Juan Carlos Latorre nació el 25 de marzo de 1949 y es aries. Tiene 6 hijos, tres del primer matrimonio – que duró 11 años- de 31, 27 y 24 años y tres con la intendenta de Santiago, Ximena Rincón, de 15, 8 y 5.
Se conocieron hace ya casi dos décadas, él estaba separado y ella era militante de la juventud demócrata cristiana en Concepción. La diferencia de edad – 18 años- no fue un obstáculo para ellos y ya llevan 16 años casados.
Activo militante DC, con distintos cargos de responsabilidad política, también gremial, desde que dejó la subsecretaría de Obras Públicas -hace más de un año- está dedicado a su oficina consultora, a su cargo de presidente de su partido en la Sexta Región y a la campaña de Soledad Alvear. No obstante, la preponderancia pública la ocupa en este momento su mujer, la primera intendenta de Santiago.
Se casaron cuando ella estaba todavía en la universidad –estudió derecho en la Chile- y han mantenido una relación que a muchos provoca una sana envidia. Durante la entrevista queda de manifiesto la gran admiración que “Kako” siente por su mujer; entorna los ojos y parece traer a su memoria cada minuto vivido en pareja.
Los recuerdos afloran en medio de las numerosas alabanzas para ella. Tal vez por eso, reconoce que si él tuviera algo de la rigurosidad y orden de la intendenta, habría llegado muy lejos: “Siempre ha sido muy ordenada; tanto que, cuando estudiaba, tenía los distintos párrafos de las materias clasificados por color, de acuerdo a los resúmenes que hacía. Hasta hoy en día es así; por ejemplo, si yo tengo sueño, me quedo dormido y dejo para el día siguiente los papeles que tenga que revisar…ella no; no importa la hora que sea, termina todo lo que ha planificado para el día”.
-¿Qué se siente haberse vuelto príncipe consorte?
“No es fácil acostumbrarse, a partir de un determinado momento, a ser el acompañante, la pareja, eventualmente el consejero, de una persona que asume un rol tan relevante.
“No tuve ninguna duda, en el momento en que se vislumbró la posibilidad de que fuera intendente, en apoyar esa posibilidad en la medida en que ella estuviera dispuesta a asumir ese rol, sin que dejáramos de evaluar juntos lo que representa en términos de dedicación, en términos de sobre exposición pública, en términos de desafío, y llegamos a la conclusión que debía aceptar este privilegio y desafío que le ofrecía el Presidente de la República”.
-¿Y ahora que ya es un hecho?
“Muy rápidamente hemos podido apreciar, creo, todos, y desde luego quienes somos la familia de Ximena, que ella tiene condiciones personales que le permiten ejercer bien un cargo de este tipo, sin perjuicio del apoyo que, como todas las autoridades unipersonales, se necesita con personas que lealmente colaboran en distintas áreas del qué hacer que tiene la autoridad.
“Creo que Ximena lo ha hecho bastante bien y estamos muy contentos en la familia por la forma en que ella se ha desenvuelto, mostrando condiciones personales que, no solamente para mí, sino que creo para todos quienes somos su familia, son materia de admiración que van fortaleciendo nuestro cariño. Ella es una mujer muy acogedora, es una persona que tiene una ternura especial en el trato hacia los demás, lo que hace que le resulte muy fácil coordinar equipos de trabajo, entregar confianzas y recibir también, a cambio de ellas, el apoyo a su trabajo, a su gestión. Creo, además, que posee una disciplina y aplicación que le son características desde que yo la conozco.
“No resulta difícil para mí, acompañarla como uno más de sus colaboradores con el privilegio, obviamente, de compartir con ella, ya toda una vida. Nuestros 16 años de matrimonio han sido tremendamente gratos. Casarnos fue una excelente decisión”.
-Te brillan los ojos cuando hablas de ella.
“Sí, es que no dejo de destacar lo pareja que hemos sido, quizás la mejor forma de expresarlo es que a pesar de que tenemos una diferencia de edad importante -18 años- y muchos pueden pensar que esa diferencia de edad es o podría ser un obstáculo para establecer una relación de pareja, nosotros somos un testimonio de que no es así. Desde que nos conocimos hemos sido, realmente, una pareja que se ha acompañado mutuamente en distintos momentos”.
-¿Te molesta o te ríes del tema del consorte?
“A mí me hacen muchas bromas hoy día, como príncipe consorte. Hace unos días, un diario colocó que yo era el feo más suertudo de Chile y, realmente, acepto con mucho humor estas bromas, porque me siento muy honrado de acompañar a Ximena en toda esta etapa que ella está viviendo y nunca dejar de tener presente además, que en todos los momentos en que yo he estado en el servicio público, he contado con su más absoluto apoyo y compañía. No veo nada excepcional en que yo me predisponga a colaborar con ella en su trabajo”.
