EMOLTV

“Nadie está viviéndose desde lo que profundamente necesita”

Tiene miles de seguidores sin proponérselo. Con sus reflexiones hace que muchos se cuestionen si vale la pena seguir tan estresados. Ella cree que hay una solución porque su estrella parece ser el optimismo.

21 de Abril de 2005 | 09:37 |
imagen
Sin querer, en muy poco tiempo se convirtió en un “best seller”. Sus libros “Nuevos pensamientos, nuevos mundos” (recopilación de sus columnas en revista “El Sábado”) y “Todos los reinos palpitan en ti” llegaron para calmar espíritus inquietos, como ella los definiría.

Hoy está dispuesta a dar otro gran salto y emprender la aventura de ayudar a otros, ya no en forma restringida, sino que a través de un centro terapéutico guiado por el nombre “El árbol de la vida”.

Patricia May Urzúa, antropóloga de la Universidad de Chile, transmite paz interior, una que procura cuidar y cultivar todos los días como fórmula para vivir profundamente la vida.

-¿Podrías definir tu labor como enseñar caminos de sanación?
“Lo que intento hacer es dar otra mirada a los temas de la vida diaria, de familia, de trabajo, a la pareja, a nuestros procesos interiores. Es darle una mirada más amplia que nos muestre que, en realidad, la vida tiene que ver con evolucionar, con el aprender y el compartir.
“Creo que nosotros, a partir del paradigma en que vivimos, que es uno muy competitivo, de alcanzar éxitos exteriores, de lograr metas, de parecer cosas. Nos interpretamos la vida, nos vivimos las vida, las dificultades, desde una mirada que nos estresa y nos hace mal. Nos vivimos la pareja desde una mirada que, en el fondo, implica manipulación del otro; y a los hijos, compitiendo para que sean mejores que otros”.

-¿Tienes las sensación de que esta forma de vivir se agrava cada vez más?
“No sé si la forma de vivir la vida. Creo que Santiago de Chile es una ciudad extremadamente estresada por el modelo en el que estamos insertos, por la manera de ver el mundo y la vida. Los valores con los que nos estamos manejando y las metas que nos ponemos están yendo contra nuestra esencia, contra lo que de verdad necesitaríamos en lo profundo si nos conectáramos con nosotros mismos.
“Creo que hay un frenesí y una aceleración narcisista, de sobre actividad, de exitismo que es muy dañino y, por eso, creo que hay una gran búsqueda”.

-No es contradictorio. ¿Se vive en el frenesí, pero parece haber habido una explosión de búsqueda grande?
“Yo trabajo en esto hace varios años y he detectado en los últimos cinco, realmente, un acrecentamiento de la búsqueda interior. Pero es lógico, mientras más desequilibrados estamos, mientras más sufrimos –porque hay mucho sufrimiento por el estrés, las metas que no logramos, por lo que queremos que sean los hijos y no son, por lo que deberíamos ser como pareja- aumenta la necesidad de búsqueda y nuevas respuestas.
“Nos estamos dando cuenta que el rollo en el que estamos metidos nos hace infelices”.

-¿El problema está en que no sabemos valorar lo que tenemos o que somos extremadamente exigentes e inconformistas?
“Creo que el problema es más profundo todavía. Voy a publicar un libro sobre eso; sobre el modelo de fondo en el que estamos insertos. Esto no tiene que ver con decir yo de ahora en adelante me relajo con mis hijos. No, estamos metidos en un paradigma, una manera de ver la vida que nos tiene así.
“Lo que quiero es darle otra mirada a la vida, a los valores con que vivimos, una mirada de fondo sobre los temas que nos dañan a nosotros, a los hijos. Si concibo que la vida es una lucha por ganarle al otro, evidentemente le voy a enseñar eso a mis hijos y les voy a dar armas para la batalla que es la vida. Hay modelos que nos dañan”.

¿El problema puede ser una errada percepción de nuestra vida? A lo mejor no es tan mala.
“No creo que nuestra vida esté mala. Creo que el problema es que nos estamos viviendo las cosas de una manera que nos hace daño. Esto no se trata de irse a vivir a otra parte, de cambiar de trabajo o de familia. Se trata de cambiar la mirada, de priorizar, de decidir qué es realmente importante para mi ser, no para mi imagen, no para tener más o ganarle a los demás.
“Esto tiene que ver con quiénes somos, si somos seres egocéntricos y competitivos o somos almas en la vida que necesitamos manifestar nuestro espíritu. Esto requiere de un cambio valórico profundo; no creo que nuestra vida esté muy mal, creo que si nuestra vida está mal en la forma es porque la estamos pensando de manera incorrecta”.

Patricia May reniega de las miradas de género que últimamente si imponen para analizar todos los eventos de la vida cotidiana. Cree, al contrario, que todos están “metimos en el mismo barco”.

“Si aíslas a la mujer, claro, veras que está súper estresada. Pero la mujer se está permitiendo algunas cosas –porque ella trabaja con la emoción- como tener una mirada sobre sí misma, se está dando ciertos espacios que los hombres, por toda su carga no se están dando”, asegura.

-¿Los hombres están siendo exigidos en qué? ¿Su lado femenino?
“De repente los hombres están peor que las mujeres. Están más ahogados en su ser. Están siendo exigidos en eso, desarrollar el lado femenino; pero también en mantener el rol, el de la firmeza. Siempre digo, pobres hombres. Cuando hay ruidos afuera de la casa, ¿quién tiene que salir a ver?, los hombres y quizás ellos tienen igual de miedo que la mujer.
“Por qué tienen que estar demostrando; les estamos pidiendo que sean femeninos, pero no los hemos bajado del carro de ser los proveedores, ser atentos, ser fuertes, ser protectores, que se sepan contener. Aquí hay algo que tiene que ver con una categoría más amplia y que no tiene que ver con el ser hombre o mujer”.

-¿Con qué tiene que ver?
“Creo que esto abarca al sistema, abarca a la mujer, al hombre, a los jóvenes y dolorosamente a los niños. El sistema está estresado y estamos dañando a los niños, tenemos niños de 8 años estresados; no los estamos dejando jugar porque tienen que lograr cosas. Es la cultura del logro, el niño tiene que tomar clases de piano, ser un caperuso en no sé qué.
“Nadie está viviéndose desde lo que profundamente necesita”.

-¿Y se va a lograr eso?
“Creo que sí, hay mucha gente buscando. Hay gente haciendo micro cambios. Mi mirada apunta a poner la responsabilidad en la persona. En la medida que yo hago los cambios, dejo de correr a mil por horas, en que no necesito verme cada vez más joven, y encuentro el centro interior, las cosas mejoran.
“Por eso creo que el contacto espiritual es muy importante, el problema más importante que tenemos en este momento es la falta de contacto interior”.


“Sé lo que es estar allá abajo, no tener esperanza”

"Descubrí que era grande, fuerte, bella"