EMOLTV

Una poeta que quiere el anonimato

29 de Diciembre de 2004 | 17:45 |
imagen
Rosanna Costa reconoce abiertamente que es de esas mujeres que le cuesta cerrar la puerta de su hogar y dejar la pega al otro lado. “Me llevo trabajo muchas veces para la casa”, dice con tono de culpa.

Casada con un ingeniero civil y con dos hijos adolescentes, hace esfuerzos por mantenerse al día de sus mundos. Recién casada experimentó en carne propia la realidad de tener que dejar a sus niños en una sala cuna (la del Banco Central estaba en la Norte-Sur y el traslado era eterno) y consiguió hacerlo con el apoyo familiar o saliendo lo más temprano posible de la pega.

-¿Eres madre presente o madre culposa?
“Las dos cosas” (y lanza una carcajada).

-¿Cuál es la receta?
“No hay. Tengo unos hijos maravillosos y un marido que me empuja, que le gusta lo que hago y se identifica con ello. También tengo una mamá maravillosa que tarde por medio está en mi casa y así tengo la seguridad que hay una persona de confianza con mis hijos”.

-¿Y entonces, por qué culposa?
“Mi madre no trabajó y estuvo siempre presente; eso de que es mejor calidad que cantidad a mí no me convence. Cuando no termino algo acá y me voy para mi casa, lo resiento, y cuando me quedo y no estoy en mi casa, lamento no estar con mis hijos”.

Aunque pone reglas o límites, se define más como madre “regaloneadora”. Le surge una gran sonrisa al recordar que cuando su hija era pequeña y si se despertaba, no le importaba terminar bailando en el living a las dos de la mañana.

Pertenece a la primera generación de mujeres en su familia que trabaja fuera del hogar. En eso su padre influyó mucho y no puede ocultar la gran admiración que siente por él. “Siempre estuvo detrás, fue muy motivador, un gran respaldo”.

-¿Eras hija única?
“No, éramos dos mujeres, pero yo soy la única hombre (y ríe). Como no tuvo hijos yo lo acompañaba al estadio”, agrega entre carcajadas.

Con tres libros de economía publicados, aún le queda algo por hacer en el mundo de las letras. Para sorpresa de muchos, Rosanna Costa se confiesa una poeta autodidacta que, incluso, ya tiene material suficiente como para salir del anonimato.

“La poesía siempre me ha gustado; le dedique mi libro de poemas (y los otros tres también) a mi padre, pero nunca lo voy a publicar. También fui a un taller y aprendí algunos métodos, pero decidí seguir mi estilo; escribir para mí y mi almohada”.

-¿Nunca va a ser publicado?
“Nunca”, dice categórica.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?