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“Hay mal olor en el cuento”

El periodista analiza la calidad de la información; dice que la gente común siente que algo anda mal y los medios no son capaces de cuestionarse esta sociedad enferma: ya no son creíbles los políticos, los religiosos, los jueces, los dirigentes ni la policía.

17 de Marzo de 2005 | 13:07 |
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Detrás de unos ojos azul celestes, una espesa barba, unos kilos de más y una boina a lo Neruda, se esconde un idealista que estuvo muchos años luchando por llevar a las pantallas de televisión un programa que mostrara la realidad de los distintos pueblos y culturas que forman Chile.

Ese tozudo es Paul Landon Puig que, de sus 51 años, lleva doce dedicado por completo a “Tierra Adentro”.

Tiene un tono casi campechano al hablar, como si se hubiera mimetizado con sus numerosos viajes dentro de Chile; sin embargo, cuando algo le molesta o le apasiona, aprieta los dientes, gesticula, se mueve y habla fuerte.

Su piel está curtida por el sol; el pelo entrecano va recogido en un moño que constantemente se rehace mientras conversa; viste jeans, una camisa azul y un chaleco sin mangas artesanal, además de la mentada boina negra. Parece estar de paso en la ciudad, no es el ambiente que le gusta y se le nota.

Estudió en el Instituto de Humanidades Luis Campino; después de un semestre en leyes, decidió que lo suyo era la comunicación y, a fines de 1975, se graduó de periodista en la Universidad Católica. Después entró a la mítica EAC –Escuela de Artes de la Comunicación- en esa misma casa de estudios, para ser director de TV. Se mantuvo ahí hasta que fue cerrada a fines de los ’70.

Trabajó en la Radio Balmaceda; luego, debido a la pasión que le generaba el campo, convirtió al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en su nicho, “además de pitutos varios, como todos los periodistas de mi época”. En 1985, esta misma vocación lo empujó a sacar un master en Desarrollo Rural en la Universidad Austral e idear el ´89 el programa que lo sacó del anonimato.

A fines de ese año, contactó a un grupo de amigos – todos del área de las comunicaciones- para desarrollar el proyecto. Al principio no fue fácil, porque consideraban una locura plantear ese tipo de temas en televisión, pero igual despertó en ellos la pasión que él sentía.

Después de hacer tres programas pilotos y mostrarlos en diferentes canales, el grupo se desintegró casi completamente. Él siguió luchando hasta que TVN lo incorporó a su parrilla programática, aunque en un horario que en ese momento era de bajo rating.

“En un principio fue una gran apuesta de Eugenio Tironi, pero a las 10 de la mañana, los domingos. Cuando el canal se dio cuenta que el programa tenía seguidores e impacto, le fue dando un lugar más preferente. “Tierra Adentro” hizo el horario de la hora de almuerzo”.

-¿A qué le adjudicas el éxito del programa?
“Primero, la gente fue descubriendo temas que no se tocaban ni se tocan en la televisión. Segundo, porque hay contenido; como dice la frase de Roa: Una verdad sin contenidos, no es verdad.
Se acelera al hablar, parece que las palabras no le alcanzaran para lo que quiere decir. “Yo me la creo entera esta cuestión; la vivo, la siento. No hago tele para mí; es para los que salen en ella, para los protagonistas. Los temas son muy variados, como diverso es el país. Este tipo de televisión se puede hacer con muchos otros argumentos, pero este es el mío, es mi obsesión”.

-¿Cómo explicas que sobreviva entre tanta superficialidad?
“La dinámica del programa ha ido cambiando. Hoy día es totalmente distinto. Estamos metiéndonos cada vez más profundamente en el Chile escondido que no tiene ni una posibilidad de salir en los medios de comunicación: apuntando a la gente.
“Implica trabajo en terreno cien por ciento; una forma de producir distinta, no rupturista ni intervencionista de espacios y eso ¡hace escuela!”

-¿Cómo lo logran?
“El grupo cree intensamente en el programa; entonces, la dinámica es rápida, álgida, tremendamente participativa. Además del constante estudio, de observar y mirar. También hay que adaptarse técnicamente a todo lo nuevo e inventar, porque somos productores independientes y no tenemos todos los recursos. Eso es parte del know how”.

-¿No sientes que también tiene que ver el conductor? Tienes un atractivo.
“De frentón, NO. Yo diría que existe una empatía por el talento de comunicador. Para un conductor es básica la disciplina y también el talento, aunque puedes no cultivarlo.
“Creo tener una imagen empática en la que la mayor maravilla es que se da una credibilidad que escapa a la sociedad actual. Pero no soy para nada el prototipo de hombre que está en el medio”.

