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“Hoy tenemos más padres que niños en condiciones de ser adoptados”

23 de Marzo de 2005 | 12:11 |
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El mundo que abarca el Sename parece infinito. El organismo cuenta con una red de 320 instituciones privadas ligadas a credos, ONG u otros grupos que ejecutan los programas que el servicio financia y supervisa. Esta metodología permite acoger entre 60 y 65 mil niños al día a lo largo del país, de los cuales un 75% está bajo el régimen ambulatorio, es decir, vuelven todas las noches a sus casas.

Por eso, casi sorprende que sólo un 20% de los niños atendidos indirectamente por el Sename viva en hogares de menores y un 5% esté bajo un sistema de privación de libertad por ser infractores de ley.

Delia del Gatto hace hincapié en las cifras anteriores, porque, insiste, la gran mayoría de los menores está bajo un sistema de protección por problemas de violencia intrafamiliar, maltrato sexual o familia disfuncionales. “Lo que pasa, reconoce, es que un niño que participa en un robo y un homicidio provoca un mayor impacto”.

-¿Este universo se ha ido achicando?
“No, se ha ido agrandando, pero porque la oferta de atención era insuficiente”, explica como si quisiera impedir que su respuesta fuera desalentadora.

“Además, el aumento se ha dado por el régimen ambulatorio”, refuerza.

-¿Los menores del Sename están marcados con la caricatura de “niño problema”?
“Desafortunadamente, a los niños bajo la red de protección del Sename muchas veces se les estigmatiza. Hay mayor conciencia de que si un niño sufre de problemas de violencia intrafamiliar no tiene la culpa.
“Y además, la cifras lo indican, muchos de ellos no son ni delincuentes ni drogadictos, sino que el padre cayó preso o la madre se prostituye”.

-¿La nueva ley de adopción ha mejorado el panorama de los niños abandonados?
“A ver, la nueva ley tiene la ventaja de que asegura que las familias que van a adoptar niños sean idóneas y seguras para criar con amor. El problema es que para conseguir eso se deben pasar más procesos y eso ha lentificado la adopción. Además, la ley eliminó algunas figuras y restringió otras como la entrega en cuidado personal de un niño antes de la adopción completa.
“También, hizo más lento el proceso las campañas de incentivo a la adopción que hicimos y que consiguió como resultado una mayor demanda. Hoy día tenemos más padres que niños en condiciones de ser adoptados. Esto no es una situación mala”.

-¿Los tribunales de familia van a ayudar a acelerar los procesos?
“Efectivamente, son muy pocos los jueces que ven esto, pero a partir de octubre se va a pasar de 50 a más de 250 jueces a nivel nacional. Este atochamiento de padres va a tener un respiro.
“Ahora, hay que tener en cuenta que los padres chilenos priorizan a niños menores de 2 años y ese grupo es más chico. Los niños más grandes se van quedando en el sistema y por eso, hay que tener una visión global. Si bien la ley es mejor para los niños tiene un efecto que a los padres decepciona; mi mensaje a ellos es que la reforma no se hizo para perjudicarlos, de ninguna manera”.

Así como los menores abandonados ocupan a Delia del Gatto, también lo hacen los jóvenes delincuentes que participan en hechos graves de asalto y homicidio y que hasta hoy no son imputables penalmente y quedan libres, muchos de ellos reincidiendo. El Congreso discute una rebaja de edad de 18 a 16 para hacerlos imputables y el texto está pronto a ser despachado.

-¿En qué va a quedar la ley?
“En que los niños entre 14 y 18 años van a tener responsabilidad penal juvenil. Esto elimina la figura del discernimiento y por lo tanto, los niños que cometan delitos recibirán una sanción. Si son delitos graves serán privativas de libertad y si son menores o faltas serán penas no privativas.

-¿Qué significa esto en la práctica?
“Que estamos dando una señal de “responsabilización”, los jóvenes menores de 18 años tienen que aprender, entender, comprender y asumir que si roban o matan violentaron el derecho de otra persona. No es bueno decir soy joven, maté a otro y no soy responsable. Parte del proceso de rehabilitación tiene relación con que debe aprender que si quiere respeto a sus derechos, el derecho que él vulneró merece una sanción”.

La directora del Sename aclara que los jóvenes entre los 14 y los 18 van a ser sometidos a un sistema de justicia especial, porque se entiende que están en proceso de formación y existe más posibilidad de recuperarlos con programas adecuados de rehabilitación y reinserción.

-¿Se buscó una salida frente al riesgo de que vayan a un sistema carcelario adulto?
“Eso es indispensable, si van al sistema de adultos las opciones de rehabilitarlos son menores y la reforma de ese sistema es más lento.
“Ésta es una solución necesaria. Ponerse en el actitud condescendiente de no hay nada que hacer, que pobre chiquillo, es pobre, no tiene padre; o al revés, ponerse en la dura y este cabro es un delincuente, hay que meterlo preso y no soltarlo es fatal”.