema es complejo. Si hay alto desempleo y el empleador se puede regodear entre una persona jornada completa y otra parcial, lo más probable es que prefiera la primera y la jornada flexible se convierte en un costo. Aparentemente, la empresa prefiere una jornada completa, lo más larga posible, y las personas valoran mucho más el mayor ingreso que la jornada flexible.
“El castigo por jornada flexible muchos no estamos dispuestos a pagarlo. La gente dice quiero jornada flexible, pero con el mismo salario o lo más parecido posible. En la medida que la economía crezca y las personas valoren el trabajar menos por menos salario, llegaremos a la jornada flexible; va a ser un proceso”.

-¿La maternidad es también un freno para que la mujer ingrese al mundo laboral?
“En general, los países que tienen mayor tasa de participación de la mujer, tienen menor tasa de natalidad y viceversa y la discusión pública es que muchos quisieran para Chile más participación con mayor natalidad y el problema es que tenemos bajas tasas en ambos índices.
“Pero se vuelve a lo anterior; las personas optan y toman las decisiones que más le acomodan”.

-¿Es efectivo que la empresa paga un costo por la maternidad?
“En una empresa contratar a una mujer de 30 años, que se sabe puede quedar embarazada, tiene un costo mayor que contratar a un hombre que compite con el mismo currículo”.

-Pero las licencias de pre y post natal las paga el Estado.
“Sí, pero no es fácil reemplazar esos meses. De hecho, la brecha salarial entre hombre y mujer es más alta cuanto mayor sean los años de escolaridad de las mujeres. Cuando se tiene mayor preparación, por mucho que se contrate otra persona, ésta no hará el trabajo igual. Hay un costo de productividad que no miden los números”.

-Se plantea que la resolución de este tema debe ser asumida por la sociedad no las empresas.
“Como país asumimos la maternidad desde un punto de vista social mucho más que otros, incluso europeos. Tenemos licencias maternales, fuero, pago de permisos lo que es un gran récord. En algunas naciones se tiene que pedir permiso sin goce de sueldo y acá hay derechos irrenunciables.
“En Chile se dan una serie de beneficios que paga el Estado, otros la empresa y buena parte, los asumen las mujeres”.

-Frente a los abusos que se dan ¿qué se puede hacer?
“En el pre y post natal la posibilidad de abusos son acotados. Los problemas se dan con la licencia de un hijo menor de un año y el fuero, que se prestan para que algunas abusen. A veces, basta para que algunas lo hagan para que exista una percepción generalizada y como consecuencia, se les contrate menos”.

-¿Qué te dice el aumento de la licencia de hijo menor de un año de 1.300 %?
“No existe ninguna patología que tenga ese crecimiento. En parte, demuestra que hay una tremenda valoración de la mujer por estar con sus hijos y cree no pagar su costo al tomar la licencia, pero sí lo hace con la brecha salarial. El menor salario es el castigo, pero desgraciadamente no es individual, es al promedio”.

-Se postula que el post natal lo tome el hombre. ¿No será algo irreal?
“En general, el hombre no toma el post natal. Esto ocurre incluso en países nórdicos donde se está experimentando con que se tomen cinco días en forma obligatoria”.

-¿No crees que, de todos modo, deba ser revisado?
“Las mujeres deben revisarse; las que no se toman el post natal, en promedio, tienen una carga de culpa. Sí se podría flexibilizar el tema de los días de pre natal de manera de poder distribuir su uso, como uno quiera, en el post natal y después, reintegrarse por algunos meses al trabajo con media jornada”.

-¿Media jornada?
“¿Por qué no?... La ley laboral es rígida, dice que las jornadas son continuas. Y pregunto: ¿por qué no puedo yo, si mi función lo permite, salir a las 14 horas, almorzar con mis hijos, revisarles las tareas, y después volver al trabajo y hacer las horas que me restan? ¿Por qué no poder dividir la jornada? ¿Por qué la ley nos tiene que llevar de la mano?"