Se declara satisfecho de que el programa tenga tanta entrada entre los niños. “Están acostumbrados a ver puras cuestiones fantasiosas y virtuales, que los hacen pasar el día entero expuestos a irrealidades. Por eso, les gusta que les mostremos cómo vive la gente del campo, las gallinas, las vacas, los animales”.

-¿Así te lo propusiste?
“No especialmente. Es como ese profesor del colegio que te encantaba porque era un gallo entretenido para contar historias. Esto es más o menos lo mismo y eso ¡es bueno!
En esa generación estamos depositando una semillita. He tenido la suerte de estar con gente que empezó a ver el programa a los 14 años, hoy tiene 24 y me dice: Le agradezco, porque yo soy de la generación “Tierra Adentro”. ¡¿Te das cuenta?!”

La exposición profunda de las diversas realidades del país fue ganando su espacio y “Tierra Adentro” se convirtió en uno de los programas culturales más importantes. Ganó varios premios, entre ellos el Apes y el Premio a lo Chileno.

A fines del año 2003, sin embargo, el canal estatal dilató la firma de contrato que se renovaba cada dos años. Entonces, el esfuerzo del equipo fue reconocido por la competencia; Canal 13 le propuso ir los martes a las 23:00 con repetición los domingos en la tarde.

-¿Qué ha significado el cambio de canal?
“Es un renacer de “Tierra Adentro”, otra historia, sin desconocer todo lo que logramos en TVN gracias al apoyo fiel de los televidentes”.

-¿Renacer en qué sentido?
“Técnico, temático, rítmico. Con una realidad que te cobija, que te permite pensar en el desarrollo de otras cosas del mismo programa. Tenemos una gran oportunidad que estamos tratando de mantener y devolver la mano a quienes nos acogieron”.

-¿Estás contento?
“Sí y creo que el canal también. Por lo menos, la relación es cariñosa. Un término que está un poco alejado entre los profesionales y las instituciones. No que te toquen y te soben el lomo, si no en cosas concretas”.

-¿Cuáles?
“Nos han dado un tratamiento VIP, más plata, nuevo horario, respeto cien por ciento en la línea editorial, más publicidad y la posibilidad de producir otros productos relacionados, como un mini reportaje en el noticiero del domingo”.

-¿Eso no se daba en TVN?
“No puedo quejarme de la línea editorial, pero el programa necesitaba otros espacios, más aire y de eso TVN no se dio cuenta”.

-¿Costó tomar la decisión?
“El contrato con la estación estatal se renovaba cada dos años, a fines del año antepasado me estaba poniendo nerviosito, porque no pasaba nada. Se presentó la posibilidad de cambiarnos al 13 y cuando TVN lo supo, quiso doblar la oferta…”

-¡Y te fuiste!
“Hay cosas más importantes que la plata, entre ellas la lealtad y yo ya había dado mi palabra. ¡No te digo que no me desvelé como una semana seguida! Pero en el 7 nos veían como pequeños y debíamos luchar contra el sistema sin el apoyo necesario. En mis viajes me he dado cuenta que la gente nos quiere mucho y esa evaluación no hizo hasta último momento”.

-¿Molesto?
“Frustrado, diría yo”.

-¿Por qué?
“Por el estado del periodismo nacional que permite que se subvaloren programas como “Tierra Adentro””.

-¿Cuál es tu análisis al respecto?
“No se cuestionan las fuentes. El ámbito mediático está absolutamente destinado a vender. Si la fuente oficial dice algo, ahí queda. Hay temas transversales que están sucediendo en el país que no son tocados en los medios.
“Yo vivo con la gente (va subiendo el tono de voz), estoy con los chilenos y, definitivamente, hay temas impuestos que no les interesan. Hay una falta absoluta de profundidad y análisis. Es una inmoralidad hacia dónde llevamos a la gente. Les damos somas para dejarlos a todos tranquilos”.

-¡¿Somas?!
“Claro: el tema de la farándula, de miles de leseras para dejarlos tranquilos. Te pongo el ejemplo del chupacabras. ¡Cuánto tiempo estuvo en portada! Y nadie se cuestiona. Hicieron un invento gigantesco, asustaron a los niños. Encuentro que es una irresponsabilidad enorme de parte de los medios, que los está volviendo cada vez menos creíbles”.

-¿Cuál es la sensación de la gente, a tu juicio?
“La gente común siente que algo anda mal, que la están manipulando, hay mal olor en el cuento. Hemos visto últimamente penosas actuaciones de muchos líderes impuestos. Los medios no son capaces de cuestionarse esta sociedad que también está enferma: ya no son creíbles los políticos, los religiosos, los jueces, los dirigentes, la policía. Hay muchas interrogantes y los medios no son capaces de reflejar el momento histórico que estamos viviendo y darle respuestas a la gente”.

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