EMOLTV

Responsabilidades absolutamente compartidas

10 de Marzo de 2005 | 09:39 |
imagen
Partió de “secretaria ejecutiva” de su marido, el arquitecto Orlando Mingo. Cuando él tuvo que entregar su tesis en el MIT, Boston, se dieron cuenta que el presupuesto familiar no alcanzaba para costear los 180 dólares que les cobraban por algunas páginas escritas a máquina. La solución fue comprarse un librito de bolsillo de mecanografía y sentarse frente al computador.

“Hasta el día de hoy me preguntan por qué escribo tan rápido en el PC”, se ríe.

Después de más de 20 años de matrimonio, tienen cuatro hijos repartidos en “dos sacas”. Todos sus hijos han estudiado en “The Grange” razón por la cual, por varios años, viajaron desde Talagante, todos los días, a dejarlos al colegio. El ritmo los agotó, por lo que hace 12 años que viven en La Reina.

“Mi experiencia ha sido de un marido lo menos machista que hay. Ha sido absolutamente colaborador, se quedaba con los niños cuando tenía una reunión. Responsabilidades absolutamente compartidas y eso es crucial”, sentencia.

-Sin el apoyo de tu marido, ¿te habrías pegado el salto?
“No, no, creo que lo habría hecho igual, pero es mucho mejor que te ayuden. De hecho, Orlando se sentó conmigo y me diseñó el logo e inventó el nombre, la marca. Eso es súper importante”.

-¿Siempre compartieron roles?
“De todas maneras. Ahora, igual, por ser mujer ¿quién crees tú que está cambiando la casa? ¡Yo poh! y él también es empresario y podría haber dicho hago switch, cambiemos entre los dos” (dice con una sonrisa).

-¿Eres de las mujeres que no entrega algunos espacios?
(Entre risas)”No sé, debe ser que pienso que a mí me va a salir mejor. ¿A ti no te pasa? Pero he aprendido, un poco, a ir delegando.
“Para mí y nuestra familia ha sido súper importante su apoyo; todavía hay muchos machistas que piensan que las mujeres deben ser recepcionistas, media jornada, de entretención”.

-Tuviste dos sacas de niños. ¿Sientes que los segundos los tuviste que postergar?
“Sí, incluso en algún minuto pensé no tener más”.

-¿Y qué pasó?
“La verdad es que no lo pensé mucho, pasó no más. No fue mucha planificación, honestamente. Quería, pero no quería y estamos felices. Los grandes ya son independientes y los más chicos están conmigo.
“Somos una familia entretenida”, reflexiona.

-¿Culpas con tus hijos?
“Sí y de hecho siempre se los digo. Cada cierto tiempo le pregunto al mayor si cree que lo dejé un poco solo, aunque nunca los tuve así; trabajaba atrás de la casa y camina de allá para acá. Me hubiera gustado más con ellos, pero privilegie calidad en vez de cantidad. Muchas veces me sentaba a hacer una tarea con él y no estaba tranquila porque tenía que hacer otra cosa y no estaba cien por ciento conectada con él; creo que eso, de alguna manera, los niños lo perciben”.

-¿Y los resultados a la larga?
“Te puede salir de todo, niños rebeldes o tranquilos. Hasta ahora hemos tenido una familia bastante equilibrada. Nada perfecto, hemos tenido nuestras crisis, pero todo solucionable. En general, son buenos niños, saben que sus padres trabajan y en el fondo, ha sido una forma de educar diferente”.

-¿Te postergaste en lo personal?
“Bueno, a veces. Hemos podido viajar y educar a nuestros hijos como lo pensamos a raíz de que hemos trabajado los dos. En mi caso, a pesar de que mi familia tuvo un buen pasar, no heredé nada más que la educación y los ejemplos, que son importantes.
“Quizás, hacer cosas sin correr tanto, hacer gimnasia más tranquila o ver una amiga, almorzar con un grupo de ellas una vez a la semana. Echo de menos el relajo, un poco de tiempo para mí o poder ir con mis niñas a comprar y no mandarlas solas a ver lo que necesitan.
“Esas son cosas buenas y malas, porque ellos empiezan a ser autosuficientes tempranos y a tomar sus decisiones”.


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?