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“Descubrí que era fuerte, bella, grande”

16 de Febrero de 2005 | 20:27 |
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Casi en la cincuentena, Patricia May puede asegurar que su vida ha estado marcada por los dolores. Su condición física especial –sufre de acondroplasia, un trastorno óseo que se confunde con el enanismo- la llevó a tener una mirada distinta del mundo.

Hoy, junto a su marido pintor, Sergio Saguez, y sus tres hijos (de 19, 17 y un año y medio) puede declararse una persona que vive en equilibrio. Vive en una parcela en Colina y para poder estar con ellos, establece claros límites a todas las actividades que desarrolla.

“He aprendido a tener un manejo interno; a donde estoy, ahí estoy, tranquila, no estoy pensando en otra cosa”, asegura.

-¿Qué provocó más dolor en tú vida? Tomar conciencia de tu condición o enfrentar una sociedad que rechaza a las personas diferentes.
“Uno toma conciencia a través de la mirada del otro. Para mí ni para ninguna persona su condición es especial; puedes ser chica, gorda, flaca o alta y lo que te hace valorar eso en forma negativa es como el otro te mira. Y nosotros vivimos en una sociedad, y más hace 40 años, pacata donde al que es diferente se le mira distinto y se le excluye de la posibilidad de tener una vida normal.
“A través de la mirada del otro me sentí excluida a pesar de que mi familia era alegre, de que tuve y tengo muchas amigas. No era una persona triste y amargada, pero sí tenía grandes dudas sobre que iba a pasar conmigo”.

-Quizás tú contabas con una fuerza interna que te permitió enfrentar esta situación, pero otros a lo mejor no la tienen.
“Puede ser, yo vivía sometida a verme de una manera, pero en un momento me conecté con mi ser y descubrí que era fuerte, bella, grande a pesar de la mirada del otro. Cuando me conecté con eso, comencé a desplegar una presencia distinta. Esto requiere un cambio de conciencia potente”.

-¿Cómo ha sido la evolución de la discriminación en esta sociedad pacata?
“Siempre digo que la Teletón abrió un camino; creo que la discriminación es menor gracias a ella y a que la globalización nos ha conectado a los chilenos con un poco más de diversidad; negros, orientales, minusválidos. En esos países, y lo he sentido, te miran mucho menos.
“Creo que ahora hay mucha más tolerancia; lo he visto encarnado en mí, lo siento en la calle”.

Hace más de un año Patricia May sufrió la muerte de su hermana Paula que dejó a un pequeño hijo que ella adoptó. A los pocos meses, sus padres Sergio y Georgina fallecieron en un trágico accidente de auto en Argentina.

-¿Cómo se logra procesar estos dolores?
“La muerte no existe. Yo vivo con mis papás y mi hermana y tengo la viva vivencia de que así como yo estoy aquí dando vida, ellos también lo están haciendo. Ellos están vivos”.

-Pero no pudiste despedirte de ellos.
“Uno no tiene porque despedirse de los seres que ama, sigues relacionados con ellos. Eso no quiere decir que no haya sufrido y no haya tenido pena, porque evidentemente, hay una pérdida material fuerte, pero no los echo de menos porque están conmigo”.
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