-Pero no es fácil encontrar que alguien piense así en este país machista, menos con la diferencia de edad.
“Me agrada que esta entrevista sea para hablar de ella, porque el otro día se lo agradecía a un periodista radial que la estaba entrevistando a ella y de repente hizo una pregunta por mí y la Ximena le dijo
está al lado mío, pregúntale a él y tuve la oportunidad de opinar”.
-¿Ni un poco de incomodidad?
“No. Primero, creo que los méritos en función de los cuales Ximena fue nombrada intendente son absolutamente de ella; yo, en ese sentido, no tengo nada que ver.
Ella es una persona que durante toda su vida ha mostrado convicciones propias, una tremenda consecuencia con los valores que le imprimió su familia, una admirable relación con las personas en general, cualquiera sea su origen, su forma de pensar, su sexo; en fin, tiene relaciones personales que son admirables y, además, insisto, una disciplina y aplicación personal que la ha destacado en todos los roles que ha asumido.
“Aunque la opinión venga de muy cerca, creo que Ximena le va a demostrar al Presidente que no se equivocó al nombrarla. Ya lo ha demostrado, pero en esto hay que ser cuidadoso siempre. Conversamos todos los días y, así como ella me lo dijo alguna vez a mí, ahora se lo digo yo, que no hay que creerse las películas, uno está en estos roles por un tiempo determinado, tiene que mostrarle a la gente su disposición al servicio público, ojalá nunca perder la sencillez y en eso creo que lo va a hacer bien…hay que acompañarla”.
-Tú tienes harta experiencia en eso.
“Sí, el Presidente se lo dijo en el momento que habló con ella
Usted tiene a su lado el mejor consejero que pudiera tener. Me pareció muy grato que piense así, pero al igual que él, estimo que los méritos son totalmente de ella”.
-¿Pero no es más difícil por ser mujer?
“No es un problema de género. Un hombre difícilmente puede ser un buen político o un buen servidor público si no tiene una pareja que lo acompañe; lo mismo vale para la mujer, porque he pensado en muchos momentos en la última semana y, más aún, cada vez que veo el nivel de actividades que tiene Ximena y la tremenda sobre exposición pública que conlleva su cargo, que debo considerar seriamente que una de mis preocupaciones centrales debe ser colaborar con ella para que cumpla bien su rol”.
-¿A qué te refieres, específicamente?
“Pienso, y es un tema que hemos conversado con Ximena, que debemos reordenar nuestro tiempo para estar más cerca de nuestros niños. No cabe ninguna duda y no lo digo sólo como una preocupación por el trabajo de ella, también por mis actividades, porque estas cosas se hacen en pareja y el peso de cuidar a los niños y de estar preocupados de las cosas de ellos, siempre lo ha tenido más ella que yo, no tengo ninguna duda”.
- Los amigos ¿qué dicen?
“Me dicen, por ejemplo, que esto de ser príncipe consorte, podría ser una condición difícil de asumir para mí y no es así, para nada, para nada.
“Creo que los hombres tenemos que acostumbrarnos a que nuestras mujeres también asuman roles destacados y acompañarlas, incluso aceptar que, en muchos casos, están en condiciones de hacerlo mucho mejor de cómo lo haría uno. No tengo ninguna duda que Ximena tiene condiciones de llegada, de aproximación a la gente, excepcionales.
(Reflexiona un momento y continúa) “Bueno, de hecho siempre ha sido mi jefe de campaña; lo único que pienso, a veces, es que si yo voy a ser candidato a senador este año, como es mi deseo, no va a poder serlo”.
-¿Te has planteado que pasaría si llegara a ser candidata a la Presidencia?
“Creo que es bastante natural y sobre todo con el tremendo rol que juegan los medios de comunicación, que cuando surgen personas que tienen una condición destacada, nos pasemos películas respecto a lo que puede ser su futuro, en eso hay que ser súper cuidadoso, prudente, hay que pensar en trabajar simplemente…”
-Pero ¿¡te gustaría!?
“Lo que tengo claro es que Ximena es una joyita que todos los días muestra las excelentes condiciones que tiene para roles de liderazgo. Aunque parezca inapropiado que lo diga yo, que soy su marido, hay que cuidar esas condiciones y ayudarlas a que se desarrollen bien en el futuro”.
"El tiempo va a demostrar quien hizo más daño"
Un fanático de "U", el ajedrez y los caballos